10

807 75 3
                                    

Gojo salió de la habitación de Ammyt sintiéndose más confuso de lo que había estado en mucho tiempo. Mientras caminaba por los pasillos de la escuela de hechicería, su mente era un torbellino de pensamientos y emociones que no lograba descifrar del todo.

¿Por qué la había besado? No era propio de él actuar de manera tan impulsiva, especialmente con alguien a quien apenas conocía. Se detuvo un momento, apoyándose contra una pared, intentando aclarar su mente.

- "¿Qué demonios me pasa?", se preguntó en voz baja. No era solo el beso lo que lo desconcertaba, sino la intensidad con la que lo había hecho. Había sentido algo más allá de la simple atracción física, algo profundo y casi visceral.

Recordó cómo Ammyt se había sonrojado y tartamudeado al verlo sin las vendas. Sus ojos, de un dorado hipnótico, habían capturado su atención de una manera que ningún otro par de ojos había hecho antes. Tal vez fue esa fascinación la que lo llevó a besarla, pero sabía que no podía ser solo eso.

Gojo pasó una mano por su cabello, tratando de calmar sus pensamientos. Sabía que había algo más en Ammyt, algo que la hacía diferente y especial. Pero, ¿qué era? Y, más importante aún, ¿por qué había sentido esa necesidad de protegerla y consolarla, a pesar de no conocer toda su historia?

Se recordó a sí mismo la mirada de terror en los ojos de Ammyt cuando él le había quitado las vendas. Esa reacción no era normal. Algo mucho más profundo y oscuro estaba en juego, algo que ella no le había revelado. La frustración lo invadió al darse cuenta de que, por más que quisiera ayudarla, estaba en la oscuridad sobre los detalles cruciales de su vida.

Mientras se dirigía hacia la salida del edificio, su teléfono sonó. Miró la pantalla: una llamada urgente del consejo de hechicería. Suspiró, sabiendo que tendría que poner en pausa sus reflexiones sobre Ammyt y atender sus deberes.

- "Hablaré con ella más tarde", se prometió mientras respondía la llamada. Pero incluso mientras escuchaba la voz al otro lado de la línea, sus pensamientos volvían una y otra vez a la imagen de Ammyt y a las preguntas sin respuesta que ella dejaba en su mente.

Gojo se preguntaba qué secreto escondía Ammyt, y qué tan profundo estaba dispuesto a llegar para descubrirlo. No era propio de él ser tan insistente, pero algo en su interior le decía que esta vez era diferente. Algo en su corazón le susurraba que no podía ignorar este sentimiento, por más confuso que fuera.

Mientras caminaba hacia su próxima reunión, la figura de Ammyt y sus ojos dorados seguían presentes en su mente, iluminando una parte de él que no había sabido que existía hasta ahora.

■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■

Una semana había pasado desde el último encuentro de Gojo con Ammyt, y su ausencia en la escuela de hechicería comenzaba a preocuparlo cada vez más. Los días transcurrían lentamente, llenos de una ansiedad creciente que no podía sacudir. No era propio de él sentirse tan nervioso y abrumado, pero la falta de noticias sobre Ammyt lo tenía en vilo.

Finalmente, decidió que no podía seguir esperando sin hacer nada. Necesitaba respuestas, y sabía exactamente a quién acudir. Se dirigió al despacho de su ex maestro, el director Yaga, con la esperanza de obtener alguna información sobre el paradero de Ammyt.

Al llegar, golpeó suavemente la puerta antes de abrirla y entrar. Yaga estaba sentado en su escritorio, revisando algunos documentos. Levantó la mirada cuando Gojo entró, notando la preocupación en su rostro.

- "Gojo, ¿qué te trae por aquí?" preguntó Yaga, dejando a un lado los papeles.

- "Es sobre Ammyt," respondió Gojo, sin perder tiempo. "No ha regresado a la escuela desde hace una semana. Quiero saber si sabes algo sobre dónde está."

Yaga suspiró, apoyándose en su silla.

- "Me temo que no tengo mucha información, Gojo. Lo único que sé es que el Clan Zenin la necesitaba para algo urgente."

La respuesta no hizo más que aumentar la frustración de Gojo. - "¿Algo urgente? ¿Eso es todo lo que te dijeron?" preguntó, tratando de mantener la calma.

Yaga asintió. - "Sí. No dieron más detalles, y no es inusual que el Clan Zenin maneje sus asuntos de manera reservada. Sabes cómo son."

Gojo apretó los dientes, sintiendo una mezcla de impotencia y rabia. Los Zenin siempre habían sido un clan complicado, con sus propios secretos y políticas internas. Pero esto era diferente; sentía que algo no estaba bien.

- "Gracias, Yaga," dijo finalmente, sabiendo que no obtendría más información allí.

Salió del despacho con la mente aún más inquieta. Necesitaba saber más, y la única manera de hacerlo era enfrentarse directamente al Clan Zenin. No podía quedarse de brazos cruzados mientras Ammyt estaba en peligro o necesitaba ayuda.

Decidido, se dirigió a la entrada de la escuela, con la intención de ir directamente al territorio del Clan Zenin. Mientras caminaba, no podía evitar que su mente se llenara de preguntas y preocupaciones. ¿Qué le había pasado a Ammyt? ¿Estaba bien? ¿Por qué la habían llamado tan urgentemente? Y lo más importante, ¿qué podía hacer él para ayudarla?

A medida que se acercaba a las escaleras, algo inesperado sucedió. Allí, en medio del pasillo, vio una figura conocida. El corazón de Gojo dio un vuelco de alegría y alivio al reconocer a Ammyt, con las vendas nuevamente cubriendo sus ojos dorados.

-"¡Ammyt!" exclamó, su voz llena de emoción. Pero Ammyt no se detuvo. Pasó de largo, con la mirada fija hacia adelante, como si no lo hubiera escuchado. La indiferencia en su comportamiento lo dejó helado.

- "Ammyt, espera," llamó Gojo, alcanzándola rápidamente y poniéndose frente a ella.

Ammyt levantó ligeramente la cabeza, pero las vendas ocultaban cualquier emoción que pudiera estar en sus ojos.

- "Déjame pasar, Satoru," dijo con una voz fría y distante, muy diferente a la Ammyt que él conocía.

Gojo frunció el ceño, sin entender.

- "¿Qué te han hecho? ¿Por qué actúas así?"

- "Eso no te incumbe," respondió ella, esquivándolo y continuando su camino.

Gojo se quedó allí, en medio de las escaleras, sintiendo una mezcla de confusión, preocupación y dolor. Algo muy grave había sucedido durante esa semana, y sabía que no podía dejar las cosas así.

Ammyt necesitaba ayuda, aunque no quisiera admitirlo, y él estaba decidido a descubrir la verdad, sin importar los obstáculos que tuviera que enfrentar.

...Continuara.

¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?! - "Estoy En Jujutsu Kaisen"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora