28

365 38 2
                                    

Diecinueve días después.

Los días que Gojo Satoru estuvo encerrado pasaron, pero Zenin Ammyt no despertaba; seguía postrada en aquella camilla.

- "Ammyt," - susurró suavemente Gojo, agarrando su mano.

Gojo no sabía qué decir. Desde el incidente en Shibuya y todo lo que hicieron para poder liberarlo, había cambiado. Pero ver a Ammyt postrada en aquella camilla lo destrozó.

Es algo que nunca esperó ver, y se pregunta de nuevo por qué es el más fuerte, si no puede salvar a la mujer que ama.

Gojo de verdad ama a Ammyt. No sabe cómo se enamoró, pero la ama como sabe que ella lo ama a él.

- "Encontraré a tu hermano, lo prometo," - dijo Gojo antes de darle un beso a Ammyt y abandonar la habitación.

■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■

En la mente de Ammyt, las cosas eran muy diferentes. Estaba atrapada en un vasto vacío; todo era blanco. Dondequiera que miraba, solo encontraba a sí misma y sus pensamientos traicioneros.

Para ella, parecía que habían pasado miles de años, no diecinueve días. Era una tortura, porque recordaba cada momento que vivió en el clan Zenin y de su vida como Selena.

La única alegría para Selena era su abuela. Aquel día que se desmayó en el colegio, creyó que fue porque se enteró de que su abuela tenía cáncer. No iba a asistir a clase, pero su padre le dijo que no faltara por una estupidez.

Ese día, Selena tuvo una discusión con su padre, porque para ella no era una estupidez; la única persona por la que estaba viva se estaba yendo. Pero, como siempre, a su padre no le importaba nada.

- "¡MAMÁ NO VOLVERÁ!" - fue lo que gritó Selena a su padre antes de que este le golpeara en la cara.

- "Vete al colegio," - fue lo único que dijo el padre de Selena antes de irse a su trabajo, dejando a una Selena devastada.

Esa mañana, después de aquel incidente, Selena se maquilló, algo que nunca hacía, pero lo hizo para tapar el feo moretón que su padre le dejó en la mejilla.

Y así, entre recuerdos dolorosos, Ammyt se encontraba atrapada, reviviendo lo que experimentó en su vida pasada y lo que vivió en su vida como Ammyt.

Después de lo que parecía una eternidad de tortura mental, Ammyt escuchó un suave susurro que pronunció su verdadero nombre.

- "Selena" - susurró una voz detrás de ella, suave y familiar.

Ammyt se giró lentamente, con el corazón latiendo con fuerza. Lo que vio la dejó paralizada y, al mismo tiempo, la llenó de una profunda tristeza. Frente a ella, estaba la verdadera y original Zenin Ammyt, y a su lado, sus dos hermanitos pequeños, Hitori y Ryōsuke, con sonrisas serenas en sus rostros.

- "Lo siento... Lo siento mucho" - murmuró Selena, su voz quebrada, antes de caer de rodillas.

La verdadera Ammyt la miró con ternura, sin ningún rencor en sus ojos.

- "No es tu culpa, Selena" - dijo la verdadera Ammyt, con una voz calmada y reconfortante. - "Quiero darte las gracias porque hiciste lo que yo nunca podría haber hecho... Asesinar al clan Zenin."

Ammyt se acercó y puso una mano en el hombro de Selena, quien estaba de rodillas y llorando desconsoladamente.

- "Gracias por haber cuidado de mis hermanitos. No te culpes más, eso debió haber sido mi deber como hermana mayor. No era tu responsabilidad."

Selena rompió en un llanto aún más fuerte, liberando todo el dolor y la culpa que había acumulado en su corazón.

- "Te lo agradezco de corazón. Por eso, quiero darte esto." - Ammyt tomó suavemente la mano de Selena, dejando algo en su palma. - "Esto te ayudará, te lo prometo... Hasta siempre, Selena."

Ammyt se levantó y comenzó a alejarse, tomando de la mano a sus hermanitos.

- "Gracias, Selena" - se escucharon las voces infantiles de Hitori y Ryōsuke, llenas de gratitud y alegría, antes de desaparecer junto a su hermana mayor.

Selena quedó nuevamente sola, llorando como si no hubiera un mañana, liberando cada gota de dolor que había sentido.

- "Es hora de despertar" - susurró otra voz, esta vez firme y serena, antes de que todo a su alrededor comenzara a distorsionarse.

El vacío blanco empezó a desvanecerse y una luz cálida envolvió a Selena, guiándola de regreso al mundo real, donde una nueva oportunidad la esperaba.

■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■

Ammyt despertó con el corazón agitado y la respiración entrecortada, haciendo que todos los aparatos a los que estaba conectada comenzaran a sonar ruidosamente. El estruendo llenó la habitación, provocando un zumbido persistente en sus oídos.

Intentó concentrarse y calmarse, pero el ruido y la confusión la abrumaban. Entre el caos, escuchó una voz familiar y tranquilizadora que repetía suavemente:

- "Cálmate, Ammyt. Todo está bien."

Era la voz de Shoko, llena de calidez y preocupación. Sin embargo, antes de poder responder, Ammyt sintió cómo la conciencia la abandonaba de nuevo, cayendo una vez más en la oscuridad.



Ammyt despertó de nuevo, esta vez sintiéndose más lúcida. Lo primero que vio fue el rostro demacrado de Shoko, cuya expresión agotada reflejaba la gravedad de la situación.

Ammyt comprendió de inmediato que la batalla que tanto temía ya había comenzado y que necesitaba ir al campo de batalla sin demora. Sabía que tenía un modo de detener el caos, y no permitiría que nadie más muriera o sufriera. Había llegado la hora de asumir su papel.

- "Ammyt, por favor, necesitas descansar," - dijo Shoko con voz firme pero cansada, intentando detenerla. - "Acabas de despertar después de mucho tiempo. Tu cuerpo no tiene la energía para una batalla."

Ammyt se levantó lentamente de la camilla, sus músculos aún adoloridos por la inactividad prolongada, pero su determinación era inquebrantable.

- "Shoko, no puedo quedarme aquí. No permitiré que nadie más sufra. Debo irme," - respondió Ammyt, con voz firme y decidida.

Shoko la miró con preocupación, desesperación en sus ojos.

- "Si sales ahora, podrías morir. No estás en condiciones de pelear," - insistió Shoko, intentando hacerla entrar en razón.

Ammyt hizo caso omiso, su resolución no se veía afectada por las palabras de Shoko. Se dirigió hacia la puerta, dejando atrás a Shoko.

- "Gracias por todo, Shoko," - dijo Ammyt con una gran sonrisa, como una despedida.

Shoko se quedó allí, observando cómo Ammyt salía de la habitación. Sabía que no podía detenerla, y mientras su corazón estaba lleno de temor, una inquietante sensación de mal presentimiento se instaló en su pecho, aumentando su preocupación por lo que estaba por venir.

... Continuará.

■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■

Gracias por leer. No estoy segura, pero creo que ya se viene el final de la historia. Ya tengo el final en mi mente, solo me falta llegar a él.

No sé cómo explicarlo, pero creo que solo serán unos capítulos más y luego escribiré el final.

¡Bye... Bye!

¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?! - "Estoy En Jujutsu Kaisen"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora