20

481 45 3
                                    

Después de la confrontación con Naoya, Ammyt se encontraba en un estado de desesperación. Corrió frenéticamente por el patio del Clan Zenin, sus ojos escudriñando cada rincón en busca de sus dos hermanitos. El silencio ominoso del lugar solo intensificaba su ansiedad, su mente llena de imágenes aterradoras de lo que podría haberles sucedido.

Finalmente, en un rincón del patio, sus ojos se posaron en una figura conocida. Ryōsuke estaba en los brazos de su niñera Asami, sollozando incontrolablemente. Asami, visiblemente asustada, intentaba consolarlo, pero sus propios ojos estaban llenos de lágrimas y miedo.

Ammyt corrió hacia ellos, su corazón latiendo con fuerza. Al acercarse, su mirada se desvió hacia Hitori, quien yacía inmóvil en el suelo, su estado crítico dejando una sensación de horror y desesperación en el aire. Cuando vio la escena completa, algo la hizo gritar...














































Ammyt se encontraba arrodillada junto a su hermano, sus lágrimas cayendo como una lluvia torrencial sobre el suelo ensangrentado del patio del Clan Zenin. El dolor en su pecho era insoportable, un fuego que la consumía por dentro mientras sostenía el cuerpo maltrecho de Hitori.

- "¡¡WAAAAAAAAGGHHH!!"- su grito de dolor y tristeza resonó en la noche, derramando lágrimas que parecían no tener fin.

- "¡¡QUE DIABLOS PASO AQUÍ!!" - gritó con desesperación, su voz cargada de una mezcla de ira y miedo. - "Tu cuerpo... "¡¡PORQUE TU CUERPO ESTA ASÍ!!"

Hitori, apenas consciente, susurró débilmente, - "Hermana..."

- "¡¡NO TE PREOCUPES HARE ALGO!!" - gritó Ammyt, su desesperación palpable en cada palabra. - "¡¡TU HERMANA MAYOR HARA ALGO AL RESPECTO!!"

El dolor en los ojos de Hitori era evidente mientras susurraba con más debilidad, - "Hermana... lo siento. En aquel... Entonces... Yo... Te culpe... Lo siento." Su voz era un lamento, un susurro cargado de arrepentimiento. - "Y por haber sido una carga... Lo siento."

Ammyt, con lágrimas rodando por sus mejillas, exclamó, - "¡TÚ NUNCA FUISTE UNA CARGA PARA MÍ! ¡NI UNA SOLA VEZ!" - su voz resonaba con una mezcla de furia y amor. - "¡¡NO MUERAS!!... ¡¡NO TE ATREVAS A MORIR ANTES QUE YO!!"

Hitori, con su aliento debilitándose, dijo, - "Gracias... Por... Protegerme."

- "¡NO TE PROTEGI NI UN CARAJO! ¡TONTO!" - gritó Ammyt, sus sentimientos desbordándose en un torrente de tristeza y frustración. - "¡AGHHH! ¡MIERDAAAAAAAAAA!"

Hitori, en sus últimos alientos, susurró, - "Tú estabas intentando... Proteger... Me... Y YO... Quería... Prote... Gerte... Herma... Na." Su voz se iba apagando lentamente. - "Nos... Sentí... Mos... Igual... Porque Somos... Hermanos." Con una última pizca de energía, añadió, - "Tuviste Varios... Recuer... Dos Horri... Bles y yo quería... Que Tú... Seas Feliz... Quiero que Tú... No mueras..." - sus palabras eran un último deseo, un ruego silencioso. - "Porque Mi Hermana... Es... La persona... Más Amable... Del Mundo..."

Ammyt, al borde de la desesperación, gritó al cielo, - "¡AAAGHHH! ¡DIOOOOSS!! ¡DIOS, TE LO RUEGO!" - su voz se quebraba mientras veía cómo su ritual maldito Hīringu y su expansión de dominio Kaifuku no tenían efecto alguno. - "¡¡POR FAVOR!! ¡¡POR FAVOR!!¡NO TE LLEVES A MI HERMANO! ¡¡POR FAVOR!!"

Con su último aliento, Hitori susurró, - "G-...Gra... Cías Herma..na." Y entonces, su cuerpo se quedó inmóvil, su alma escapando de este mundo.

- " ¡¡AAAAGGHHH!! ¡¡HITORI!!" - gritó Ammyt con una desesperación que rompía el silencio de la noche. - "¡AAGHH! ¡WAAH! ¡¡HITORIIIIIIIIIII!! ¡AAAGHHH! ¡AAGHGHH!"

Algo dentro de Ammyt se rompió en ese momento. Una parte de su alma se desgarró, dejándola vacía y rota. Mientras las lágrimas continuaban cayendo, la furia y el dolor la consumían, transformando su tristeza en una promesa de venganza para su amado hermano menor.

■□■□■□■□■□■□■□■□■□■

Ammyt estaba arrodillaba sobre el cuerpo inerte de Hitori, sus sollozos llenaban el aire, pero sus lágrimas parecían no tener fin. Una sensación de vacío la consumía, como si una parte de su alma hubiera sido arrancada. Sus ojos dorados brillaban con una intensidad sobrenatural en la penumbra, una luz que parecía luchar contra la oscuridad que la rodeaba.

Con manos temblorosas, se quitó la venda que cubría sus ojos, revelando el resplandor dorado que los había consumido. Con cada latido de su corazón, Ammyt liberaba su energía maldita sin control alguno. Su ritual maldito Hīringu y su expansión de dominio Kaifuku se desataban como una tormenta, envolviendo el patio del Clan Zenin en una aura oscura y opresiva.

Sus gritos llenaban el aire, un eco desgarrador de su desesperación y su dolor. Con cada intento por traer de vuelta a su hermanito, la energía maldita la debilitaba aún más, pero ella persistía en su intento desesperado. No escuchaba las palabras de consuelo de Asami ni veía la preocupación en los ojos de Ryōsuke. Todo lo que importaba era traer de vuelta a Hitori, aunque fuera a costa de su propia vida.

Ammyt había perdido toda noción de tiempo y espacio, su mundo se reducía al cuerpo sin vida de su hermano y a la energía maldita que fluía a través de ella. Susurros de angustia y ruegos desesperados escapaban de sus labios, mientras luchaba contra las fuerzas oscuras que la consumían.

En medio de la oscuridad y el caos, los ojos dorados de Ammyt brillaban como dos estrellas solitarias, una luz de esperanza en la noche más oscura. Pero, por más que luchara, la muerte de Hitori permanecía como un hecho inexorable, un recordatorio cruel de la fragilidad de la vida y el poder implacable de la energía maldita.

■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■

Había intentado desesperadamente usar sus rituales malditos para traer de vuelta a su hermano, pero ninguno de ellos había funcionado. La sensación de impotencia la invadió, haciéndola sentir como si hubiera fallado no solo a Hitori, sino a sí misma y a todo lo que creía.

- "¡Inútil!" se regañaba a sí misma con voz temblorosa. "¿Para qué sirve todo mi poder si no puedo salvar a mi propio hermano? ¡Soy una vergüenza para el Clan Zenin!"

Sus palabras resonaban en el aire, cargadas de autodesprecio y desesperación. Pero justo en ese momento, una figura oscura se materializó en el patio. Era Naoya, con su mirada fría y despiadada clavada en ella.

Ammyt levantó la mirada, sus ojos dorados brillando con una mezcla de furia y desesperación. Pero entonces, una risa maligna brotó de los labios de Naoya, un sonido que heló la sangre de Ammyt.

- "¿Qué es tan gracioso?" murmuró ella, su voz llena de desdén.

Naoya se acercó lentamente, con una sonrisa cruel en el rostro.

- "Oh, Ammyt, siempre tan dramática," dijo con sorna. "¿Realmente creíste que podrías desafiar al destino con tus patéticos rituales?"

La risa de Naoya resonaba en el patio, una cacofonía de burla y desdén que envolvía a Ammyt en un manto de oscuridad. Pero en lugar de hundirse en la desesperación, algo dentro de ella se encendió.

Una sonrisa retorcida se formó en los labios de Ammyt, sus ojos brillando con una malicia recién descubierta.

- "Oh, Naoya," dijo en voz baja pero llena de promesas de venganza. "No sabes en lo que te has metido."

...Continuara.

¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?! - "Estoy En Jujutsu Kaisen"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora