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Ammyt simplemente se quedó unos segundos mirando al director Yaga detrás de la venda que portaba.

- "¿Y si digo que soy yo, acaso eso cambiaría algo?" - dijo Ammyt, ya que no quería recordar nada, porque al recordar eso también recordaba lo que tuvo que sufrir al despertar al día siguiente.

- "Ammyt... Tú..." -Yaga no sabía qué decir ya que sintió cómo Ammyt se tensó al mencionar lo dicho.

- "¡NANAMINNN!" - por casi toda Shibuya se escuchó el fuerte grito de Yuji Itadori. Ammyt se tensó ya que sabía lo que Yuji iba a decir - "¿¡ESTÁ NANAMIN POR AHÍ...!?" - preguntó gritando con todas sus fuerzas y el eco de su voz resonando por casi toda Shibuya. - "¡EL ENEMIGO SELLÓ...! ¡¡AL PROFE GOJO!!" - soltó la bomba, algo que Ammyt ya sabía que pasaría.

- "¡¿Qué?!... GOJO... ¡¿Qué?!..." - gritó Yaga en shock, al igual que Shoko. No podían creer que el más fuerte haya sido sellado.

- "¡NANAMINNN!" - se escuchó de nuevo el eco de la voz de Itadori llamando a Nanami Kento - "¡NA...NA...MINN! ¡NA...NA...MIN! ¡NA...NA...NA...NAMIN! ¡NA...NA..." - de repente en Shibuya no se escuchó más el eco del grito de Yuji Itadori.

- "Me voy, ya es la hora" - dijo Ammyt antes de marcharse sin escuchar los gritos de Shoko y el director Yaga.

Después de estar corriendo unos minutos, Ammyt llegó a uno de los edificios más altos de Shibuya, allí donde estaría bailando para hacer que su ritual maldito sea más efectivo y fuerte.

Su ritual estaría protegiendo a todo hechicero y ventanas que haya en Shibuya. Ni Ammyt sabe cómo, pero su ritual cura a todos ellos, como si supiera que son amigos y no enemigos.

- "Tú puedes" - se alentó a sí misma Ammyt antes de ponerse en posición de baile. Ese día bailaría no una música, sino varias.

Ya que en todo ese mes que estuvo fuera del mundo de Jujutsu, Ammyt no estuvo holgazaneando, sino que se impuso un entrenamiento intensivo.

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Ammyt no sabía cuántas horas habían pasado desde que comenzó su ritual, pero desde lejos pudo presenciar una titánica batalla. Era Sukuna enfrentándose a Mahoraga, una feroz confrontación entre el rey de las maldiciones y el shikigami más poderoso de Megumi.

Después de un combate intenso, Sukuna emergió victorioso gracias a su expansión de dominio. Desde la distancia, Ammyt observó cómo Sukuna giraba la cabeza hacia ella. En un abrir y cerrar de ojos, el demonio estaba frente a una Ammyt exhausta, que continuaba bailando sin descanso, consciente de que detenerse podría significar la muerte para muchos.

Sukuna tomó firmemente el mentón de Ammyt, deteniéndola en su danza. Aunque el ritual de Ammyt continuaba, el esfuerzo se triplicaba sin el movimiento constante, y ella sabía que no podría resistir mucho tiempo si Sukuna no la soltaba.

- "¿Qué es lo que quieres, Sukuna?" - preguntó Ammyt, con voz cansada pero firme.

Sukuna soltó una risa gutural y apretó un poco más su agarre antes de responder:

- "Quiero que sean mías, Zenin Ammyt." La sonrisa de Sukuna era macabra, y Ammyt entendió que no la quería por amor, sino por algo mucho más siniestro.

- "Seré tuya, si me prometes algo." Ammyt desafió a Sukuna, buscando una manera de obtener ventaja.

Sukuna se quedó en silencio por un momento, contemplando la oferta de Ammyt. Finalmente, dijo con una sonrisa burlona:

- "¿Qué es lo que quieres?" Preguntó Sukuna con una voz sádica.

- "Prométeme que no tomarás el cuerpo de Fushiguro Megumi. Si aceptas eso, seré tuya sin cuestionar nada." Ammyt habló con determinación, y Sukuna la miró sorprendido al ver que Ammyt había descubierto su plan.

- "¡¡HAHAHA!!" Sukuna estalló en risas, enviando escalofríos por la columna vertebral de Ammyt.

- "¿Acaso no tienes la suficiente fuerza para vencer a Gojo Satoru sin los poderes de Megumi?" Ammyt habló con una sonrisa burlona, provocando la ira de Sukuna.

- "Trato hecho, bailarina. No tomaré el cuerpo de Megumi y, a cambio, tú serás mía." Sukuna dijo con una voz posesiva y repugnante para Ammyt.

Ammyt apretó los dientes, sintiéndose repulsión por la situación pero sabiendo que no tenía otra opción.

- "Está bien, Sukuna. Seré tuya. Pero si rompes esta promesa..." Ammyt no terminó la frase, dejando la amenaza implícita en el aire.

Sukuna soltó el mentón de Ammyt y le dio un beso antes de desaparecer nuevamente hacia donde terminó la batalla contra Mahoraga.

Ammyt, sintiéndose sucia y traicionada por su propio acuerdo, se obligó a volver a bailar con renovado vigor. Necesitaba salvar a todos, especialmente a Nanami y Nobara, cuyas vidas dependían de su habilidad para mantener el ritual.

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Ammyt descansó cuando sintió que todos estaban bien, arrodillándose en la alta azotea del edificio. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, lágrimas de felicidad al sentir, gracias a su ritual, que Nobara y Nanami estaban vivos, al igual que los demás. Lloró porque, por fin, pudo cumplir una promesa que se hizo a sí misma. Algo que no pudo hacer por la verdadera Ammyt.

- "Lo logré... finalmente lo logré..." - murmuró Ammyt entre sollozos, su voz apenas un susurro en el viento de la azotea. - "Nobara, Nanami... están a salvo... al igual que los demás"

La batalla había terminado, pero Ammyt se quedó en aquella azotea, observando el panorama devastado de Shibuya. La ciudad estaba desgastada por la brutal confrontación. Edificios derrumbados, calles llenas de escombros y un silencio pesado cubrían el lugar, solo interrumpido por ocasionales gritos de los heridos y el distante sonido de sirenas.

Ammyt recordó que Gojo había sido sellado, lo que hizo que sus lágrimas volvieran con más fuerza. Su amado, el pilar más fuerte de su mundo, estaba atrapado. La desesperación la invadió, pero también una chispa de esperanza.

- "Gojo... mi amado Gojo..." - dijo Ammyt, su voz quebrada. - "Sé que tus alumnos te liberarán. Solo son 19 días... puedo aguantar. Ellos son fuertes, como tú."

De repente, Ammyt sintió la proximidad de sus compañeros. No estaba preparada para enfrentarlos todavía. Necesitaba regresar con su hermanito menor Ryōsuke y la niñera Asami a la cabaña que había conseguido. Aún no había terminado su misión personal, ni sanado sus propias heridas.

- "Debo irme. No puedo quedarme aquí." - murmuró para sí misma, mientras se ponía de pie. - "Ryōsuke y Asami me necesitan. Necesitan saber que estoy bien."

Con una última mirada a la destruida Shibuya, Ammyt desapareció de la azotea antes de que sus compañeros pudieran alcanzarla. Se movió rápidamente por las sombras, sus pensamientos una mezcla de dolor y determinación.

《Tengo que ser fuerte, no solo por mí, sino por ellos. No puedo permitir que mi debilidad ponga en peligro a los que amo.》pensaba Ammyt mientras corría.
《Ya he perdido a mi hermanito Hitori, no aguantaré perder a nadie más.》

... Continuará.

¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?! - "Estoy En Jujutsu Kaisen"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora