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Ammyt actuó con una velocidad y determinación que sorprendió a todos en el campo de batalla. Sin previo aviso, lanzó una patada devastadora que envió a Gojo Satoru volando por los aires. El silencio se apoderó del lugar mientras todos observaban con incredulidad lo que acababan de presenciar. Nadie esperaba que Ammyt, conocida por su calma y contención, atacara a uno de los hechiceros más poderosos.

- "¡Ammyt!" - exclamaron todos al unísono, incapaces de comprender la situación.

Gojo se levantó lentamente, su mirada fija en Ammyt, quien le daba la espalda y avanzaba hacia Ryomen Sukuna. La escena se volvía aún más desconcertante para todos, ya que Ammyt se arrodilló ante el rey de las maldiciones.

- "Sukuna..." - susurró Ammyt con voz firme y decidida, su cuerpo tenso pero su expresión determinada mientras se inclinaba ante él.

Todos los presentes observaron con asombro mientras, sin que nadie se diera cuenta, Ammyt activó una barrera especial que había heredado de la Ammyt original. Era una barrera que solo ella podía controlar, permitiéndole decidir quién podía entrar y salir de ella. Estaba segura de lo que debía hacer.

- "Ammyt..." - comenzó Sukuna, extendiendo una de sus manos hacia ella, invitándola a besarla como signo de sumisión y respeto.

Ammyt cumplió con el gesto, pero en su rostro había una mueca de desagrado que Sukuna no notó, ya que su cabeza estaba inclinada y su cabello ocultaba sus expresiones.

- "Cumpliré mi parte del trato," - susurró Ammyt con determinación mientras se ponía de pie y miraba directamente a los ojos de Sukuna.

- "Sé que lo harás. No querrás que tu hermano Ryōsuke muera," - respondió Sukuna con un tono amenazante, intentando intimidarla.

Pero Ammyt sabía la verdad: Ryōsuke ya estaba muerto. Lo había descubierto mientras estaba en coma, lo que significaba que Sukuna ya no tenía poder sobre ella con esa amenaza. También sabía que si estaba despierta, Kenjaku debía estar muerto, aunque no entendía por qué había tardado tanto en despertar.

- "Sabes, Sukuna," - dijo Ammyt con los ojos dorados brillando intensamente, una señal de su poder latente que comenzaba a emerger - "mi hermano Ryōsuke ya está muerto."

Sin previo aviso, Ammyt lanzó un poderoso golpe directo al pecho de Sukuna. El impacto fue suficiente para separar a Ryomen Sukuna del cuerpo de Itadori Yuji. Yuji cayó inconsciente mientras Sukuna fue lanzado hacia atrás, deteniéndose bruscamente al chocar con la barrera que Ammyt había erigido.

- "¡AMMYT!" - gritó Gojo Satoru con angustia y preocupación, temiendo lo peor.

Ignorando su llamado, Ammyt rápidamente agarró el cuerpo de Itadori Yuji y lo lanzó a través de la barrera. Gojo Satoru se movió rápidamente para atraparlo, asegurándose de que no sufriera ningún daño por el impacto.

Ammyt le dirigió una brillante sonrisa a Satoru antes de dirigirse hacia Sukuna, quien yacía gravemente herido por el choque con la barrera. El rey de las maldiciones gruñó de ira mientras se levantaba, prometiendo venganza.

- "¡PAGARÁS POR ESTO, MALDITA PERRA!" - rugió Sukuna, su voz llena de furia mientras se lanzaba hacia Ammyt.

Con agilidad y reflejos afilados, Ammyt desvió el ataque de Sukuna con una rapidez que demostraba su habilidad y experiencia en combate, algo que no había mostrado en mucho tiempo.

La sorpresa y el desconcierto llenaron el campo de batalla. Nadie entendía cómo Ammyt había logrado separar a Ryomen Sukuna del cuerpo de Itadori Yuji.

Sin embargo, lo que nadie sabía era que Ammyt había sacrificado algo valioso para lograr aquello, algo que no lamentaba, pues prefería ese sacrificio antes que ver morir nuevamente a su amado Satoru Gojo.

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Para Satoru Gojo, la llegada repentina de Ammyt fue como una ráfaga de viento fresco en medio de la tormenta. Había creído que ella seguía profundamente dormida debido al sello que la mantenía así, por lo que verla allí, en medio del caos de la batalla, fue completamente inesperado y sorprendente.

Cuando Ammyt lanzó aquella patada poderosa que lo envió volando, Satoru sintió una mezcla de emociones. La sorpresa inicial fue seguida rápidamente por el reconocimiento de su valentía y determinación. Sabía que ella era capaz de grandes cosas, pero verla actuar de esa manera tan decidida y audaz lo dejó sin aliento.

Su corazón latía con fuerza mientras observaba cómo Ammyt se arrodillaba ante Sukuna y activaba una barrera misteriosa. Aunque estaba preocupado por lo que eso significaba para ella y para la situación en general, también sintió un profundo orgullo por su amada. Sabía que Ammyt siempre había sido una estratega brillante, y confiaba en que tendría un plan para manejar la situación.

El nombre de Ammyt resonó en su mente mientras la observaba con una mezcla de asombro y admiración. Estaba decidido a protegerla, pero también sabía que ella era capaz de cuidarse por sí misma.

En ese momento, su corazón se llenó de determinación para enfrentar lo que sea que estuviera por venir, sabiendo que Ammyt estaba ahí, lista para desafiar incluso a los más poderosos enemigos.

... Continuará.

¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?! - "Estoy En Jujutsu Kaisen"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora