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El pueblo miraba con angustia y miedo puro el castillo ahora destruido, las explosiones habían creado pánico en ellos, pero ningún escombro de la estructura había caído incluso cerca de los puestos.

Todos miraba con incertidumbre lo que había ocurrido.

Unos rezaban por el bienestar del rey Renjun, por el antiguo rey y la reina.

Un pequeño de nos mas seis años vestidos con harapos sucios y endurecidos por la tierra miro había arriba cuando la luz de la luna desapareció.

Nubes grises casi negras posaron sobre ellos, truenos se hicieron presentes y la primera gota cayo.

— Lluvia — susurro una mujer con los labios agrietados y la piel maltratada por los rayos de sol.

Las gotas comenzaron a humedecer la sedienta y casi muerta tierra, la llovizna de volvió cada vez más intensa volviéndose una tormenta.

El pueblo bailaba bajo la lluvia en total euforia, niños y jóvenes entraban y salían con todo objeto que fuese hondo esperando obtener un poco de agua para darle a sus familiares postrados en cama.

— Tu pueblo me está matando — gruño el demonio mirando mal a su amo mientras masajeaba su adolorido cuello, pues el pueblo le agradecía al guardián por la lluvia. Manchas rojas habían aparecido en su piel siendo agonizante para su sistema que aun trataba de procesar tanta energía blanca.

— ¿Dónde está mi padre? — pregunto ignorando que el demonio estaba tosiendo sangre.

Las serpientes comenzaron a moverse desesperadamente por todo el cuerpo del demonio, la euforia que el pueblo tenía estaba dirigido al guardián que estaba muerto y que causaba grandes estragos y daños.

— Mark... — los colmillos crecieron y con hambre y casi en agonía se abalanzo sobre el cuerpo del nombrado mordiendo con fuerza y sin una pizca de moderación.

Mark cayó sobre el césped seco dejando que el demonio drenara su sangre, sentía la desesperación de su acompañante.

— Toma más lento, si sigues así me dejaras en la inconciencia — susurro acariciando el cabello negro de chico.

Donghyuck en contra de su voluntad y naturaleza se obligó a detenerse, no quería matarlo nuevamente, sus labios habían sido pintados con la sangre roja con tonalidades negras, sus colmillos aun deseaban aquel líquido que lo mantenía a raya de la locura, pero sus serpientes se habían calmado momentáneamente.

— ¿Dónde está mi padre Donghyuck? — el demonio estiro su ala izquierda volviéndola a encoger segundos después haciendo aparecer el cuerpo del padre de su amo, el hombre estaba vivo pero sumergido en un muy profundo sueño.

— Su alma me pertenece — Mark ladeo su cabeza — Fue en el momento en que mate a mi hermano — aclaro.

Mark se levantó con ayuda del demonio, miro su alrededor, todo estaba destruido, no había quedado nada mas que desperdicios y uno que otro cuerpo aplastado.

— Pronto hablaremos de ello, detén la tormenta — ordeno siendo obedecido al instante. La luna cobro nuevamente su resplandor y las nubes se esparcieron, como nada hubiese sucedido.

— Te recomiendo que te presentes mañana, no me siento bien — hablo mirándolo con ojos perdidos, su piel se volvió marchita y varias marcas de maldición aparecieron haciendo que sus serpientes se retorcieran en dolor.

Un encuentro muy temprano que había consumido casi toda la energía del demonio y los seres de luz absorbidos aun luchaban por destruir su interior o salir a la superficie para acabar lo que su antiguo amo comenzó.

GENESIS - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora