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Taeyong despertó sintiendo un hoyo en su pecho, gotas de sudor revelaban por su frente y pecho angustiándolo terriblemente. Llevo la mano a su pecho, justo a su corazón sintiendo un algo inexplicable que lo carcomía con rapidez.

Miro hacia su costado encontrándose con el rostro tranquilo de su amo, con cuidado se puso de pie y camino hacia la ventana, se sorprendió en gran manera al ver el cielo teñido de rojo, nubes tan grises e imponentes dibujaban un torbellino más allá de las montañas.

— Lo sé, esto no es bueno — le respondió a su dragón que se movía preocupado de sus hermanos.

Primero el presentimiento de Taeil y ahora en tierras de Nakamoto donde winwin servía, no era coincidencia, algo más allá de una guerra estaba ocurriendo, pero en el cielo tampoco se había hecho anuncio de la llegada de estos ángeles...

Una parte de él le gritaba casi en desesperación que fuese a ese lugar más allá de las montañas para saber si sus hermanos estaban bien, pero su otra parte le decía que no le tomase importancia, un conflicto entre ellos podía escalar a tal magnitud debido a sus dones.

— Algo está mal — se dijo con el ceño fruncido.

Volteo a ver a Jaehyun reconsiderando la propuesta que estaba ya a nada de decirle junto con el amanecer que se estaba dando.

— Tal vez deberíamos hacer una visita — dijo conociendo el ser que podía llegar a tener información de alto valor.

Si era lo que realmente se cruzaba por su cabeza debían estar preparados puesto que esta vez desconocían los límites de los enemigos porque si bien el abismo es un lugar donde el vacio prevalece y la locura llega a consumir hasta la muerte, existen seres que se mantienen en las sombras dormidos esperando inútilmente ser despertados con la mínima esperanza de volver una vez más al plano terrenal a terminar lo que una vez bajo un deseo lleno de maldad y venganza iniciaron.


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Los días eran largos y las noches demasiado cortas, día tras día aprovechaba cada oportunidad que el manto nocturno le brindaba para recordar aquellos momentos en los que una vez fue realmente feliz, aquellos días que sonreía y reía genuinamente, ellas noches donde la oscuridad guardaba el secreto prohibido de una unión aborrecible.

Los años pasaban y su cuerpo estaba intacto, los años hace muchísimo se habían congelado dejándolo con la apariencia de cuando tenía veinticuatro años, sin embargo, su corazón aun seria herido, destrozado, pero lleno de rencor, un sentimiento totalmente prohibido para un ángel, pero aceptado para un humano.

Siempre hizo broma de lo prohibido, siempre se burló en secreto de aquel niño de piel morena y alas impresionantes, pero como si la vida le hubiese regresado sus burlas, termino enamorado, con un corazón roto y una sed de venganza que al día de hoy no podía siquiera medir.

GENESIS - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora