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A Donghyuck aún le dolía el pecho, Minhyung estaba estable y nuevamente presente en su totalidad, sus hermanos vivían y al parecer mantenían su vitalidad y fuerza intacta al igual que sus armas ¿Por qué él fue el único al que le sellaron su arma y no fue sellado en un cristal? Realmente no lo sabia, pero suponía que por lo que había sido y lo que convivio con el brujo.

— Bien, estamos libres ¿ahora? — pregunto Lucas mirándolos — ¿Nos introducimos nuevamente a la guerra? — pregunto soltando una sonrisa sarnosa.

Ambos demonios podían sentir la energía que fluía en el reino de su hermano, esta energía era muchísimo más pura y fuerza que en los años que estuvieron sirviendo. La naturaleza de este lado estaba a su favor y el agradecimiento de los habitantes era puro e infinito.

— ¿Por qué tardaste tanto? — pregunto Jeno sin soltar a Jaemin.

— A diferencia de ustedes no quede en un cristal, ellos me sellaron si, pero me dejaron en lo más profundo del abismo, cien años ahí no es fácil, mi cuerpo se deterioró demasiado, con la llegada de Minhyung pudimos regresar, pero tuvimos que estar más de siete años en recuperación, eso sin contar lo que me tomo recolectar todo para liberarlos.

A ninguno le extrañaba que a Donghyuck le hiciesen eso, al haber sido un ángel con la etiqueta de Tamiel y volverse en demonio no era algo alentador para los seres divinos.

— Bien, tenemos siete días antes de que Taeyong ataque, supongo que hicieron amigos ¿no? — tanto Lucas como Jeno sonrieron grande y tenebroso.

— Ni te imaginas cuantos — soltó una carcajada el pelinegro.

Porque si bien estaban en un cristal y sus cuerpos sellados totalmente inmovilizados, con el tiempo desarrollaron la habilidad de poder proyectarse por un breve lapso de tiempo.

— Bien, creo que es hora de irnos — hablo el ángel albino logrando finalmente separarse del demonio.

Jeno frunció el ceño al mirar una irregularidad en su ángel, se acercó y tocó el ala izquierda produciéndole escalofríos — ¿Qué te paso? — pregunto preocupado.

Jaemin suspiro pesado lamentándose de que el tiempo no se haya extendido un poco más — Esta rota — dijo simple — Ellos lo hicieron — su castigo no solo era estar condenado a un reino sin poder salir, vivir dentro de una ilusión sin poder usar por completo su don sino también jamás volver a volar porque un ala rota solo puede ser curada o reemplazada por el Rey de los cielos...

Jeno trago en seco tratando de apaciguar su gran enojo, miro a Donghyuck quien negó con la cabeza antes de tomar a Minhyung y alzar vuelo, seguido de Lucas.

— Vamos Nana — dijo tomando su mano, el ángel sonrió corto tomando la mano que tanto anhelaba volver a sentir, sus pies dejaron el suelo y nuevamente se elevó.

No era de la manera en que deseaba volar, pero tenía algo muchísimo más especial e importante que por muchos años lloro y soñó.


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Jeno dejo en beso en su amado deseando poder quedarse toda la eternidad a su lado, pero para ello debía terminar una guerra y ahora esta está acompañada con el deseo de la venganza.

Salió de la habitación caminando hacia la biblioteca donde sentía la energía de sus hermanos, los pasillos eran preciosos, las decoración finas y el ambiente encantador, sonrió internamente felicitando a su hermano por lograr uno de sus deseos.

— Pienso que sería bueno atacar este reino, tendríamos más espacio — dijo Lucas poniendo una pieza sobre el reino próximo, tendrían más terreno para moverse, además de que era una ubicación ventajosa al tener ser un terreno montañoso con posibles escondites en las montañas.

GENESIS - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora