GENESIS - Markhyuck

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Minhyung abrió sus ojos increíblemente grandes al ver como las cadenas de Donghyuck traspasaban con crueldad el cuerpo de Jaemin, bajo su mirada a los demonios que estaban totalmente neutros sin reacción alguna.

— ¿Por qué? — preguntó.

Lucas volteó a ver al humano que descansaba sobre la espalda de su hermano.

— Es parte del ritual, la sangre del ángel debe correr para formar su arma y que su sangre comience la transformación — respondió.

— Cuando Donghyuck hizo el pacto, Ten le clavo una espada en su corazón, el ángel apenas sobrevivió porque eso es muy peligroso ya que lo puedo matar instantáneamente — dijo Jeno recordando tal hecho tan agobiante pero excitante.

El humano asintió quedándose en silencio, ciertamente desconocía ese hecho, su recorrido por los recuerdos del demonio era de gran extensión, pero podía seguía satisfecho con lo que conocía.

El cómo fue condenado a no tener un contrato, su encuentro con el ángel Na, su aventura en el plano terrenal en compañía de Ten, la calidad con la que fueron recibidos por el clan y como ambos ángeles comenzaron a conocer y aprender practicas ocultas, prohibidas para los ángeles y tentativas para los curiosos.

Había visto como los ángeles y su padre tenían un intercambio de conocimientos claro, todo a escondidas de Johnny ya que para esos entonces apenas se conocían, apenas Ten se había presentado en el castillo y caído ante el encanto del príncipe.

Era realmente increíble como es que Donghyuck podía ver los recuerdos de Ten con tanta facilidad llegando incluso a sentir sus emociones.

— Creo que es hora — habló Jeno sacándolo de sus pensamientos.

La serpiente que posaba en el hombro de Minhyung comenzó a susurrarle al oído — Donghyuck dice que no, está tardando más de lo esperado.

— ¿Por qué? — preguntó Jeno sintiendo su corazón acelerar.

— Na tiene un sello que está impidiendo que se complete el pacto.

Los tres voltearon hacia el domo que estaba volviéndose totalmente negro, un aura oscura poco a poco rodeaba el exterior.

Donghyuck por su parte tenía el ceño fruncido, la energía oscura invocada del reino demoniaco se estaba filtrando, no es que fuese malo, pero era energía que debía ser directamente consumida por el cuerpo del ángel que estaba sufriendo puesto que su sangre divina estaba contrarrestando la nueva energía.

Chasqueó su lengua invocando su guadaña que inmediatamente se volvió una espada, no estaba seguro de que el ángel sobreviviera por su cuerpo ya lastimado en puntos vitales, pero ese maldito sello en el corazón estaba impidiendo que todo saliera correctamente.

El ángel respiraba con una gran dificultad, pero la primera protección del domo se estaba agrietando, la toda la energía salía de golpe, ellos sabrían lo que estaba haciendo y no dudarían atacar de inmediato, si eso pasaba la derrota seria inminente puesto que, aunque tuviesen la mayoría de los preparativos listos, la cantidad de ángeles que ahora existía en el plano terrenal los superaban con creces.

— Escúchame bien Na Jaemin, más te vale sobrevivir a esto — el ángel lo miro con lágrimas de sangre — No pasaste más de cien años atrapado en aquella ilusión para que esto te mate — Donghyuck alzo la espada apuntando a su corazón — Jeno te espera y tu venganza también, no te puedes morir Nana — dijo clavando su espada en el pecho del ángel traspasando su corazón.

El grito del ángel, tan desgarrador y doloroso retumbo en todo el lugar, ondas chocaban contra las protecciones haciendo que los oídos del moreno doliesen. El aturdimiento no se hizo esperar, el estómago del demonio se revolvió haciéndole querer vomitar en ese mismo instante.