_ᴱᵐᵉʳᵍᵉⁿᶜʸ

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— No creo que lo sagrado huela así – murmuró con cierto asco el pequeño rubio, quien estaba sentado a lado de un moreno, quien miraba hacia la ventana, por su parte, los otros dos semidioses estaban sentados al otro extremo, uno más dormido que de...

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— No creo que lo sagrado huela así – murmuró con cierto asco el pequeño rubio, quien estaba sentado a lado de un moreno, quien miraba hacia la ventana, por su parte, los otros dos semidioses estaban sentados al otro extremo, uno más dormido que despierto, ni por toda la cafeína que le quería inyectar Percy dejaría tener sueño.

El bus hizo una leve parada, el cuerpo que parecía dormir, ahora se sobresaltó al ver a la chica a su lado pararse, miro a su lado, había una tienda afuera, ¿ya era hora de comer?, se preguntó internamente a un que algo desorientado, pudo ver como es que una vez más estaban peleando por alguna idiotez dicha por aquel rubio.

Si tuviera que describir a Percy en pocas palabras, no podría, aquel chico parecía tan despistado, y enojón, entendía que se sobresaltara, pero no ha parado de pelear desde que salieron, el rubio revoltoso que parecía ser igual a un gato en defensiva por ratos era adorable, pero por ratos solo quería golpearlo incluso si su mano se rompiera.

— ¿Papas fritas y galletas? — parpadeo un par de veces, la voz del canto de aquel sátiro lo había hecho perderse en sus sueños por unos segundos, los sátiros poseían una voz encantadora y hechizadora, no entendió el cómo no pudo eso calmar aquel par de revoltosos.

— oh, y una leche de chocolate, pero si no hay de fresa — se levantó alzando la mano, mirando a la chica asentir, pero poco antes de que se fuera aquella voz en tonos chillones hablo.

— No leche, Annabeth ya que no podemos salir, al menos hazme el favor no darle leche — aquella chica rodó los ojos, pero yo solo fruncí el ceño, era tedioso, se atrevía a privarme de aquel lujo.

— Percy, sé que es todo tenso, pero no deberías prohibirle eso — murmuro a su lado Grover, quien al parecer noto mi enojo, este me dio un asentimiento de cabeza y yo le di una leve sonrisa, cosa que no parecía satisfacer al rubio.

— ¿Para qué necesitaría la leche?, ¿no es lo suficientemente alto ya? — señalo al chico de lentes quien solo mordió sus labios tratando de no hablarlo, aquel chico buscaba pelear con medio mundo desde que salimos del campamento.

— No es eso, ya sabes, son cosas sagradas, es como si te quitáramos los dulces azules — explico el sátiro encogiendo los hombros, pude ver al otro hacerse el digno, y negar rápidamente.

— No metas la comida azul en esto — se puso a defensiva sacándome una risa por su actitud, el volteo a mirarme con confusión.

— ¿Qué por la mirada?, ¿me lanzarás un chorro de agua? — miro al chico con todo divertido, aquel otro estaba por pararse y hablar, pero una voz agitada nos interrumpió.

— Tenemos que ir nos ya — agitadamente, Annabeth nos advirtió, los levantamos, y ahí pudimos verla, aquello que parecía igual que una cucaracha, con apariencia humana, pero alas de pájaro o murciélago, caminaba igual que una pasarela con su aspecto horrendo.

— Por favor evacuen — escuchó la voz del chofer, pudimos notar que todos se levantaban, así que los imitamos, pero una figura más se estrelló contra la ventana, ocasionando que nos agacháramos y soltara un grito.

— ¡No! — solté un grito, y tapé mi cara, pero pronto lo que parecía ya alcanzarnos, Annabeth lanzo una daga atravesándola, se desintegró demasiado, quería tomar mis cosas, pero estaban muy lejos, así que estire la mano para tomar aquel llavero en forma de peluche.

Justo cuando estaba por usarla, la chica negó mientras se agachaba, me indico seguir a los otros chicos que aprovecharon a huir, al parecer todos tomaron algo de sus maletas, lo único que se recuperó, se apresuraron a salir y ahora era mi turno.

— ¡Félix, salta, salta! — el sátiro me aliento a salir más rápido, así que lo hice a un que no estaba tan alto, no evito que mi cuerpo cayera hacia adelante, así que antes de estrellarme el moreno me atrapo ligeramente.

— ¿Estas bie-? — un simple toque, no termino su oración, ambos lo sentimos, nos pasmamos por unos segundos, pude notar mil cosas pero ni una de ellas era lo que pasaba en ese momento, el risado parecio salir de su trance y cuando lo hizo dejo de tocarme, miro al frente a la chica saltar siendo ayudada por el rubio quien camino hacia nosotros.

— ¿Qué pasa?, ¿Grover, qué pasa? — nos miro pasmados, yo agache ya cabeza, y el satiro me miro dando una sonrisa de lado, meti mis manos en mis bolsillos y ahi los vi, mis guantes, el moreno solo pudo murmurar un "nada" para indicarle a los otros que comenzaramos a correr, a un que me quede atras, el me espero unos pasos atras, y me dio una leve sonrisa al verme tratarme de poner los guantes.

— Hey esta bien, no pasa nada, no los uses si no es necesario — hablo con calidad, por un momento me recordo a Clovis, el sabia que de nada me servirian pero negue, y me coloque los guantes, y luego aquel llavero lo colgue tambien en mi camisa.

— Esta bien, quiero usarlos — murmure con una sonrisa, y corria hacia el bosque donde ellos, este solo asintio un poco.

— Y perdón por ver lo que no — tambien me disculpe, un simple toque me basto para ya conocer media mida del satiro, este nego, rapidamente.

— No pasa nada, me gusta que mis amigos conoscan de mi — dicho eso se adelanto al ver a los otros que estaban ya peleando.

— Si no quieres llamar al campamento, llamemos a tu madre — se defendio agresivamente Percy ante las palabras de la chica, desde lejos a un que sumido en mis pensamientos note el como el queria llamar al campamento.

— Si lo hacemos, diran que fallamos, no llevaremos la gloria — le dije, y este reacciono rapido ante lo dicho.

— Como si eso te fuera afectar — se puso un paso adelante, y señalo mi cuello vacio, yo solo puse una mano ahi, frunciendo el ceño.

— ¡Percy! No se que te pasa pero lo unicos que has hecho es pelear con nosotros y me estoy cansando, en verdad, trate de ser positivo pero ya no —por fin salto a la defensiva el satiro, yo por fin respire tranquilo, aquel parecia estar a punto de reclamar pero.

— ¿Disculpa?, Grover deberias estar de mi lado, eres mi protector — Percy parecia molesto pero Annabeth interrumpio.

— Pero antes de serlo fue mio tambien — la chica solto con rabia ante ver como el rubio se comportaba, aquel ojo azul abrio la boca y me miro incredulo.

— ¿Antes de mi, tú eras su protector?, que falta que tambien seas el de el — Percy se acerco a grover quien nego, mientras señalaba a Felix.

— No, yo… yo tuve otro, guía — algo nervioso por la voz dominante del chico expliqué, pero no pareció creerme. — ¿Huelen eso?, ¿hamburguesas, a mitad del bosque?, hablo enserio — la voz curiosa del satiro se retumbo, como ub perro siguio el olor, y nosotros detras de el.

— El jardin de la Tia Eme — murmuramos, lo que decia aquel viejo cartel, estaba un jardin algo descuidado o es que asi era el estilo, lianas largas, y estatuas de piedra.

— Que rara y bonita decoración — murmure acercandome más a ver todo, pero los chicos hablaron algo que no logre comprender pero antes de siquiera hablar, la criatura nos encontro, dispuesta a atacarnos, tome mi llavero listo para el ataque.

— Debiste aceptar mi oferta — aquella criatura miro especificamente a la unica mujer del grupo quien retrocedio.

— ¿Annabeth, que oferta? — el chico rubio la miro y ella nego otra vez plasmada, sin saber como contestar.

— Annabeth, contesta pronto o no habra de otra — le murmure al estar cerca tragando duro, y sujetando con fuerza el llavero.

— Oh, no, no en mi jardín invitado — su voz encantadora, seductora me hizo temblar, ella se cubrió con sus alas, y pronto todo cuadro, Medusa, pensé, bajando la mirada, pero apretando mi llavero por si era necesario todos los chicos bajaron la mirada, y hubo un silencio.

ɯɐǝɹpʎɐᗡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora