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— El ruido paro — escuché a Grover a nuestro lado, hace un par de minutos que habíamos dejado a Annabeth detrás, todo el camino fuimos perseguidos por aquel perro de tres cabezas

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— El ruido paro — escuché a Grover a nuestro lado, hace un par de minutos que habíamos dejado a Annabeth detrás, todo el camino fuimos perseguidos por aquel perro de tres cabezas.

— Es así, todo el camino nos persiguió, ¿y ahora?, solo se detuvo — Percy a su lado tenía la respiración agitada, al igual que Félix, había huido lo más lejos posible, por su parte aquel castaño llego a ellos cansado, recargándose en sus rodillas, y el aire escapando de sus pulmones.

— Sí, ¿por qué será? — contuvo su aliento, antes de enderezarse, miro confundido a los chicos, ellos repartían miradas sospechosas.

— No lo sé, pero no me gusta.

— A mí tampoco, lo vi en una película — murmuro Félix caminando al verlos avanzar, dio un último vistazo atrás, asegurándose que no los seguían, su distracción fue grande hasta que escucho los gritos de los amigos.

— ¡Grover, Grover! — Percy en desesperación vio al sátiro siendo arrastrado como si de una liana se tratara, el chico moreno lo veía con desesperación extendiendo sus manos.

— ¡Percy, Félix!, ¡Ayuda, son los zapatos! — dio un gruñido en susto al verse arrastrado, el hijo del mar fue el primero en correr detrás de él.

— Jodida mie..., ¡Esperen! — Félix avanzo a la par viéndolos, el aire levantaba los pies del sátiro, y Perca se detuvo un segundo, pero no títebureo mucho antes de lanzarse corriendo a su amigo quien se revolcaba en la arena, tomo su mano entrelazándola, en una mezcla de desesperación, se aferró a la mano del sátiro y con la otra rebuscaba entre de su ropa encontrando reluciente su espada, quien fue clavada, el moreno se aferró con sus fuerzas, soltaba leves sollozos en quejidos, las aujetas se comenzaron a desatar por sí mismas, y las zapatillas rojas desalojaron los pies de este.

Percy soltó un quejido, ellos al rodar quedaron en la mitad, tomo con fuerza la mano del sátiro y lo jalo consigo hasta tomarlo por parte de la cintura, lo atrajo a él, Grover se aferró a él, dependían de esa espada clavada y la fuerza.

— Te tengo, te tengo amigo — murmuro, Percy hacia Grover, su mirada fue hacia arriba, dejando ver a un chico alto quién estaba parado, su mirada estaba ida, mirando al acantilado mordiendo sus labios, y luego soltó un leve suspiro entre sus labios cortador.

— Félix — El rubio llamo al castaño, el moreno se aferró a mi ropa, lo que hizo que pudiera liberar una mano y extenderla al tuerto esperando a que nos ayudara a subir, sin embargo, no fue así.

Aquel ojo claro me miraba como si poco le importaba, no supe si era por la distancia, pero note como temblaba, y daba un paso hacia atrás, dejando mi mano colgando, apretó los puños, dio un murmuro, algo que no pude escuchar o leer, note que miro hacia atrás y luego al acantilado una vez más.

— No, no – los labios de Félix se movían, trato de darse la vuelta, retrocedió levemente.

— ¡Félix! — lo llamo una vez más, pero él no respondió, parecía estar en un shock, como si no fuera consiente de lo que hacía; sin embargo, Percy descarto la teoría cuando sus ojos chocaron con el de él, dio otro paso atrás, como si tratara de ir sé, quizás el miedo al barranco era más grande.

ɯɐǝɹpʎɐᗡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora