Solo habían pasado un par de semanas desde la reunión de naciones.
Todos habían vuelto a sus casas a excepción de Alemania, quien se mudaría con Italia para cuidarlo, y Romano, que se mudaría con España para ser cuidado. Fuera de ellos todos los demás regresaron a sus hogares a continuar con sus vidas y trabajos.
Aquel fue un día como cualquiera. Inglaterra despertó, se arregló, bebió su té y fue a trabajar con su jefe. Horas más tarde regresó a casa como siempre, cansado y ansioso de tomar una taza de té en el jardín admirando sus preciadas rosas mientras conversaba con las hadas.
-Qué extraño... -pensó- Estoy seguro de que cerré la puerta...
Confundido, Inglaterra entró a la casa, colgó su abrigo en el perchero y dejó los documentos que cargaba sobre un mueble.
Andando despacio se acercó cauteloso a la cocina, de donde provenía algo de ruido. Prestando atención identificó que era el sonido de las gavetas y los cajones abriéndose, aunado al sonido de alguien mascando galletas.
"Deben ser los duendes" aseguró al recordar que llevaba meses sin comprarles las golosinas ni postres que tanto les gustaban. Después de todo, desde su crisis se esforzó tanto en volver a su peso que mantuvo su cocina casi vacía para solo comer lo necesario.
-L-Lo siento, chicos -dijo abriendo la puerta- Mañana les compraré golosinas y... ¡A-A-AMÉRICA!
-¡Hey, Inglaterra! -respondió América con una sonrisa y una galleta en la boca- ¿Qué le pasa a tu cocina? No hay nada que comer aquí. Solo encontré té y estas galletas.
-¡M-Mis galletas! ¡Maldición, las compré ayer y ya te las comiste todas! ¡¿Qué demonio haces aquí?! ¡¿Acaso viniste hasta acá solo para dejarme sin galletas para tomar el té?! ¡Idiota! ¡Estupido! ¡Cerebro de hamburguesa! ¡Gor... ¿Gordo...?
Calmandose de su rabieta, Inglaterra fijó su mirada en el abdomen de América. Vestía ropa deportiva, pantalones elásticos y una chaqueta que lucía en extremo ajustada a causa de una redonda y gran barriga.
-A-América... -dijo pinchando su barriga- ¿Estás escondiendo un balón de basket aquí?
-No... -respondió avergonzado desviando la mirada.
Confundido y asombrado, Inglaterra apretó y sacudió la barriga para comprobar que era real y efectivamente, era una suave, gorda y redonda barriga.
-¿P-Pero qué te sucedió? -dijo preocupado
-Bueno, pues...
-¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Tienes fiebre? ¿Te sientes mareado? Ven, vamos a la sala para que te sientes. T-Tengo una barra de chocolate en el bolsillo de mi abrigo, te la daré, siempre te sientes mejor después de comer chocolate.
América se sintió sumamente confundido mientras Inglaterra tiraba de su brazo para guiarlo hasta el sofá. Honestamente, esa no era la reacción que esperaba.
Estaba 99% seguro de que Inglaterra se enojaría, lanzaría insultos y regaños cuando viera su barriga, pero había apostado a ese 1% restante en donde Inglaterra le diría emocionado lo tierno que se veía con su barriga y sus rechonchas mejillas.
No obstante, parecía haber errado en sus predicciones.

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DOLCE
FanfictionContinuación de HERO WG Tras la crisis de América, Italia y Romano aparecen en la reunión con un evidente aumento de peso, pues ahora son ellos quienes atraviesan por los efectos de la crisis. Mientras que Alemania cuidará a Italia, España cuidará a...