DOLCE

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-Entonces los aliens, los robots y los vaqueros se unirán para pelear juntos contra el monstruo gigante ¿Qué opinas? ¿No crees que será una película genial? ¿Inglaterra?

Al llegar a la cafetería, América se percató que su acompañante dejó de prestarle atención.

-¡Oyeeee! ¡Inglateraaa! ¡Iggy!

Por más que le gritaba, Inglaterra tenía la mirada totalmente cautivada en otro sitió.

Dirigiendo su vista a donde él veía, se encontró con todas las demás naciones reunidas alrededor de los hermanos.

Romano comía descuidadamente llevando cuánta comida podía lo más rápido posible al interior de su boca mientras que España permanecía de pie a su lado sosteniendo más comida cerca de su boca para que no tuviera que detenerse en ningún momento.

Por su parte, Italia comía alegremente un tazón de pasta, mientras Alemania limpiaba con un pañuelo sus mejillas tras cada bocado.

La mitad de las naciones miraban asombrados la rápidez y la forma en que Romano comía, mientras que la otra mitad admiraba lo tierno que se veía su hermano.

-Qué tierno -rió Inglaterra- ¿No crees que Italia se ve adorable? Mira sus mejillas, se ven tan suaves y regordetas que quisiera pincharlas.

América se quedó en blanco, mientras Inglaterra se alejaba ofreciendo una bolsa con scones a Italia.

¿Acaba de escuchar lo que acababa de escuchar?

¿Le había jugado una broma sus oídos?

Temblando del shock llevó sus manos hasta sus mejillas.

-No son regordetas -se dijo a sí mismo- Bueno quizás un poco, pero... tal parece que no lo suficiente para ser consideradas tiernas...

Miró a Italia...

-¿Tierno? Bueno, ciertamente creo que lo es..¿Pero por qué él es tierno y yo no? Quizás soy demasiado increíble para ser considerado tierno...

América intentó convencerse a sí mismo durante un largo rato de que realmente no quería ser llamado tierno por alguien como Inglaterra, más le molestaba el hecho de que se atreviera a llamar así a otro cuando él tuvo las mejillas mucho más regordetas y suaves que italia meses atrás.

-¡Oh, de acuerdo! -exclamó frustrado- ¡Soy un héroe, soy el mejor y puedo lograr cualquier cosa!

Abriéndose paso entre los demás, América llegó hasta Inglaterra, sujetó su brazo y poniendo en su rostro los mejores ojos de cachorro que podía pidió ser alimentado.

-Oye Iggy, deja de intentar que Italia coma tus scones. Yo puedo comerlos aunque sepan a carbón.

-¡¿EH?! ¿P-P-Por qué te daría a tí mis preciados scones? ¡Y no saben a carbón! ¡Idiota!

América fue empujado lejos y la multitud que volvía a reunirse alrededor de Italia le apartaron por completo de Inglaterra.

Siendo empujado por los demás, América tropezó cayendo al suelo frente a Francia y Rusia.

-Hon hon hon, pobre chico -rió Francia- Qué tierno de tu parte intentar que Italia no sufra con la comida de cejas grandes.

-Kol kol kol, estoy de acuerdo -rió Rusia- Tu rostro se vió muy tierno al ser rotundamente rechazado y echado lejos.

-¿QUÉ? ¡N-No quiero ser llamado tierno por ustedes dos!

-¿Eh? -preguntó Francia confundido- ¿Entonces por quién quieres ser llamado así?

-¡P-P-Por nadie!

-Fu fu fu -Rusia rió maliciosamente y susurró al oido de Alfred- ¿Acaso el tonto América quiere ser llamado tierno por Inglaterra? Me temo que eso no es posible.

-¿Por qué no? -respondió un poco preocupado

-Sí quieres ser llamado así, tendrías que lucir como yo.

-¿Aterrador? ¿Frío? ¿Malvado?

Con una dulce sonrisa, Rusia sujetó a América para "arreglar" sus anteojos, pues estaba seguro que estaban defectuosos o, de no ser así, entonces lo defectuoso era su cabeza y también trataría de arreglarla.

Francia los observó en silencio pensando en que realmente a veces no comprendía a los jóvenes.