DOLCE

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-Doitsuuu -lloró Italia ¡No puedo salir de la silla! ¡Mi trasero está atorado!

-Italia, ¿Como quedaste atascado así? ¿Cómo pudiste subir tanto de peso en tan solo unas horas?

-No lo sé -respondió entre lágrimas

-Debe ser porque la comida de América tiene mucha grasa y carbohidratos... Por eso no quería que la comieras...

-Doitsuuuu

-Descuida -suspiro Alemania- Te sacaré de allí... ¡Ey, América! Puesto que esto fue debido a tu comida, ayúdame a sacarlo de la silla.

-¿Eh? No entiendo por qué mi comida sería el problema, pero supongo que te ayudaré. ¡Descuida, Italia! ¡Un héroe viene a ayudarte!

El plan de Ludwig era tirar de Italia mientras América tiraba de la silla, pero en cuanto este sujeto la silla rompió los descansabrazos con la silla.

Suspirando al, evidentemente, no ser la solución que esperaba, Alemania se marchó llevando a Italia consigo puesto que la reunión había concluido.

Al otro lado de la sala España, quien acaba de ver todo, al instante examinó el estado de Romano.

-¿Qué hay de ti Romano? ¿También estás atorado en la silla?

-No... -negó Romano sonrojándose y llenándose la boca nuevamente con gelato.

-Eso dices, pero puedo ver claramente como tus muslos y la barriga se presionan contra los brazos de la silla.

-¡¿S-si puedes verlo entonces porque lo preguntas?!

-¡Oh, Romano! Eres tan adorable~ Y tu gorda barriguita también~

España frotó su rostro contra la grande y creciente barriga de Romano, luego le dió otro bote de gelato con algunos pequeños churros y galletas encima, que además estaban cubiertas de chocolate.

-Come más gelato~ No hay necesidad de que te levantes de tu silla. Gracias a que tiene ruedas, puedo empujarte hasta afuera, así que no te preocupes y come~ Anda, come~

Así Romano fue consentido y trasladado en su silla. Justo al llegar afuera, en el instante en que terminó de comer todo el gelato, con un crujido su trasero fue liberado al romperse la silla.

-¡Romano! -exclamó España preocupado

Por fortuna, la gran mayoría de las naciones se encontraba aún presente esperando a sus choferes o decidiendo a donde ir a beber. Gracias a ello, España contó con la ayuda de otros para levantar a Roamano del suelo.

-Maldición... -lloro Romano frotando su trasero- ¿Por que no impediste que cayera si estabas aquí? Estupido España, ahora mi trasero duele...

-Oh, perdóname Romano. Toma, aun tengo unos churros guardados en el bolsillo de mi saco. Comelos mientras yo froto tu trasasero por tí.

-¿EH? ¿P-Pero qué dices? -se quejó tomando los churros y comenzando a comerlos.

-Mira. El auto ya está aquí.

España ayudó a Romano a subir al auto que los llevaría al aeropuerto.

Se había decidido que Romano iría a casa de España para ser cuidado durante aquel periodo de crisis, mientras por otro lado Italia permanecería en su casa y Ludwig se mudaría momentáneamente con él para cuidarlo.

-Parece que a pesar de ser hermanos, la crisis les afecta a ritmo diferentes- pensó Alemania al percatandose de que Romano ganando peso notablemente más rápido que Italia.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por los lamentos de Italia y los gruñidos hambrientos de su estómago que suplicaban ir a comer algo antes de dirigirse al aeropuerto también.

Alemania no pudo evitar que su corazón doliera al ver los ojos llorosos y suplicantes de Italia, pero considero que debía negarse. Aun cuando no estuviera aumentando de peso tan rápido como su hermano, podía ser problemático para su viaje si engordaba más.

-No -dijo intentando ser firme

-Pero... Tengo hambre... Doitsu...

Al ver las lágrimas cayendo del rostro de Italia y a América que nuevamente se acercaba para "rescatar" a Italia, Alemania levantó a Italia en brazos y comenzó a correr.

-¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Comeremos algo antes de ir al aeropuerto, pero trata de controlarte un poco! ¡Podrás comer cuanto quieras cuando lleguemos a tu casa, pero primero tenemos que viajar hasta allá!

-¿Puedo comer pasta? -preguntó emocionado

-¡Sí, cuánta pasta desees! ¡Ahora dile a América que deje de perseguirnos!