CAPÍTULO 13: REVELACIONES, MIREYA, LA MUERTA NO MUERTA

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El cielo grisáceo, presagiaba una tormenta próxima, pero, una tormenta de emociones y miedo aún mayor era la que había dentro de mí, al no poder revelarle a mi hermana que yo sigo viva y que jamás morí. Y es posible que ella ya se lo estuviese oliendo cuando vio caer aquella lentilla marrón de mis ojos, más yo sé, pero si lo digo ahora podríamos poner toda la misión en peligro, pues aunque mi padre haya muerto, antes de morir les hizo jurar a sus hombres que no pararían hasta encontrarme y matarme.

La única persona que sabe la verdad, es Raquel Sanz Rubio, mi sirvienta y amada. Antes de que pudiese seguir concentrado en mis pensamientos, alguien llamo a mi puerta, era Raquel, con su traje de sirvienta, como de costumbre.

- Querido, tenemos que hablar, creo que Maryan, tu hermana gemela, tengo el presentimiento de que podría estar cerca de saber la verdad. -exclamó Raquel reacomodándose los guantes.

- ¿Por qué dices eso? -pregunté sorprendido.

- Me ha contado Nayara, que unos días atrás, Kitzia, fue a su puerta cuando estábamos en el hotel en Madrid, a hablarle sobre un sueño que tuvo a raíz de cuando se te cayó la lentilla.

- Bueno tampoco hay que alarmarse, lo importante es que mi hermana todavía no sabe la verdad y puedo mantenerla protegida.

- Yo que tú si me alarmaría, tu hermana se ha reconciliado con su alter ego psicópata, y ya lo sabes porque de hecho nos lo dijo Nayara que se han eclipsado en uno solo, eso significa que está calmada porque sabe que podrías estar viva.

- Bueno sí, pero una cosa es hacerse ilusiones, y otra cosa muy diferente es averiguar la verdad.

- Bueno, eso es verdad, pero creo que va siendo hora, de que le dejes pequeñas pistas, como cartas o cosas así, la pobre se está desesperando, y aparte ya hemos ejecutado al más peligroso de los 24 miembros, los otros no son tan peligrosos, pero por favor déjale pequeñas pistas para que no se torture así. -me dijo mi amada visiblemente preocupada por el estado de mi hermana.

- Vale tranquila. -exclamé mientras pensaba como dejarle pistas a mi hermana sin levantar sospechas.

Aunque lo primero ahora era planificar nuestro siguiente golpe, el siguiente en esta lista era Alexander Rovira Garrido.

Raquel me sugirió escribir una carta, francamente, era una buena idea, pero ¿cómo lo haría? Fácil, la escribiría y se la entregaría a Jonny, posterior a eso, Jonny, se la entregaría, con la excusa de que Mireya se la entregó antes del incidente y ya era el momento para que leyese esa carta.

Me puse a escribir y a redactar la carta. A fin de cuentas, Raquel y Jonny, son los únicos que saben mi secreto, Kitzia, solo sabe parte, pero no todo.

Una vez acabé, le dije a Raquel que llamase al resto, para reunirnos y planear el siguiente golpe.

El momento llegó, todos estábamos reunidos, esta vez, seria Kitzia, quien nos facilitaría la información sobre Alexander.

- Bueno, hoy voy a ser yo quien tome las riendas, Alexander, es un sujeto despreciable, pedófilo, machista, sexista, vamos básicamente un hijo de puta en pocas palabras.

Me tuve que acostar con él y fingir ser una prostituta para sonsacarle información. Y el, seguro que se acuerda de mí, y de lo que le hice. - dijo Kitzia, sonriendo de manera siniestra.

- ¿Qué le hiciste si se puede saber? - preguntó David con curiosidad.

- Le arranqué los cojones, se los metí en su culo y le quemé el rostro, con un desodorante y un mechero. Pero me aseguré de que sobreviviese. - aclaró Kitzia.

- Ahora que se eso, me has erradicado las ganas de querer engañarte o ponerte los cuernos con otra. - dijo David acojonado.

- Chicos, podemos continuar con la planificación, por favor. - interrumpió Adam.

- Cierto, bueno continuamos, Alexander, él no es tonto, cuenta con 28 hombres que lo protegen, y con 26 policías corruptos a su disposición. Vamos a descansar y en la noche continuaremos preparando el plan. - dijo Kitzia.

- Kitzia, gracias por haber facilitado los datos pero si me disculpas quiero ser yo quien planifique la operación -dijo Adam.

- Por mí no hay problema, pero lo que tengo con este hijo de puta, es personal, me da igual como lo interroguemos pero yo quiero ser quien lo mate.

- Vale ok, perfecto sin problemas -dijeron todos al unísono y perfectamente sincronizados.

Decididamente esto sería un camino duro, quiero decir nuestro primer gran golpe podría haber sido más peligroso, pero se nota que aún siendo el más peligroso de todos porque era el que más estaba ligado nuestro padre, nos lo puso todo en bandeja, una de dos, o Marcos era tonto, o nosotros íbamos cinco mil pasos por delante, de cualquier modo y como fuese todo estaba saliendo según lo planeado.

Lo difícil era ahora contra el segundo miembro de los 24 el cual era Alexander, y debíamos planear todo milimétricamente, porque un solo paso en falso significaría nuestra ejecución inmediata.

Me estaba comiendo la cabeza, para que este golpe saliese correctamente, de pronto entra David, diciendo que quería hablar conmigo.

- ¿Puedo pasar? -pregunto antes de pasar.

- Sí claro pasa, adelante, mientras no me robes todo bien-exclamé en tonos de broma.

- De robar solo vengo a robarle un poco su tiempo.

- Ah bueno en ese caso llévate todo lo que quieras. -contesté meándome de risa.

- Ya que nuestro primer golpe ha sido exitoso, tengo unos filtros de audio y podríamos transmitir tapándonos la cara en un llamado nivel mundial para advertir a los miembros del cartel del padre de tu amiga, y tenderles una trampa.

- La idea es buena, solo que aún quedan demasiados, y Alexander es el segundo peor después de Marcos, aunque alguien aún peor es el hijo de perra que ya está muerto.

- ¿Te refieres a Íñigo verdad?

- Sí, pero no vuelvas a mencionar ese nombre por favor. -exclamé muy molesto.

- Perdón -dijo David cabizbajo y como si estuviese arrepentido.

- No te rayes tranquilo, pero no vuelvas a mencionar ese nombre. -dije visiblemente molesto.

Y es que sobre todo me dolía, me dolía porque mi padre no quería aceptar que yo no me sentía como una chica la cual se llamaba Mireya, sino como un chico el cual se llama Adam.

Aún con ese dolor en mi corazón, he conseguido abrazarme a la soledad y comprender que las únicas dos personas que me han querido siempre han sido y serán, mi hermana y Raquel Sanz Rubio, mi amante, querida y sirvienta.

También es cierto que estaba harto de los malos tratos por parte de mi padre ya que abusó tanto de mi hermana como de mí, y por eso decidí fingir mi muerte.

- Allí donde estés, gracias Amaya, gracias por haber sacrificado tu vida para ayudarme. -dije mirando al cielo.

Mientras yo estaba pensando en mis cosas, no noté que David se había ido, cerré la puerta y revisé lo que había escrito en la carta, para asegurarme de haber dejado pistas sin levantar muchas sospechas.







































LAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora