La multitud vibraba con energía mientras me preparaba detrás del escenario.
La Urban Rock estaba a punto de estallar con la primera nota del concierto de Celtian, y podía sentir la anticipación en el aire.
Mi corazón latía al ritmo de la emoción colectiva, un pulso compartido que unía a todos los presentes en esta noche mágica.
Me miré en el espejo una última vez, ajustando los detalles de mi atuendo.
Mis ojos de tonalidad marrón, resaltados por el maquillaje, brillaban con determinación.
Este concierto no solo era una presentación más; era una declaración.
Cada vez que subía al escenario, sentía que compartía un pedazo de mi alma con el mundo.
Diego, Txus, Sergio, Raúl y David estaban listos, sus instrumentos preparados, esperando mi señal.
Nos habíamos preparado para esto durante meses, y cada ensayo nos había acercado más a la perfección.
Pero había algo diferente en el aire esta noche, una tensión subyacente que no podía identificar.
-Xana, ¿lista?
La voz de Diego me sacó de mis pensamientos.
-Más que lista- respondí con una sonrisa, tratando de disimular la inquietud que se escondía tras mis ojos marrones.
Salimos al escenario, y la ovación del público me envolvió como una ola cálida.
La primera canción comenzó con fuerza, y me dejé llevar por la música, perdiéndome en cada acorde y letra.
Sin embargo, a medida que el concierto avanzaba, no podía ignorar la sensación de que algo estaba por suceder.
Durante una pausa entre canciones, eché un vistazo rápido al público.
Algo llamó mi atención: un grupo de personas en particular parecía estar más atento que el resto, como si esperaran una señal. Entre ellos, una figura destacaba, su cabello azul imposible de pasar desapercibido.
No reconozco a esa persona, pensé.
Pero a al pensar un rato, su cara, se me hizo familiar: Nayara, una fan que había estado en muchos de nuestros conciertos.
Siempre era agradable ver caras conocidas entre la multitud, pero su expresión preocupada me hizo dudar.
La música continuó, y traté de concentrarme en mi desempeño, pero la inquietud no desaparecía.
¿Qué estaba ocurriendo detrás de escena que yo no sabía?
De repente, durante una de nuestras canciones más emotivas, vi un movimiento extraño entre la multitud.
Nayara parecía estar en medio de algo importante, sus acciones deliberadas, como si siguiera un plan cuidadosamente trazado.
-Diego, algo no está bien. - susurré entre canción y canción, señalando discretamente hacia donde estaba Nayara y su grupo.
-Lo veo-respondió, sus ojos llenos de preocupación.
La música siguió, pero ahora había una nueva capa de tensión.
¿Quiénes eran estas personas y qué querían? ¿Estaba nuestro concierto en peligro?
La adrenalina corría por mis venas, y supe que esta noche sería recordada por algo más que la música.
-¿Quiénes son esos con Nayara?- pregunté durante una breve pausa en el set.
-No estoy seguro. respondió Diego, pero necesitamos estar alerta.
Mientras continuábamos tocando, mantuve un ojo en Nayara y su grupo.
La música era nuestra fortaleza, pero esta noche, sentí que necesitábamos algo más para enfrentar lo que estaba por venir.
Una chica rubia, con un ojo verde y uno azul, tropezó con un hombre noqueándolo, y entre Nayara y los chicos que estaban con ella se lo llevaron, luego, después del concierto y preocupada por su estado, llamé a Nayara por teléfono, y ella me aclaró que eran sus amigos y que solo querían quitar de en medio a ese hombre porque pretendía hacer daño a uno de sus amigos durante el concierto.
Eso me dejó más tranquila, no sería mala idea, contratar a Nayara, como miembro de seguridad, conozco a esta chica desde hace mucho tiempo, principalmente por ser una de nuestras mayores fanáticas y también porque en ocasiones ha sido una de mis psicólogas.
Al final y tras de hablar un poquito con ella, optamos por quedar a tomar algo en el piko fino, yo estaría con el resto de la banda, en el hotel Gorbea, en Adriano VI, así de paso ella me presentaría a sus amigos.
La verdad que relativamente era un trayecto corto y estaba cerca, solo serían 17 minutos caminando, quedaríamos allí por la mañana y ella me aclararía todo aparte de presentarme a sus amigos.
Tal y como acordamos, al día siguiente Nayara y yo, quedamos en el piko fino, sin mucha vacilación le pregunté sobre el incidente y ella me lo aclaró todo.
-¿Nayara me puedes explicar qué pasó ayer en la urban rock? -le pregunté con curiosidad.
-Verás...-mi amiga hizo una pausa jugando con los ojos y mirando hacia la izquierda mientras tomaba una pausa.
-¿Y bien? Aún sigo esperando explicación. -dije con una mezcla de nerviosismo, preocupación e impaciencia.
- Lo que pasó la noche de ayer, fue por Christian Johnson Martínez, ese nombre seguro que si te suena, uno de los jefes del cartel de narcotráfico del señor Íñigo Parra Aguilar.
La chica a la que viste con un ojo de cada color a mi lado de cabello rubio es mi amiga, Eclipsia, o al menos así se llama ahora, más familiar se te hará el nombre de Maryan Parra Jurado.
Pues este es su nombre real y el nombre de la hija de Íñigo Parra Aguilar. -dijo mi amiga para tomar una pausa y continuar.
El odioso nombre de Íñigo Parra Aguilar, era un nombre que yo conocía muy bien, constantemente saliendo de las noticias porque algunos de sus hombres había matado a alguien o por algún nuevo caso de corrupción.
No hacía falta una carta de presentación para cualquier persona nueva, ese nombre, era como la Coca-Cola, conocido por todo el mundo aunque en este caso por nada bueno.
Regueros de sangre y destrucción era lo que llevaba tras de sí, con el eco de los gritos sonando como la música de la destrucción.
Mi amiga me siguió explicando, y me contó que el objetivo que tenían, era destruir aquel cártel a como diese lugar, para que su amiga pudiese enterrar el pasado, aunque tuviesen que usar métodos poco éticos.
En este tipo de casos, no estaba ni de acuerdo ni en desacuerdo, solo me mantenía como un mero espectador, le di un choque de puños a mi amiga, y ella me presento al resto de sus compañeros, pudiendo conocer a otro de mis fanáticos, el cual por cierto me reveló que era músico.
Un chaval llamado Sergio Parra López, proveniente de Madrid pero residiendo en Vitoria, con parálisis cerebral y manejándose en silla de ruedas aunque para distancias cortas usando muletas, un tío bastante majo, el cual me reveló que era artista.
En sus tiempos libres también poeta, animador de stop motion, streamer de twitch y escritor aficionado.
El cual también reveló que estaba trabajando en un libro, mismo que nos entregó el prototipo el día del concierto y que se titulaba "LAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA" donde dijo que a mis amigos de Celtian y a mí nos había mencionado en un capítulo del libro.
Donde no solo hacía referencia a nosotros como grupo sino también a eventos que pasarían como la presentación de nuestro nuevo disco "secretos de amor y muerte", la cual tuvo lugar ayer en la urban rock, francamente quedé sorprendida, y es que no era para menos vaya imaginación tenía el chaval.
Después de charlar con ellos y con mi amiga, me tomé un par de cervezas con ellos y me fui concluyendo así un buen día entre amigas.
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LAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA
RandomLAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA Maryan Parra Jurado, una joven de 26 años con trastorno bipolar y trastorno de personalidad múltiple, tras dar una fiesta de pijamas en su casa despierta en una habitación oscura desconocida, donde una voz comienza a...