Nayara y yo, ya habíamos llegado a México, mediante información facilitada por David, obtuvimos el acceso para saber la ubicación exacta de Christian Johnson Martínez.
Él se encontraba en Francisco I. Madero.
La calle Francisco I. Madero es una de las principales vías de acceso al Centro histórico de la Ciudad de México. La calle comienza a partir del Eje Central Lázaro Cárdenas, como continuación de la Avenida Juárez y corre en sentido de Poniente a Oriente desembocando en la Plaza de la Constitución o Zócalo capitalino. Eso era muy grande, pero por lo menos teníamos una pista.
- Parece que nuestro contacto le gusta poner las cosas difíciles. —dijo Nayara sonriendo irónicamente.
- Sí, bueno, como se suele decir, no se puede hacer tortillas sin antes romper unos cuantos huevos. —dije echándome a reír.
- Ahora que has dicho de tortilla, me apetece comer algo y aprovechando que estamos en México, me gustaría probar algo de la gastronomía mexicana como unos tacos, por ejemplo. —dijo Nayara mientras le rugía el estómago.
- Recuerda que hemos venido a analizar a Christian, no a comer, pero si hay tiempo obvio comeremos algo. —dije con voz firme.
Andábamos detrás de un hombre pelirrojo, no muy alto, del cual, sabíamos más bien poco, solo sabíamos que era un chico, joven, delgado y pelirrojo.
Al poco rato, sonó mi teléfono, me habían mandado un mensaje, era David, una captura, de lo que parecía ser una pizarra con fotos de personas importantes, políticos, policías, y en el centro, la foto de Iñigo Parra Aguilar, parece que alguien, alguien llegó muy lejos con su investigación y Iñigo y sus hombres, decidieron silenciarla para siempre por saber demasiado.
Al rato, David, nos mandó un mensaje de texto, el cual, nos daba más contexto, detallando, que aquella persona que lo comenzó todo para que lo continuásemos nosotros, seria, Elvira Palacios Jurado, la madre de Maryan y Mireya.
Eso, a su vez, daba sentido a otra cosa, la inestabilidad mental de nuestra amiga, al no tener a una figura materna que las protegiese, cada una, buscó una salida, por el lado de Mireya, ella decidió fingir su muerte, dejando a su hermana con trastornos y liberándole un alter ego psicópata, el cual empezaría a poseer su cuerpo y voluntad, sin control ninguno de sus acciones.
- Pero que hijo de puta, ahora comprendo todo — dijo Nayara mordiéndose la mano llena de ira.
- Tranquila, ya falta poco... —dije intentando calmar a Nayara.
Decidimos dar un paseo, así conocer un poco el entorno, y al final también aprovechamos a comernos unos tacos, una vez con la tripa llena decidimos retomar el camino.
Uno de nuestros informantes nos avisó, que una de las zonas más frecuentadas por Christian Johnson Martínez, era Puebla, eso sería nuestro siguiente objetivo. Estábamos a punto de darnos por vencidas, cuando David nos compartió una foto de Christian, así facilitándonos el trabajo. Mis ojos, no daban crédito a lo que estaban viendo, aquella cara, aquel cabello carmesí, aquellos ojos... mis ojos, no podían dejar de derramar lágrimas.
- ¿Estás bien Lina? —pregunto Nayara con tono preocupado.
- Si, es solo que ahora, ahora solo puedo pensar en cómo voy a matar a este mamarracho, hace dos años, dio la orden para matar a mi mejor amigo y a mis padres. —dije apretando los puños y los dientes llena de ira.
- Como tú bien me dijiste antes, ya queda poco, tranquila.
- Tienes razón Nayara... —dije suspirando.
Golpeada por el dolor, solo tenía en mi mente mil y una ideas de cómo ejecutar a Christian.
Nayara y yo, decidimos dar un paseo, caminando, sin saber que chocaríamos con el sin darnos cuenta.
- ¡Mirad por donde vais, zorras de mierda! — exclamó Christian, visiblemente molesto.
- La ignorancia, es signo de inseguridades, di que presumes, y te diré de lo que careces, aunque, en este caso, es evidente, la falta de cerebro, por eso lo compensas con fuerza bruta y armas. — dije sin pelos en la lengua, mirando directamente a los ojos de Christian.
- Vaya ovarios tienes para hablarme así ¿acaso sabes quién soy?
- De sobra, eres Christian Johnson Martínez, uno de los lideres del mayor cartel de droga a nivel mundial, tienes a tu disposición a un montón de gente corrupta, como políticos, policías o fuerzas militares. pero, sinceramente, podéis comedme los cojones entre todos, tu no me das miedo, ni morir aquí o ahora, eso, me lo arrebataste cuando distes la orden para matar a mi familia y a mi mejor amigo, hace dos años. cómo puedes ver, te conozco muy bien, pero no te tengo miedo, ya no. — dije sin vacilaciones, mientras le agarraba por la yugular y le propinaba un brutal y contundente puñetazo directo al estómago.
- ¿Estas loca Lina? — exclamó Nayara con una expresión, mezcla de miedo y asombro.
Antes de irnos, le clavé una rosa negra en la mano derecha, dejándole marcado junto a una carta con el dibujo de un lobo, la cual indicaba, que mi trabajo, no había acabado y que más tarde, volvería a rematarlo. Fuimos caminando al aeropuerto internacional de Puebla.
Nuestra misión había acabado, provocar a Christian para que nos siguiese hasta la trampa que le habíamos colocado. Tras horas de vuelo, nos reunimos con los demás en la casa de los padres de Maryan y nos pusimos al día, unos a otros.
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LAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA
CasualeLAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA Maryan Parra Jurado, una joven de 26 años con trastorno bipolar y trastorno de personalidad múltiple, tras dar una fiesta de pijamas en su casa despierta en una habitación oscura desconocida, donde una voz comienza a...