Habían pasado cuatro años ya, cuatro años desde aquel día donde conseguimos limpiar el dolor del mundo y librarlo de tanta corrupción.
Sin embargo aún veía las caras de los narcotraficantes, caras, que suplicaban clemencia la cual jamás se tuvo, ellos se lo buscaron por lo que nos hicieron e hicieron al mundo en general.
Ahora yo, Eclipsia, no sabía, cómo callar las voces que gritaban, mi hermano Adam, no pudo superarlo por el daño que hizo, aun siendo por un bien mayor.
Raquel, ella, se quitó la vida y a mí hermano, ya no le quedaba algo por lo que luchar.
Yo con las voces que no me dejan dormir, cada vez más intensas y cada día que me miro en el espejo, estas se vuelven más insufribles.
Tan solo deseaba callarlas a esas voces para siempre, y miraba el reloj, el "tic tac" cada segundo de mi mera existencia, después de todo lo que hice se ha vuelto en un sufrir de aguantar todas las noches ir reviviendo, cada grito, cada amenaza, cada disparo.
No podía aguantarlo, ni un segundo más, los llantos, los gritos, toda la sangre, pero lo que me dio la estocada para tomar este camino, fue aquello que inició todo, cuando fui manipulada por mi segunda personalidad y acabé con la vida de mi padre.
Por muy malo que haya sido, aparte de mi hermano, el era mi única familia, y acabé con él, pero no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde y una vez acabé con todo me quedé completamente vacía y sin ganas de existir.
"tranquilo hermano pronto estaré a tu lado en el más allá, en el cielo en el infierno o donde quiera que estés, pero una cosa segura y es que estaremos juntos por siempre"
Dije hacia mis adentros, y mientras tomaba una pistola que guardaba mi padre hace años en el cajón de la cocina, porque si, he vuelto una vez más pero para irme y no volver, pues, cada uno había seguido con su vida pero mi hermano y yo no podíamos continuar.
La luna aullaba con fuerza, cogí la pistola, la cargué, y contemple el cielo nocturno una última vez, una última vez antes de cerrar los ojos, con la incertidumbre de jamás saber si Nayara me amó, el boom al apretar el gatillo, fue lo último que escuché antes de que la bala me perforase la cabeza y me derribase en el suelo acabando con el sufrimiento y los traumas.
Mientras dejaba una nota despidiéndome de este mundo, desvaneciéndome durante el amanecer, y con el sonido del disparo acallando el resto de sonidos.
"A quien encuentre esto, significa que yo me habré ido y probablemente mis amigos también, hace cuatro años hice algo de lo que me arrepiento, a quien lea esto solo quiero advertirle que la venganza no es buena, mata el alma la envenena y te deja vacío, con voces que nunca se van. Por favor si estás leyendo esto, jamás se te pase por la cabeza derrotar el sistema, para no acabar como yo. Atentamente: Eclipsia Parra Jurado."
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LAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA
RandomLAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA Maryan Parra Jurado, una joven de 26 años con trastorno bipolar y trastorno de personalidad múltiple, tras dar una fiesta de pijamas en su casa despierta en una habitación oscura desconocida, donde una voz comienza a...