LAS DOS CARAS DE UNA MISMA CARTA

CAPÍTULO 15: Garra Negra, LA PIEZA MAESTRA

Ahora ya estaba más esperanzada al saber que mi hermana seguía con vida, pero aún había una cosa por hacer, erradicar a los miembros que restaban del cartel de mi padre, para que mi hermana Mireya y yo, pudiésemos volver a abrazarnos, la siguiente parada nos llevaría a México, pues allí estaba nuestro siguiente objetivo. Pero, todavía no era el momento para ir allí.

Decidida, me levanté de la cama, lista para embarcarme con mis amigos en este peligroso viaje, pues nuestro contacto nos advirtió, de que este individuo llamado Christian, era de personalidad narcisista y conquistador. Alguien que jamás se rendiría aparte de que según ciertas fuentes era alguien muy metódico, alguien que solo pensaba en sí mismo, y para esta misión probablemente Nayara, sería de mucha ayuda al ser una excelente psicóloga y comprender bien la mentalidad de un narcisista, eso podría ayudarnos a jugar con ventaja por encima de los pasos de Christian.

No estaríamos solos, vamos a contar con la ayuda de Lina Vázquez Puertas, una excelente poetisa y espía, amiga de David, y aprovechando que estamos en Barcelona y ella vive en Manresa, aprovecharemos para visitarla y reclutarla, pues ella nos podría ayudar y es cierto que, según dijo David, a él le debe un favor por algo que debió hacer en el pasado. David, nos llevó a verla, le explicamos el plan, ella aceptó y dijo que solo lo hacía para vengarse de los hombres de mi padre, pues masacraron a sus padres y a su amado, y ella no se quedaría de brazos cruzados.

Lina, ella iría como una espía, a México, infiltrada entre las líneas enemigas junto a Nayara, separándose nuestros caminos por el momento.

- Bueno chicos, nuestros caminos se separan, más, sin embargo, esto no es un adiós, solo un hasta luego. - exclamó Nayara. Además, seguiremos en contacto, tengo un teléfono desechable, por el cual, estaremos en contacto. - añadió Lina.

Nuestros caminos se separaban, por nuestra parte, Adam, Raquel, Kitzia, David, Ángel, Jonathan y yo, volveríamos a abrir el baúl de mis recuerdos, volveríamos a la casa de mis padres, pues, recordé de un viejo escondite, tras una pared falsa, o algo así, del cual me había hablado mucho mi madre.

Este viaje, nos llevaría al País Vasco, concretamente, a La Plaza De La Virgen Blanca.

Al llegar a mi antigua casa, donde me crie, la nostalgia y los buenos momentos con mi madre me invadieron, mientras que los malos recuerdos, no tardaron en llegar a mi mente. Mi madre llorando, mi padre, ebrio y furioso, con sangre en los nudillos de haber pegado a mi madre, con una botella de wiski... Ahora estaba feliz de haber matado a mi padre.

Todos, entraron detrás de mí, y anduvimos buscando aquel escondite, mirando y tocando, por aquí y por allá, al lado de una de las estanterías, había un candelabro, como sí se tratase de una puerta secreta, Adam, lo echó hacia abajo, como si fuese una palanca.

Esto a su vez, activó un mecanismo, que movió la estantería, dejando, una entrada al descubierto, que parecía bajar a un lugar profundo. Este debía de ser, el lugar del que me hablaba mi madre.

Trague saliva, respire hondo, y cogí una linterna, dispuesta a bajar acompañada por el resto del grupo.

Era un cuarto oscuro, estaba débilmente iluminado por la luz de mi linterna, en el cuarto había una pizarra con hilos rojos y fotos con gente importante del gobierno y nombres de policías, parece que mi madre descubrió algo que no tenía que descubrir y por eso mi padre la mató.

Ahora esta información se la mandaremos por foto a Nayara y a Lina, así ellas a lo mejor podrían tener algo de ayuda para su peligrosa misión.

Ahora ya comprendía la escena de aquel día, de porque mi madre, yacía tirada en el suelo. Mi madre, ella, descubrió algo que no debía, y mi padre en un acto de ira, por meter las narices donde no la llamaban, contestó arrebatándole la vida.