Legoshi regresó a su habitación.
Encontró a sus compañeros charlando y riendo, mientras comían unas botanas y veían un programa en la televisión.
Se unió a ellos, sentándose cerca de Jack.
Al comer un bocadillo, lo saboreo un por largo tiempo. Le gustó.
Agarró un puñado y comenzó a degustarlos uno por uno, feliz. El movimiento de su cola era evidencia de ello.
Jack se fijó en lo mucho que le gustaban, así que, se los regalaría en su cumpleaños u otro día especial.
El programa trataba de responder preguntas. El presentador hacia interrogantes sobre cultura general, geografía o historia; los concursantes se dividían en dos grupos, cada uno compuesto por cuatro integrantes. En una pantalla, se podía ver cuantas respuestas correctas tenían y los puntos que valían.
El marcador decia: "Equipo A: 34; equipo B: 35". Legoshi desconocía cuál era el límite de puntos. Supuso que debían estar cerca.
El presentador, entusiasmado por los puntos, preguntó a los concursantes e invitó a la audiencia a participar por medio de su página web: "¿Cuál es la cultura que se desarrolló entre los ríos Éufrates y Tigris?"
Los concursantes guardaron silencio, pensando en la respuesta, Al igual que todos los presentes en la habitación.
-¡Tengo la respuesta! -exclamó Kolo, entusiasmado- Si no me equivoco... Es Mesopotamia -diciendo la respuesta, se acercó a Miguno, quién seleccionó la respuesta entre otras dos alternativas-.
-¿Estás seguro? -dudando qué sea la respuesta, Boss intento que Miguno no enviara la respuesta- Quizás es otra... Como Babilonia -viendo que en las alternativas aparecía el nombre de dicha cultura, apunto con el dedo-.
Antes que pudieran seguir discutiendo, Miguno envió la respuesta: Mesopotamia.
El equipo A escogió Babilonia, y el equipo B Mesopotamia.
Pasado el tiempo de espera, el presentador volvió a dirigirse a ellos y a la audiencia. La respuesta fue revelada en la pantalla, siendo la correcta Mesopotamia. Brindo algo información acerca de ella y los puntos que valía la respuesta.
Kolo sonrió victorioso a Boss.
Boss se limitó a decir que fue suerte y reírse de lo tonto que fue. Su respuesta fue apresurada y algo berrinchuda.
Viendo la escena, Jack le preguntó a Legoshi cómo le fue.
Legoshi dejo de comer los bocadillos, y volvió a tener la expresión deprimida. Le contesto que le fue bien.
Toda la atención se centro en él, cuando Durham le preguntó si se traba de una chica. Sintiendo todas la miradas en él, Legoshi comenzó a sentir nervios. No sabía que decir.
Kolo intento animarlo, diciendo que tal vez necesitaba tiempo y que le daría una respuesta más tarde. Legoshi agachó la cabeza, mientras escuchaba cientos de consejos de sus amigos. Ellos intentaban animarlo o darle consuelo. Pero, Legoshi no estaba triste, no tenía el corazón roto.
Durham volvió a preguntarle, a modo de broma: "Y... ¿Quién es la ofortunada?". Esto hizo que Legoshi se enoje. No había ninguna afortunada.
Alzó la mirada, demostrando su disgusto.
Durham se echó a reír. Le dio unas palmadas en el hombro, diciéndole que se calme. Todos empezaron a reírse.
Para ese entonces, Legoshi tenía el pelaje de la forma habitual. Se lo había despeinado para evitar responder a preguntas, como aquellas que le hizo Jack en su momento. Lo curioso, es que aún así, tuvo que escuchar algo relacionado con su "Cita".
Al terminar el programa, acomodaron y limpiaron todo el desorden que causaron.
Las luces de apagaron y todos estaban en sus respectivas camas.
Legoshi no podía conciliar el sueño.
Miraba el techo de la litera, tratando de dormir. Su mente estaba llena de pensamientos y frustraciones. Su plan había fallado. Haru no podía volverse su interés amoroso ni ayudarle a olvidar aquello que sabía que nunca sería correspondido.
"¿Y ahora qué hago?" Se preguntó, frotando sus dedos en los ojos.
Podría seguir fingiendo que nada pasaba o buscarse otro interés. Uno que fuera más conveniente.
Su mente parecía tener una respuesta a su dilema: No olvidar. Sin embargo, Legoshi lo consideraba arriesgado. Mañana tendría que ir al club de teatro, a seguir con los ensayos y poder verlo, en toda su gloria. Sentía una gran admiración por él y lo grandioso que era.
Es una lástima, que ese sentimiento se había transformado en otro.
