Le comunicaron a Legoshi, que le tocaba volver a hacer guardia. Él no estaba seguro, si podía hacerlo. Creía que nuevamente percibiria aquella peste, ese olor que desprendían los herbívoros. Se negó, alegando que padecía un resfriado que podría agravarse, pero no le dieron importancia y terminaron obligándolo.
Por la noche, daba vueltas alrededor de la academia.
Caminaba cada quince minutos por un pabellón y luego, volvía a su punto de partida.
Renegaba para su dentro, hubiera preferido quedarse escuchando las bromas de sus compañeros de cuarto, a caminar en una noche fría... Dónde altas probabilidades, de que vuelva a ocurrir un incidente similar al de Haru, existían.
Tenía frío.
Mantenerse en movimiento, garantizaba algo de calor corporal, pero el aire congelado, lo hacía temblar.
Su pelaje y ropa, no le bastaban para calentarse.
Volvió al pabellón de los dormitorios.
Caminaba abrazándose asimismo.
Estuvo parado, por otros quince minutos.
Juno, por fin, concluyó su proyecto en grupo.
Tardaron varias horas, pero consiguieron terminarlo un día antes de la entrega.
Al dirigirse a los dormitorios femeninos, se percató que Legoshi yacía parado en medio de los jardines.
Curiosa por saber su motivo, se acercó a él.
Legoshi se frotaba las manos, e intentaba mover las rodillas, en un intento de calentarse. Para ella, fue gracioso.
-¿Qué haces? -le preguntó sonriéndole dulcemente, como si quisiera demostrarle su afecto- Hace mucho frío, para estar afuera...
Legoshi, siguiendo con su faena, le explico que estaba haciendo guardia. No era su turno, pero tuvo que adelantarse por que al estudiante que le tocaba hacerlo, se enfermó.
Juno continuaba hablándole, intentando que Legoshi dejara su "timidez"; actuaba de forma enérgica, dando pequeños brincos y giros, en su intensión de verlo sonreír.
Legoshi, por su parte, la miraba algo incrédulo. Se limitaba a contestarle.
Louis, observaba desde su habitación la escena.
Por medio de la ventana, miraba a Juno con Legoshi. Su actitud le parecía ridícula. No entendía porque, ella se esforzaba en querer entablar una amistad con el Legoshi ¿Qué ganaba haciéndolo? Quizás, ¿ella planeaba ser su amiga para luego enamorarlo?
Pensar en esa posibilidad, de inmediato, despertó molestia, disfrazada de celos en él.
"¡¿Cómo se atreve?!" Dijo en su mente, entrecerrado los ojos.
Salió con prisa del dormitorio, sin darse el tiempo que tomar un abrigo.
Busco a algún profesor. Quería informar la ausencia de una alumna. Lo hizo.
El profesor, fue sin demora a regañar a Juno por no estar en su dormitorio, recalcándole que Legoshi tenía permiso para estar afuera.
Juno trato de excusarse, diciendo que estaba haciéndole compañía.
Louis observaba todo, nuevamente, desde su habitación.
Legoshi, se mantuvo callado mientras el maestro regañaba a su "acompañante".
Alzo la mirada, en dirección a la ventana perteneciente al dormitorio de Louis. Al verlo, sin saberlo, cruzaron miradas.
Legoshi admiraba su silueta. En un principio, con una expresión que no reflejaba nada, pero luego está cambio a una triste. Triste por no poder estar a su lado, sabiendo que podría perder el control... triste por el hecho, que nunca tendría el valor para decirle su amor, y que solo se limitaría a admirarlo desde las sombras.
Al menos, sabía que su regalo había sido recibido. Eso, le daba algo de consuelo. Mas no era suficiente. Le había encantado estar a solas con él, que Louis lo acariciara y sobre todo, deseaba poder abrazarlo.
Se lamentaba por ser un carnívoro, que tiene que lidiar con su instinto. Si no fuera con ese maldito instinto, él no lo evitaría y tal vez, se animaría a confesarle sus sentimientos.
Louis tenia la mirada fija en Legoshi.
"¿Por qué estas triste?" Se preguntaba.
"¿Estás triste porque ella no te hará compañía?"; "No estés triste... Ella no puede quererte. No lo hará como yo". El rostro de Louis, artículo un gesto de compasión.
Sintió un impulso por correr a lado de Legoshi, ir a abrazarlo. Nunca lo haría. Porque de hacerlo, se darían cuenta enseguida, de sus sentimientos por él. Se armaría un escándalo. Su padre de decepcionaria de él, por sentir cariño por un carnívoro de su propio género.
Louis debe ser perfecto. O eso, le inculcaron de desde un principio.
No podía sentir amor. No podía enamorarse.
Valga la redundancia, lo estaba.
