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Todas las noches, un grupo de carnívoros debían hacer guardia en todos los pabellones.
El asesinato de Tem, había causado un gran revuelo en todos los estudiantes. Los herbívoros temían a sus compañeros carnívoros, los cuáles eran víctimas de injustas discriminaciones.

El director de la academia, había intentado de todo para que la tensión bajara.
Pero, tras la pelea ocurrida en la obra de teatro, no estaba del todo seguro si podía continuar la convivencia entre los estudiantes de distinta dieta.
Llego a plantearse la posibilidad de diluir los clubes o clasificarlos, dividiendo a los estudiantes.

Convocó una reunión, donde todo el personal (tanto docentes como administrativos) estaba presente, junto con Louis. Lo consideraban un estudiante modelo, quien podía brindarles su opinión. Teniendo en cuenta, que él convivía con los estudiantes.

Louis se opuso a la idea de desintegrar los clubes, argumentando que con eso aumentaría la tensión, ya que empezarían a culparse unos y otros. Tampoco estuvo de acuerdo en dividirlos, según sus palabras: "No pueden crear dos clubes de un solo tema. Conseguirían separar y formar grupos, desencadenarian más problemas".

La reunión duró más de una hora.
Entre debates y soluciones.
Al final, llegaron a la conclusión de colocar más restricciones con los carnívoros, y mayores precauciones con los herbívoros.
Podría sonar a exclusión, pero era una medida necesaria.
No podían permitir que la academia sea cede de más tragedias, como las que ocurren en la ciudad.

Al llegar el primer domingo del mes, se permitió que los estudiantes salgan de la academia.
Debían volver antes de media noche, de lo contrario no se les permitiria el ingreso.

Legoshi, junto con un grupo de amigos, fueron a divertirse un rato.
No tenían un rumbo fijo, solo querían quitarse el estrés, y dejar tantas limitaciones a causa de las reglas.

Mientras caminaban por la ciudad, Bill se acercó a Legoshi. Pasó su brazo por los hombros del lobo, como si fueran buenos amigos.

-Oye... -se notaba relajado, aunque en su mente pensaba si era correcto hacer la preguntaba qué planeaba- Eres muy cercano a Louis, o eso das a entender estos últimos días; ¿tienes algo con él?

-¿Qué...? -Legoshi, sorprendido por la pregunta, se quedó mirando en silencio a Bill. Si bien ambos habían "arreglado" sus diferencias, Legoshi no confiaba del todo en él- ¿Por qué lo dices?

-Por nada -trató de disimular su equivocación, armando una excusa-. Es solo que... Los veo muy cercanos, y Louis parece tener cierto trato contigo -era obvio que Legoshi no le iba a decir la verdad, o al menos, verificaria sus sospechas-.

Legoshi decidió no responder.

Continuaron la travesía.
Caminaron por el distrito comercial. Había cientos de chucherías, objetos de decoración, regalos, postres, etc. Demasiadas cosas.
Casi todos compraron alguna cosa, ya sea ropa o juguetes.
Legoshi no estaba interesado en comprar algo. Pensó que no había nada importante, o que valga la pena comprar. Se quedó parado, esperando al resto de sus amigos.
Pronto se aburrió.

Empezó a ponerse inquieto. Había demasiada gente, yendo y viniendo. Algunos pasaban cerca de él, otros lo empujaban. Era una aglomeración total.
Harto de tanta gente, giró la cabeza en dirección a alguna tienda. Se fijó en una cafetería, apartada que parecía estar en calma. Fue hacia allí.

Al entrar, se dio cuenta que Juno estaba con sus amigas, sentadas en una mesa.
Prefiero fingir que no se dio cuenta, disimulando que iba a pedir un café. Colocándose en la fila, detrás de un pelícano. Poco a poco, la cola menoraba y seria su turno.

Al tocarle, la señorita que atendía le preguntó muy amablemente que deseaba. Legoshi no sabía que pedir. Miró el menú, fingiendo que pensaba qué escoger, cuando en realidad quería correr de la cafetería.
La señorita empezó a perder la paciencia, igual que los clientes que aún esperaban. Esto lo notó Legoshi.

-¿Q-qué me recomienda... -incómodo por la situación- para regalar a mi... pareja? -bajo la cabeza, avergonzado por pensar en Louis al decir esa palabra-

La señorita sonrió. Le pareció gracioso que Legoshi se avergüence. Le recomendó que le regalara unos chocolates o un pastel y quizás una tarjeta con una frase especial. Legoshi se decidió por unos postres.

Salió de la cafetería, cuidando que nadie golpeara o derribara el postre. Enseguida, la multitud volvió a aparecer. En su intento de esquivarla, corrió hacia otra tienda, sin fijarse en lo que ofrecía.

No era una tienda, era más bien una florería. Toda clase de plantas y flores, adornaban el lugar.
La encargada de atender a los clientes, se acercó a Legoshi ofreciéndole comprar una rosa.
Legoshi se negó en un principio. Consideraba que regalar una rosa, era algo sin sentido.

-En ese caso, puedes regalarle unos tulipanes -recomendó la señora, una mujer algo mayor que era una gacela-.

Legoshi conocía el significado de cada flor. Consideró que Louis también. Por ello, no se animaba a comprar alguna.
La gacela insistía, trataba de convencerlo.
Legoshi, sabiendo que se artaria, compró una peonia. La flor que consideró que expresaba mejor su situación.

Amor Secreto|| Legoshi X LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora