Desde hace seis días, Legoshi encontraba la forma de escaparse por las noches ¿A dónde iría? ¿Buscaba a alguien? ¿Coincidía con alguien?
Louis actuaba como si lo supiera. Como un ignorante que cree saber de poseía, pero no es capaz de interpretar un verso; él hacia conclusiones muy tempranas y sin conocer del todo los motivos. Muy en el fondo, temía que Legoshi se interesara en la coneja o en cualquier otro animal. Es por eso, que no le agradaba que Juno se empeñara en tener su atención.
Mas, ¿quién era él para decidir quiénes se le acercaran?Todo marchaba, sospechosamente, bien.
Esto le causaba desconfianza a Legoshi. Él sentía que en algún momento, ocurría algo terrible -verdaderamente terrible- que impediría sus planes.
Su paranoia crecia día con día. Alimentada de sus pensamientos y palabras de la voz.La forma en la que se comportaba, era la evidencia de lo ansioso que sentía:
Caminaba volteando en cualquier dirección cada cuantos minutos; si escuchaba su nombre en alguna conversación, interrumpía abruptamente; y andaba más distraído qué de costumbre, pensando miles de formas en las que sería castigado en caso lo descubrieran.Actuaba casi como un maniático.
Por estar "desconectado" del mundo, tropezó con un estudiante. El mismo gato que desde tanto tiempo que no veía. El felino de raza siamés, era mucho más bajo que Legoshi. Siendo exactos... casi cincuenta centímetros.
-¡Ten más cuidado! -exclamó enojado. Él había estado caminando, cuando Legoshi se interpuso en su camino- Eres tú...
-¿Me conoces? -Legoshi, confundido, preguntó; ¿de dónde lo conocía? En ningún momento habían mantenido una conversación directa, ¡apenas lo veía de lejos! ¿Quizás Haru le contó sobre él?-.
-Eres Legoshi -le contestó un tanto extrañado-. El lobo que peleo con un tigre en la obra de teatro, ¡todos los que vimos la obra hablamos de eso! -se fijó en los brazos del lobo, qué notaban ser trabajados- ¿Fue parte del acto? ¿O improvisaron?
-Eh... -ni se cuenta se dio que el gato estuvo en la función. Rebozaba de tanta ira, que solo salió a desquitarse con Bill. Con el maldito culpable que no le dejaba estar cerca de Louis-. Si. Fue parte de la obra. Queríamos... Probar algo nuevo.
-¡Ya era hora! -dijo con emoción-. Aburría que muestren la misma obra, ¡todos los a...! -fue interrumpido antes de terminar la oración-.
-Presentar la misma obra de teatro, garantiza que su interpretación sea exquisita. Llegando a estar en la epítome del arte -aclaró Louis; lo observaba con desprecio. Un desprecio oculto y casi imposible de descubrir, disfrazado de ofensa-.
Louis impidió que el gato continúe hablando. No le interesaba que intente excusarse o disculparse.
Legoshi, al estar tan cerca de Louis, entró en caos en su interior.
El olor era tan apetecible. Tan...
Se cubrió la nariz, girando su cabeza al lado opuesto donde estaba parado Louis. La voz de su cabeza se alteró, estando al grado de decir palabras incoherentes e imposibles de entender.
"¡Hazlo!, ¡hazlo! ¡Hazlo, de una vez!" Fue lo único que entendió Legoshi de todo lo que decía.
Legoshi trago saliva.Intento "disimuladamente", retirarse de la conversación. Aprovechando que Louis esquivaba todas las palabras que salían de la boca del gato.
Dió un paso, pero al intentar dar otro, se lo impidieron. Casi en enseguida, Legoshi volteó, para darse cuenta que la mano que sintió en su antebrazo fue la de Louis. Él lo miraba.
Legoshi, penso al instante: "Los ojos tuyos, me son hipnotizantes. Relucientes, profundos, sinceros; ¿cuando podré besarte?"
Inconscientemente sonrió, ligeramente ruborizado. El pelaje impedía que se notara.Louis lo soltó.
-Hay mucho que hacer en el club -cortó el momento-. Ven conmigo; necesitamos tu ayuda.
Legoshi lo siguió. Con el corazón latiendo tan rápido como las alas de un colibrí. Porque, Louis lo sujetó, y por casi ser descubierto.
"¡Carajo! ¡Estuve a punto de arruinarlo...!" Exclamó en su mente, apretando los dientes.Faltaba más de media media hora, para las cuatro y veinte de la tarde (la hora en la que todos los miembros del club se reunían).
El único que tenía las llaves era el líder, o sea, Louis. Él no dijo ni una sola palabra mientras caminaban, lo que hizo creer a Legoshi que quizás estaría molesto ¿Habría escuchado cuando al mintió al gato? ¿Eso lo habría hecho enojar?
-Entra.
Legoshi, volvió a tener la cabeza en un completo caos. Ya ni sabía porque lo obedecía, si era consciente del peligro que suponía tenerlo cerca. Y más ahora, que tendría que estar a solas con él; ¿podría inventarse una excusa para irse? ¿Dejaría que se vaya?
-¿Para... para que me necesitas, Louis-sempai? -si conseguía que le dijera sus razones para que lo siguiera, podría irse lo antes posible. Antes que la habitación rebalse del olor que Louis emanaba-
-¿Estás bien? -ignorando su pregunta, lanzó otra; Legoshi siempre comenzaba sus conversación con esa frase o alguna otra semejante, así que, Louis sabía como solían terminar: Él le daba la indicación y luego se iba- Últimamente, te comportas como si estuvieras ansioso; ¿te preocupa algo?
-Y-yo -no se esperaba esa pregunta. Ni mucho menos, que Louis colocará su mano en su brazo- ¡E-estoy bien! No e podido dormir bien estos días... Y no quiero aparecer tirado en el suelo... ¡E-es solo eso! -completo su diálogo, nervioso. Cualquiera creería, que luego de tantas veces que Louis lo había tocado, ya no se pondría nervioso-.
-No mientas -respondió, alejándose-. Es claro que no estas bien; si te preocupa que te descubran o algo así, estate tranquilo, nadie se dará cuenta. No diré nada.
¿Louis lo sabía?
Legoshi quedó paralizado. No sabía que decir; ¿desde cuando lo sabía? ¿Alguien más lo vio? ¿Lo sabría algún profesor? ¿Qué le harían? ¿Sería expulsado? ¿Qué será de su futuro?
La ansiedad se apoderó de su mente. Pronto empezaría a hiperventilarse y entraría en un ataque. Perdería el control, y la voz se apoderaria de él. Y Louis saldría lastimado...-Tranquilo.
Dijo acariciando su cabeza, suavemente.
No tendría que ponerse de cuclillas para hacerlo, pues Legoshi estaba sentado y él parado.-Nadie más lo sabe. Me encargaré que sea así, tenlo por seguro; ¿de acuerdo? -añadió sonriéndole dulcemente.
Legoshi se limitó a alzar la mirada y contemplar tal magneficencia qué tenía el privilegio de ver. Louis le sonreía, como a nadie más debió haberlo hecho.
"Eres tan perfecto... ¿lo sabes?" Pensó, devolviéndole la sonrisa, en paralelo movía la cola y se sonrojaba.