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Los días volvieron a pasar.
El festival daría inicio en dos días. Abría cientos de ciudadanos que apreciarían los trabajos de cada club. Los postres del club de cocina; las manualidades del club de artesanía; las canciones del club de música, etc.

Pero, no todo era felicidad. Rumores empezaron a circular por toda la ciudad y no tardaron en llegar a la academia: Un adolescente, herbívoro, fue raptado. Presumiblemente, en un parque. La policía trato de ocultarlo del público, pero de alguna forma, un periodista filtro la información. Sin embargo, no tardaron en dar un aviso alegando que no era cierto.
Aun así, la familia del joven no estaba de acuerdo qué se manteniera en secreto la desaparición. Creían que al ser público, lo hablarían más rápido.
Extrañamente, la policía insistió que no era necesario y que lo mejor era, que nadie lo supiera. Eso, hasta que se difundió la información.

Como era de esperarse, esa noticia agrabó la tensión en la academia. Los estudiantes ya tenían ciertos roces por el asesinato de la llama, y ahora, al desaparecer otro estudiante, todos creían que los carnívoros eran los culpables.
Las discusiones en el comedor de volvieron más frecuentes, y de vez en cuando, surgía una pelea (la cuál era parada antes que escale).

En todo caso, Legoshi no tenia tiempo para preocuparse o entrometerse en ese lío. Él tenía sus propios problemas que luchaba por solucionar en silencio. Irónicamente, Louis siempre se enteraba de ellos.

Le dieron la orden de cuidar el puesto del club. Debía mantenerlo limpio y ordenado, y -obviamente- cuidar que nada se pierda. Guiones, utilería, vestimenta, hasta fotografías de los actores, todo era exhibido.

Llevaba más de media hora sentado. No pasaba nada. Cada ciertos minutos, pasaba una persona que veía todo su trabajos. Él tenía que sonreirle. Gracias a su inseguridad por mostrar los colmillos, lo hacía de una forma rara. Hasta perturbadora. Lo que provocaba que le lancen una mirada de disgusto o miedo.

Si fuera por él, iría a comprar algún dulce para recomponer la energía y los ánimos, pero, el encargado de vigilar a los estudiantes, no se lo permitiría.

Pronto el aburrimiento apareció. Comenzó a contar los minutos que faltaban para que pueda irse. 55... 54... 53...
Le daba la impresión que por cada minuto que contaba, el tiempo pasaba más lento.

Se resignó. Solo debía esperar. Esperar por toda una eternidad... Bueno, ya llevaba esperando más de dos años para confesar sus sentimientos, ¿que serían cincuenta minutos más?

Se recostó en la mesa. Con la intensión de conciliar el sueño. Fue verdad cuando le dijo a Louis que no dormía bien. Todas las noches iba a la casa de Gohin para lograr controlar su instinto.
Le daba la impresión que, los ejercicios que el panda le obligaba a realizar no ayudaban al propósito por el que lo busco; ¿hacer abdominales? ¿Sentadillas? ¿Largartijas? Y más...
Cuando se lo preguntaba, le respondía que primero debía ganar fuerza. De lo contrario, sería inútil que intentará controlarse ¿Por qué? Porque, su instinto liberaba una fuerza descomunal qué él, no podría contrarrestar si no podía cargar sesenta kilos.

El entrenamiento lo dejaba molido. Todo el cuerpo le dolía.

-¡Legoshi! -para su mala suerte, interrumpieron su descanso. Más valía, que fuera por algo importante- ¡Tienes que ayudarme!

-¿Qué quieres...? -preguntó con voz apagada. Reconoció quién le habló. Él no quería volver a cargar cajas y armar otro puesto; no iba a levantarse- Estoy ocupado...

-¡Es urgente! -exclamó de nuevo- Mejor dicho, ¡es una emergencia! -empezó a mover sus hombros, en su intento de despertarlo-.

-¿Que tipo de emergencia? -¿Acaso no podían terminar de armar su puesto? Habían varios estudiantes dispuestos a ayudar, él no era el único-. Pídele a alguien más que te ayude.

-¡Secuestraron a Haru! -exclamó a secas. Se notaba su desesperación. Al parecer, no se ocurrió otro animal más a quien acudir- ¡Lo vi! ¡Se la llevó un león vestido con traje de gala! ¡Ayúdame!

Legoshi se levantó de golpe. Sorprendiendo al gato.
Si era verdad lo que decía, entonces ella no estaba a salvo, menos aún, si un león la raptó.
Gohin hasta tiempo, le comento acerca del negocio que pertenecían esos leones elegantes. Eran los principales causantes de tantas desapariciones y muertes.
Haru acabaría muerta, si no era rescatada a tiempo.
Tal vez, él no la conocía del todo y hayan tenido malos entendidos, pero, Legoshi no quería perder a una amiga.

Apresurado, no le importó que aun no terminara su turno. Ellos tenían el tiempo contado y necesitaban toda la ayuda posible. Enseguida pensó en Gohin, él tenía mucha experiencia en combate, y armas.

Le comentó su plan al gato, quien asintió. Hashi (el nombre del gato), creyó que Legoshi buscaría a Louis, después de todo, Haru y él era muy cercanos. Al ver que el lobo ni lo nombraba, confundido le preguntó:
-¿Le dirás a Louis?; Haru y él, fueron amantes... Creo que debería saberlo, además, ¡él nos puede ayudar!

Helado. Frío como hielo, así quedo, al escuchar esa palabra "amantes"; ¿era cierto? ¿Louis y Haru alguna vez fueron novios...? Sin saber como reaccionar, dijo: "T-tienes razón... Iré hacerlo".

Caminaba inmerso en sus pensamientos. Aun no asimilaba lo que escucho a su momento. Por momento pensó que era mentira, que Hashi se lo inventó. Pero... ¿Qué ganaba él diciendo mentiras?
Suspiró. Soltando toda la carga que tendría que procesar.

Amor Secreto|| Legoshi X LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora