La Historia de el Chico del Pan [EDITANDO]

Capítulo 16

Empiezo a ver toda la ciudad y una infinidad de recuerdos se me vienen a la mente. Recuerdos de mi padre,mis hermanos,mis amigos. De Delly.
Recuerdo cuando la conocí, tendríamos unos tres años; incluso después de tanto tiempo, aún lo recuerdo perfectamente.
Era verano, lo recuerdo porque hacía calor, yo estaba jugando afuera con mis hermanos cuando nuestra madre nos dijo que atendiéramos a los clientes que llegaran; en ese entonces nuestra madre todavía no nos golpeaba o gritaba así que James no tuvo miedo de gritar:
-¡¿Por qué nosotros?! nosotros no podemos trabajar, estamos jugando.
Mi madre le dijo sin siquiera alzar la voz (cosa que ahora siempre hace).
-Porque tu papá fue a hacer una entrega y yo voy a traer más harina. ¿De acuerdo?
-Está bien- respondío David resignado
Vimos como nuestra madre salió y al mismo tiempo una niña de mi edad, rubia y de ojos azules, y un señor, que parecía ser su padre,se dirigían a la panadería.
-Te toca-me dijeron mis dos hermanos al unísono.
-¿Por que yo?
-Porque eres el más pequeño de nosotros y tienes que ir aprendiendo a vender-dijo James como si fuera evidente.
Empecé a quejarme pero la niña y su padre ya estaban por entrar y sabía que mis hermanos no se pararían, así que corrí y entre a la panadería delante de ellos dos.
El señor me vio y me preguntó donde estaban mis padres, respondí que salieron y que yo los atendería.
El señor le preguntó a la niña qué quería y ella tomó dos galletas. Su padre agarro más pan y me pagó.
Ellos salieron, yo en vez de volver a salir a jugar me quedé sentado atrás de la barra, estaba viendo a la nada cuando la campanilla en la puerta sonó, subí la mirada y me encontré con la niña mirandome.
-Me llamo Delly-dijo sonriendome-¿Cómo te llamas?
-Peeta, pensé que ya te habías ido
-Regresé para darte esto-dijo extendiéndome la mano, puso algo en la barra y salió corriendo, gritando:
-Adiós Peeta.
Mire la barra y vi una de las galletas que había comprado Delly.
Cuando estaba terminando de comerla,mi madre entró a la panadería, cuando vio la galleta que tenía en la boca pregunto enojada:
-¿Por que te comes las galletas Peeta? sabes que no puedes hacer eso.
-Una niña me la regaló-dije sinceramente y un poco alarmado, ya que era la primera vez que la veía enojada.
-¿En serio?-dijo poco convencida-¿Y cómo se llamaba la niña?
-Delly.
Al escuchar su respuesta se asombró, pensaba que estaba mintiendo.
-¿Delly?¿Delly Cartwright?
-No lo sé solo me dijo que se llamaba Delly.
Ella asintío y me dijo que ya podía volver a jugar.
Unos días después, volví a ver a Delly. Poco a poco nos fuimos haciendo amigos, más que eso: nos convertimos en hermano y hermana; Delly siempre ha sido la persona en la que más confío. Fue la única persona a la que le dije personalmente lo de Katniss, claro antes de decirlo a todo Panem, y puede que mis hermanos lo sospecharan además de mi padre.

La extraño demasiado, cuánto daría por escuchar su risa por lo menos una vez más.
Delly solía hacer planes para que Katniss y yo termináramos juntos, pero gracias a mi timidez nunca funcionaron.

A veces Madge también ayudaba, siendo la única persona que conocía a Katniss, además de Gale y Prim, me decía de qué temas podría hablar con Katniss y me intentaba juntar con ella. Aunque nunca he considerado a Madge mi amiga confie en ella desde que Delly me dijo que se lo había contado y que me ayudaría. Una vez me compró un pan de queso y se lo dio a Katniss, cuando ella pregunto quien lo habia hecho Madge le dijo que lo hizo un conocido y que se lo podía presentar; el plan era presentarnos en ese momento,pero me entraron los nervios y me fui antes de que Madge le dijera que era yo.
Empiezo a pensar en mis hermanos y escucho una voz detrás mío. Katniss.

-Deberías estar durmiendo.

Me sobresalto al escuchar su voz interrumpiendo mis pensamientos, pero no volteo a verla, sólo sacudo un poco la cabeza.

-No quería perderme la fiesta.Al fin y al cabo, es por nosotros.

Se acerco a mí y se asoma al borde.
-¿Están disfrazados?

-¿Quién sabe? Teniendo en cuenta la locura de ropa que llevan aquí... ¿Tú tampoco podías dormir?

-No podía dejar de pensar -responde.

-¿Piensas en tu familia?

-No -dice culpable-.No dejo de preguntarme qué pasará mañana, aunque no sirve de nada, claro.-Siento como me observa, pero yo no la veo-Siento mucho lo de las manos,de verdad.

-No importa, Katniss. De todos modos, no tenía ninguna oportunidad en los juegos.

-No debes pensar así.

-¿Por qué no? Es la verdad. Mi única esperanza es no avergonzar a nadie y...-vacilo antes decir algo que tengo en la cabeza desde la Cosecha.
-¿Y qué?

-No sé cómo expresarlo bien. Es que... quiero morir siendo yo mismo. ¿Tiene sentido? -pregunto, y ella sacude la cabeza-. No quiero que me cambien ahí fuera, que me conviertan en una especie de monstruo, porque yo no soy así.-Se muerde el labio y vuelvo a sentir su mirada.
-¿Quieres decir que no matarás a nadie? -me pregunta.

-No. Cuando llegue el momento estoy seguro de que mataré como todos los demás. No puedo rendirme sin luchar. Pero desearía poder encontrar una forma de... de demostrarle al Capitolio que no le pertenezco, que soy algo más que una pieza de sus juegos.

-Es que no eres más que eso, ninguno lo somos. Así funcionan los Juegos.

-Sí, pero, dentro de ese esquema, tú sigues siendo tú y yo sigo siendo yo-insisto-.¿No lo ves?

-Un poco. Aunque..., sin ánimo de ofender, ¿a quién le importa, Peeta?

-A mí. Quiero decir, ¿qué otra cosa me podría preocupar en estos momentos?-empiezo a enojarme por su forma de actuar.La miro exigiendo una respuesta.

-Preocúpate por lo que dijo Haymitch-responde,dando un paso atrás-.Por seguir vivo.

-Bien-digo,esbozando una sonrisa triste y burlona; que se resigne a la manipulación del Capitolio me defrauda,así que añado algo que sé que la hará enojar-Gracias por el consejo, preciosa.-Uso el tono condescendiente de Haymitch y sé que ha funcionado.
-Mira, si quieres pasarte las últimas horas de tu vida planeando una muerte noble en el estadio, es cosa tuya. Yo prefiero pasar las mías en el Distrito 12.

-No me sorprendería que lo hicieras.Dale recuerdos a mi madre cuando vuelvas, ¿sí?

-Puedes contar con ello.-Se da la vuelta y baja del tejado.Dejándome solo de nuevo.
Solo con mis pensamientos.