Capítulo 3

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Después del himno, un par de Agentes de la Paz nos escoltan al interior del Edificio de la Justicia. Nos llevan a habitaciones distintas donde se llevarán a cabo las despedidas con nuestros seres queridos. Los primeros en entrar son mi familia. David me remueve el pelo mientras me abraza en silencio; mi madre parece aburrida, es obvio que mi padre la obligó a venir, no importa si tengo su sangre entre mis venas, sus ojos azules se mantienen helados como siempre; mi padre en cambio tiene los ojos nublados con lágrimas, pero no las deja salir; James se queda apartado mirándome con pena y dice

-Peeta...sobre lo que paso...-sé a qué se refiere así que lo corto

-No importa, nadie nunca se ha presentado voluntario para ir a ese lugar, bueno hasta ahora; no te culpo, no estoy seguro de que yo lo hubiera hecho si nuestros lugares hubieran sido opuestos. Además, no sería justo que exactamente en tu último año tuvieras que ir a los Juegos. Sólo... Prométeme que se cuidarán entre todos.

Él sólo asiente y me abraza, cuando me suelta mi padre les pide que salgan para darnos privacidad, los tres asienten y se dirigen a la puerta; antes de que salgan, oigo a mi madre decir: “Quizá el distrito 12 tenga otro ganador este año” la puerta ya está cerrada pero aun así escucho como termina la oración “Esa chica sí que es una superviviente.”

Mi padre me mira esperando mi reacción,yo sólo sacudo la cabeza dejándole saber que no me importa; mi madre hace comentarios como este tan seguido que fue estúpido de mi parte pensar que podría decir algo bueno de mí. Mi padre empieza a sacar algo del bolsillo y reconozco el emblema de la panadería.

-Toma- me dice tendiéndome un paquete de galletas- te las iba a dar al final de la cosecha como todos los años, pero dadas las circunstancias...

No tiene que seguir para que lo entienda -Gracias, pero mejor dáselas a alguien que las necesite.

-Recuerdo como empezamos esta tradición; era tu primer cosecha y estabas nervioso, cuando me preguntaste si podías tomar una galleta te dije que no porque estaba tu madre...-yo continuo el relato-...cuando acabó la cosecha me pasaste un paquete de galletas cuando nadie veía, y me dijiste que sería nuestro secreto.

-Desde entonces tu madre se ha preguntado porque siempre falta un paquete de galletas los días de cosecha.

Empezamos a reír visualizando a mi madre gritando por unas galletas perdidas. Nos quedamos en silencio por un momento hasta que él lo rompe

-La amas, ¿cierto?

Me debato en responder esta pregunta, estoy seguro de la respuesta pero no es un tema que abarque con mi padre. Finalmente dejo soltar un seguro- Sí.

-Bien, no quiero que te sacrifiques por ella sin estar seguro de lo que sientes.

-De hecho la razón por la que me fije en ella fuiste tú. En el primer día de clases cantó y me perdí.

-¿En serio? ¿tanto tiempo la has querido?

Yo solo asiento.

-No te voy a pedir que vuelvas porque sé que no está en tus planes, pero quiero que sepas que confío en ti y estoy seguro de que si te das la oportunidad, podrían decir tu nombre junto a la palabra “Vencedor”. Siempre has sido capaz de llegar a la grandeza, creí que tendríamos más tiempo juntos. Yo...- se le empieza cortar la voz y tiene que detenerse para no romper en llanto-recuerda que te quiero hijo, sé que no lo digo a menudo, pero desde el primer día que te tomé en brazos has alegrado mi vida. Nunca olvides lo mucho que me importas.

Ante estas palabras yo también estoy en peligro de llorar.

-Yo también te quiero, papá.

Nos damos un abrazo que desearía nunca acabara, pero no es posible. Nos quedamos así por un buen rato y no sé porque, pero empiezo a llorar. No es justo, ¿por qué tengo que ir al peor lugar del mundo donde se supone que debo asesinar a otras personas? Aún si Katniss no estuviera involucrada, mi asco hacia los Juegos seguiría siendo el mismo. Este es el último abrazo que le dé a mi padre, cada día de mi vida ha estado ahí para mí, detrás de cada raspón, cada risa, cada golpe de mi madre, cada receta completada... Y hoy será la última vez que lo vea.

Papá no me suelta hasta que dejo de llorar. Besa mi frente, abre la puerta, me da una última mirada, y se va.

Inmediatamente después de que se cierre la puerta, se vuelve a abrir, lo único que veo es una mancha amarilla antes de quedarme sin aire por la fuerza con la que Delly me abraza.

-Delly...No...Me dejas...respirar-le digo entrecortadamente, ella no responde, sólo suelta un poco su agarre sin dejarme ir del todo.

Empiezo a notar que mi pecho se está humedeciendo con esas lagrimas que conozco tan bien.

-No llores Delly- si sigue empezaré a llorar de nuevo -Estoy bien.

-No, no lo estás, o por lo menos yo no- responde sin romper el abrazo -¿no vas a volver cierto?

-Lo siento- desearía poder mentirle, darle la esperanza de que volveré, pero ella sabría que no es cierto, es la única persona a la que le he contado lo que siento por Katniss; bueno, ahora exceptuando a mi padre.

-¿Cómo piensas protegerla?

-Todavía no lo sé.

-Debes conseguirle patrocinadores, es la mejor forma de sobrevivir.-se queda debatiendo en decirme lo siguiente- Si es que ella no lo logra...intenta volver¿sí?

-Está bien. Pero, aunque Katniss no fuera a Los Juegos no creo que tuviera oportunidad de volver.

-Eso no es cierto, tendrías demasiadas oportunidades de regresar...si quisieras; así podríamos volver a hacer muñecos de masa, como cuando éramos pequeños.

Ante este comentario no puedo evitar que unas lagrimas rebeldes se deslicen por mi rostro; recordando esos días de inocencia, cuando vivíamos en la seguridad irreal de nuestros hogares.

-A mí también me gustaría eso Delly, pero me temo que no será posible.

-Debes decírselo.

-Sí, claro- respondo sarcásticamente -no parecerá real, creerá que es un estrategia.No puedo decírselo, menos yendo al lugar al que vamos.

-Con mayor razón debes decírselo ahora, nunca más tendrás oportunidad de hacerlo, sólo uno de los dos volverá; si es ella, sólo serás un chico al que tuvo que matar para poder sobrevivir; si tú ganas, el resto de tu vida te arrepentirás por guardarle ese secreto.

-Lo tendré en cuenta- es lo último que puedo decirle ya que entra un agente de la paz diciendo que el tiempo se ha acabado.

Antes de que se cierre por completo la puerta, ella me grita un "te quiero" a lo que respondo con un "yo también”.

Los mismos agentes de la paz nos escoltan a Katniss y a mí, a la estación de tren donde esta repleto de cámaras. Veo a las pantallas y me desanimo ya que se nota que he llorado,no creo que nadie lo tome como estrategia, sólo verán a un chico débil que ya está llorando antes de empiecen los juegos; en cambio Katniss muestra una indiferencia total, incluso parece aburrida.

Subimos al tren, no sin antes despedir a las cámaras.Ya dentro Effie nos asigna habitaciones y nos dice que podemos hacer lo que querramos hasta la cena.

Cierro la puerta de la habitación y la contemplo, es mucho más elegante que toda mi casa, hay una cama matrimonial y una pequeña sala de estar. Qué caritativos son al consentirlos con lujos en nuestros últimos días.

Entro al baño para darme una ducha y al igual que mi nueva habitación, está llena de elegancia,en casa solo tenemos una regadera con agua fría,tibia si es que el sol es demasiado fuerte. Abro la llave de la bañera, me desvisto y me sumerjo en el agua caliente, permitiéndome olvidar por un momento los sucesos del día.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~¡Hola!espero que estén disfrutando la historia.Lo siento si es que este capítulo fue muy lento pero tenía que pasar toda la despedida y eso. Si tienen alguna sugerencia coméntenla.

La Historia de el Chico del Pan [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora