Capítulo 6

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-Estoy dentro -dice Haymitch mientras se dedica a echarle lo que creo es alcohol a su vaso de jugo.

- ¿Dentro? ¿de qué?- pregunto confundido todavía recordando la demacrada cara de Katniss.

-Ugh, de tu plan, ayudaremos a la chica- contesta frustrado 

-Oh, genial...

Me callo pues Effie entra seguida de Katniss, y por el momento quiero que quede entre Haymitch y yo.

-¡Siéntate! ¡Siéntate!-le dice Haymitch a Katniss haciendo señas con la mano.
Ella hace como se le pidió y se queda mirando dubitativamente a la taza de chocolate que le han puesto a lado.
-Le llaman chocolate caliente-le digo al ver su desconfianza -está rico.
Me hace caso a lo cual yo sonrío y sigo comiendo; cuando termino con la comida me encargo de remojar pedazos de panqués en mi taza de chocolate caliente, justo como me enseñó papá.

El desayuno transcurre en silencio hasta que Katniss habla.
-Entonces, ¿nos vas a aconsejar?- pregunta dirigiéndose a Haymitch.
-¿Quieres un consejo? Sigue viva- le responde y empieza a reírse. Que todos los años se tome tan a la ligera la vida de los tributos me enfurece, más cuando acaba de decir que piensa ayudar; cuando Katniss voltea a verme, harta al igual que yo con la actitud de nuestro mentor, no tengo la mirada que siempre le dirijo sino una mirada dura que sólo he usado con mi madre.
-Muy gracioso. Pero no para nosotros-le digo a Haymitch, al tiempo en el que le tiro el vaso que tiene en la mano. No tengo tiempo de reaccionar antes de sentir un puñetazo tan fuerte en la mandíbula que me tira al piso. Todavía en el suelo escucho como si algo se hubiera clavado en madera.

-¡Eso es caoba!- escucho a lo lejos a Effie chillar.

-Bueno, ¿qué tenemos aquí? ¿De verdad me tocó un par de luchadores este año?-dice Haymitch mientras me levanto. Voy a tomar un poco de hielo que está en el frutero, pero Haymitch me detiene-Deja que salga el moretón. La audiencia pensará que te has peleado con otro tributo aún antes de llegar al estadio.

-Va contras las reglas-respondo.

-Sólo si te atrapan. Ese moretón dirá que luchaste y no te han cogido; mucho mejor.-después se voltea hacia Katniss -¿Puedes hacer algo con ese cuchillo, aparte de clavarlo en la mesa?

Ella como respuesta, toma el cuchillo que al parecer enterró a lado de la mano de Haymitch, y lo lanza a la pared clavándolo entre dos ranuras de la madera.

-Vengan aquí los dos-nos pide nuestro mentor señalando la sala contigua al comedor; se pasa unos minutos caminando a nuestro alrededor, tocando nuestros músculos y examinando nuestros rostros-Bueno, no está todo perdido, parecen estar en forma y cuando los estilistas acaben con ustedes serán bastante atractivos-ninguno de los dos rezonga, claro que ella es atractiva, espera, no es el momento de pensar en eso Peeta-Está bien, haré un trato con ustedes, si no interfieren con mi bebida -remarca lanzándome una mirada de advertencia -prometo estar lo suficientemente sobrio para ayudarlos siempre y cuando hagan todo lo que diga.
Viniendo de Haymitch es un buen trato aunque no asegura nada.
-Está bien-respondo y Katniss por fin habla
-Pues ayúdanos, ¿cuál es la mejor estrategia en la Cornucopia para alguien...
-Cada cosa a su tiempo. Dentro de unos momentos llegaremos a la estación y estarán en las manos de sus estilistas, no les va a gustar lo que les hagan pero sea lo que sea no se resistan.
-Pero...-empieza a quejarse Katniss
-No hay peros que valgan, no se resistan.-dice Haymitch mientras recupera su vaso y sale del compartimiento. Katniss y yo nos quedamos en silencio; el vagón empieza a quedarse a oscuras, ya que estamos pasando por el túnel que se encuentra debajo de las montañas.

Poco a poco la luz natural empieza a hacerse presente y el tren empieza a frenar; ninguno de los dos puede evitarlo, Katniss y yo corremos hacia la ventanilla del tren, esperando visualizar lo que sólo hemos visto en televisión: el Capitolio.

La ciudad empieza a notarse gracias al brillante resplandor que tiene. Todo se ve artificial, las baldosas de colores, los edificios resplandecientes, incluso la ropa de la gente que viene a vernos es deslumbrante; un mar de colores neón daña la vista.
La gente empieza a señalarnos reconociendo a su nuevo grupo de entretenimiento. Aunque me desagrada lo que voy a hacer, empiezo a saludarlos e incluso a sonreírles, esto les emociona aún más.

Siento una mirada y volteo para encontrar los ojos de Katniss inspeccionándome cuidadosamente
-¿Quién sabe? Puede que uno de ellos sea rico.-le digo sin mentir completamente, esperando que uno de ellos pueda patrocinarla.
La mirada que me dirige me hace arrepentirme de lo que dije, sus ojos están llenos de repulsión, desagrado y desconfianza.

Y eso me duele porque ahora ella piensa que todo es una actuación, desconfía de mí sin saber que sacrificaré mi vida por la suya.

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¿Qué les está pareciendo la historia queridxs nuevos lectores? Cometen si les está agrandando, también si no les gusta, las críticas son bien aceptadas :)

La Historia de el Chico del Pan [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora