Capítulo 18

328 36 5
                                    

Tenemos exactamente sesenta segundos de espera antes de poder salir de nuestra plataforma,si lo haces antes del fin de la cuenta regresiva sales volando en pedazos literalmente. Hubo una vez que a una chica se le cayo su símbolo de distrito y tuvieron que despegar sus restos del suelo. Los Vigilantes de los Juegos son bastante estrictos con sus reglas, mientras les convenga, claro.

En cuanto la voz de Claudius Templesmith empieza a contar, yo busco con la mirada a Katniss.
60
La encuentro.
58, 57
Está a cinco tributos de mi izquierda.
54, 53, 52
Ve a su alrededor así como yo.
45 ,44, 43, 42
Ve algo en la Cornucopia.
38, 37, 36
Dirijo mi mirada a donde está la suya, un arco.
30, 31, 32
¡Quiere ir por él!
20, 19, 18
Se pone en posición para correr.
15,14,13,12
Intensifico mi mirada para que voltee, intento hacer señas pero temo caer de la plataforma por el movimiento.
10, 9, 8, 7
Finalmente siente mi mirada, voltea a verme y yo niego con la cabeza para que me entienda.
5, 4, 3, 2
Ella vuelve a ver hacia la Cornucopia y luego a mí...
0

Empiezo a correr lo más rápido que puedo sin mirar atrás. Cuando llego a línea de los árboles, me detengo.
Busco a Katniss entre todos los demás tributos, la veo peleando por una mochila con el chico del 9. De repente veo a Clove, la chica del 2 acercarse lentamente y cuando está mas cerca le lanza un cuchillo al chico, escupe sangre y cae a los pies de Katniss que mira el cuerpo con horror. Katniss alza la mirada y se echa a correr, Clove empieza a perseguirla y le lanza un cuchillo directo a la cabeza pero afortunadamente Katniss se da cuenta y se cubre con la mochila que tomó.

Creía que Clove la seguiría pero no, se dirige a la Cornucopia con los demás profesionales.
Considero seguir a Katniss, ya que supongo que los espectadores querrán ver cada detalle de los trágicos amantes; rechazo la idea, de todas maneras ella se dirigió al otro lado, tendría que cruzar la masacre para llegar a ella. Incluso si la encontrara sería una carga para ella, además no confiaría en mí y eso echaría a perder el "romance".

Es hora de cumplir los primeros pasos que acordé con Haymitch.

Tomo un puño de tierra y algunas hojas para hacer una mezcla, la froto contra mi pantalón obteniendo un color más disimulado.

Escalo un árbol con poco habilidad, no llego a una buena altura ni de chiste pero logro ver un panorama general de la arena. Como imaginé, estamos en la cima de una colina, un lado parece hundirse más. A lo lejos se ven montañas, hacia el otro lado hay un lago grande. Por aquí y por allá veo otros cuerpos de agua más pequeños. Hay un pastizal que contraste un poco por el tono, el pasto se ve más seco que en el área que estoy. Los árboles son muy verdes, además de tener varias fuentes de agua fijas, creo que lloverá en más de una ocasión. Cómo dijo Portia, nos esperan noches frías, pero es preferible a un desierto.

No he visto que los profesionales se acerquen todavía al lago, pero está a la vista, mejor no me arriesgo. Identifico un estanque relativamente cerca y me dirijo a él.
Afortunadamente no me encuentro a nadie en el camino, llego rápido. Le agrego agua y lodo a mi disfraz improvisado, me unto a mí mismo un poco de la mezcla.

Escucho unas ramas moverse a lo lejos. Me escondo detrás de un árbol y pongo mi guardia en alto. El sonido se acerca, pero... ¿Viene de arriba? Subo la mirada y me tranquilizó. Es la pequeña del 11, Rue. Al relajarme me muevo para que me vea, se detiene y nos observamos a los ojos.
—No te haré daño, puedes bajar al agua. -le digo, lo está pensando así que sigo hablando.- Voy a caminar en tu dirección lentamente, mira, no tengo ningún arma -doy una vuelta mostrando mis brazos.
Esto logra tranquilizarla lo suficiente para bajar sintiéndose segura.
Se acerca al estanque rodeándolo para no quedar a lado mío, le sonrío y estoy apunto de irme cuando su fina voz me detiene:
—¿Por qué no estás con ella?
Sonrío genuinamente por su confianza. Sé que se refiere a Katniss, parece ser que ambas se pusieron atención.
—En cuanto iniciaron los Juegos nos dirigimos a diferentes direcciones, tenemos diferentes habilidades y por ahora era mejor que yo no le estorbara mucho. -Respondo amablemente, confío en que no le hará daño si es que la encuentra.
Ella ya se ha sentado a la orilla del agua y me escucha atentamente, tiene las manos y la boca mojada pues está bebiendo de ahí.
—¿Cómo sabes qué es seguro? -le pregunto- yo no quise arriesgarme.
Ella se ríe dulcemente. -Ya me había pasado por aquí y vi a varios animales tomarla, quise buscar a Tresh para decirle pero no lo encontré. No pasa nada, lo prometo.
Le dedicó una sonrisa y también comienzo a tomar con mis manos.
—Muchas gracias, ¿piensas quedarte aquí?
—Nop, intentaré moverme mucho para que no me atrapen.
—Eres muy lista, sé que lo lograrás. Bueno, de nuevo gracias por compartirme tu agua y sabiduría -se sonroja y sonríe- ,yo volveré a los alrededores de la Cornucopia. Si nos encontramos de nuevo espero poder regresarte el favor.
—Irás para cuidarla, ¿verdad? -asiento- mm, espero que no les pase nada.
—Ella y yo también esperamos que estés bien. Adiós, Rue.

Con un paso más rápido, vuelvo al arbusto con vista a la Cornucopia. Por la cercanía entre ambos puntos, calculo que han pasado alrededor de cuarenta minutos.

Ya no hay mucho movimiento en la Cornucopia, los profesionales se están repartiendo el botín. Impasibles de los cuerpos que les rodean. Siguen entrando y saliendo de la Cornucopia.

Después de un rato se empiezan a oír los cañonazos que marcan la muerte de los tributos. Significando que ya terminó el baño de sangre. 1, 2, 3,...

Once, en total ha habido once asesinatos de niños inocentes. Porque ¿de qué otra se le puede llamar el tomar la vida de alguien? Vidas de niños arrebatadas por niños; o adolescentes, ante mis ojos es lo mismo. Personas que no han vivido ni la mitad de lo que viven los espectadores del Capitolio, obligados a convertirse en asesinos como enfermo entretenimiento.

De algún punto en el cielo llegaron aerodeslizadores sin que lo notara, una fría garra levanta los cuerpos desperdigados.
Los profesionales se reúnen pero veo que no están completos, falta un chico, no, un niño. El niño del Distrito 4 fue elegido en su primer Cosecha, ya que no lo veo asumo lo peor. El anuncio nocturno me confirmará si es parte de los once fallecidos.
Además de los distritos 1, 2 y 4 veo a alguien del 3 y del 7.
Algunos se quedan a vigilar, dos van al otro lado de la arena, mientras otros tres se dirigen a donde estoy.

Si corro me alcanzarán rápidamente y este no es un buen escondite, tampoco puedo trepar árboles como Katniss o Rue. Con suerte podría ganar una lucha contra tres, pero estamos cerca de la base y llamarían a los demás.

Busco una cámara, la arena está repleta de ellas. Creo haber encontrado una y me posiciono frente a ella, hago señas para captar la atención de los Vigilantes, me llevo un dedo a los labios como si les pidiera guardar silencio, después señalo a los profesionales cada vez más próximos. Esperemos que sea suficiente para que entiendan lo estoy a punto de hacer.
Me pongo en medio de su trayectoria, esperando su llegada.

-¡Hey miren es el chico amoroso!

La Historia de el Chico del Pan [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora