Capitulo #3

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Si Tara supiera que con esos argumentos le estaba dando más motivos aún para apartarse... Hasta ese momento ella había estado en medio, haciendo de amortiguador entre Nattawin y él. ¿Y pretendía que ellos dos trabajaran solos?

-Tan solo hay que adaptar el plan existente a las necesidades del ayuntamiento. Son pequeños detalles que cualquiera de los otros arquitectos más novatos puede hacer perfectamente. -Mile esperaba convencerlos.

Tara negó con la cabeza y se pellizcó el labio inferior entre los dedos..

-No estoy segura. -Se volvió hacia Grant-. Me sentiría mucho mejor si Mile siguiera estando al cargo. Ha estado trabajando en ello desde el principio. Creo que me pondría muy nerviosa si lo llevase otra persona.

Mile sí que se estaba poniendo nervioso.

-Es culpa mía -intervino Nattawin, sorprendiendo a todos-. La verdad es que a Mile le cuesta trabajar conmigo. Pero no os preocupéis. Lo haré mejor. Resolveremos nuestras dificultades y todo el mundo podrá seguir con sus planes. Tara miró a Nattawin y luego a mile sin comprender del todo.

-Hay algo más que eso -dijo Mile.

-¿Y puedo saber el qué, exactamente? -inquirió Tara.
En realidad Mile no tenía manera de explicarlo. Y temía que no le quedaba más remedio que resignarse.

-Esto... es culpa mía, no de Nattawin. Soy un poco maniático. -No quería quedar mal, pero tampoco quería que Nattawin cargara con la culpa.

-Danos algo de tiempo -dijo Nattawin-. Lo solucionaremos. Y si no lo hacemos, seré yo quien se retire del proyecto.

Mile gruñó para sus adentros. Eso tampoco era lo que él quería. Pero no tenía elección. Podría aguantar durante una o dos semanas más con Nattawin al lado, después pensaría en el siguiente paso.

-Sí..., intentaremos solucionarlo -aceptó Mile.

-De acuerdo, entonces -dijo Grant, aparentemente satisfecho, y él y Tara volvieron de nuevo a la fiesta.

Mile sabía que esa noche debería estar contento. Tenía la nominación por la que había trabajado tan duro. Lo normal sería que se relajara un poco e incluso flirteara con Nattawin, pero no podía evitar estar así de tenso.

-Espero no haberte puesto en un aprieto -dijo Nattawin bajando la mirada. Dios mío, se sentía un imbécil. Una parte de él quería explicarle cuál era su problema realmente, pero ni siquiera él lograba comprenderlo
del todo. Solo sabía que había una vocecita dentro de él que le decía que se mantuviera alejado.

-Te veré el lunes en la oficina -dijo Mile a modo de despedida.

-Me gustaría tener una reunión a primera hora para que podamos hablar de esto un poco más.
Él sacudió la cabeza.

-No hay necesidad de una conversación. No es por ti, es por mí. - Sacó las llaves del bolsillo. Necesitaba salir de allí, volver con su hija Delia y meterse en la cama. Tal vez tuviese la cabeza más despejada por la mañana. Buscó a su hermana entre la multitud, pero no la vio por ninguna
parte. Le mandaría un mensaje cuando llegara a casa-. Que tengas un buen fin de semana -le dijo a Nattawin mientras se dirigía ya hacia la puerta.

-Es imposible que sea solo por ti -respondió Nattawin, caminando a paso rápido detrás de él.

-Créeme. Lo es. -Tiró de la puerta y, por costumbre,
se hizo a un lado para que Nattawin pasara. Maldita caballerosidad, qué oportuna.
Necesitaba alejarse de Nattawin cuanto antes.

Nattawin se giró hacia él en cuanto cruzó el umbral. La brisa nocturna agitaba su pelo de manera hipnótica. ¿Cómo podía un hombre ser tan hermoso? .

-Nunca es culpa de una sola persona. Y sé que tiene que haber una razón para que me trates como lo haces.

Mile se preguntó si no se habría pasado mostrándose frío con el.

-Lo siento si no he sido el más divertido trabajando. Estoy bajo mucho estrés.

-Sé que a veces me paso de entusiasta y eso puede llegar a ser molesto. Pero es que estoy emocionado por tener un trabajo en el que me siento útil. Fui modelo durante años y nunca me sentí así de bien.

-Estoy seguro de que tus jefes estaban muy contentos con tu trabajo. -¿Cómo no iban a estarlo? Nattawin era tan malditamente sexy...

-Quizás. Lo cierto es que no lo sé. Pero sí sé que disfruto
trabajando en Sterling y no quiero que eso cambie.

-Eres dueño de una parte de la empresa. Puedes hacer lo que quieras, ¿no? ¿De verdad necesitas trabajar?

-¿Y de verdad tú lo necesitas? -preguntó Nattawin, arqueando las cejas.

No, no necesitaba trabajar, al menos no por dinero. Él y Miranda habían heredado una gran fortuna cuando murió su abuela. Pero sí necesitaba trabajar por su propia cordura. Mantenía su mente ocupada y dejaba de pensar en el pasado.

-¿Cómo sabes eso?

-He hecho algunas preguntas...

A Mile no le hacía ninguna gracia que circulara por ahí información sobre él.

-Pues será mejor que no las hagas. Tú y yo somos compañeros de trabajo. No hay razón para que sepas nada de mi vida personal. -La ira bullía en su interior. Necesitaba llegar a su coche.

-Lo siento. Solo intento entender.

-¿Entender el qué? ¿A mí?

-Mile casi se echó a reír.

-Sí, a ti. -Nattawin le agarró del codo, provocando una oleada de calor en él-. Quiero poder trabajar contigo. Quiero aprender de ti, colaborar e intentar empaparme al menos un poco de tus conocimientos.

Mile se quedó paralizado. No sabía qué contestar. El era tan sincero siempre. Para él, eso solo la hacía más peligroso. ¿Por qué no podía darse por vencido, volver a entrar en la fiesta y olvidarse de todo?.

-¿Por qué me odias, Mile? Por más vueltas que le doy, no consigo saber qué he podido hacer mal.

-No te odio. -«Es que no puedo dejar de pensar en ti». Dijo para si mismo.

-A veces parece que sí.

-Lo siento. No sé qué más decir. -Abrió su coche con el mando a distancia y caminó a paso rápido hacia su
Audi, No iba a dejar que nadie mas le hiciera daño. Arrancó el motor y las luces se encendieron de
inmediato. Nattawin seguía allí de pie, moviendo la cabeza con incredulidad. Incluso bajo la luz de los faros estaba precioso. Y por más que se decía lo contrario, no paraba de pensar en tomarlo en brazos y besarlo.

 Y por más que se decía lo contrario, no paraba de pensar en tomarlo en brazos y besarlo

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