Capitulo #27

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La fiesta del bebé marcó el comienzo de dos semanas maravillosas para mile y Nattawin: besos robados en el trabajo, horas de comida en las que corrían a casa de ella para estar a solas, miradas sensuales y coqueteos en
medio del estrés que suponía terminar la segunda fase de la propuesta del paseo marítimo. Todos los días eran prometedores.

Mile tenía una energía que no había tenido en mucho tiempo

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Mile tenía una energía que no había tenido en mucho tiempo. Y un optimismo que no estaba seguro de haber tenido nunca. Nattawin era increíble.
Pero también sabía que tenía que haber cambios. Estaban saliendo a escondidas y, aunque él tenía la sensación de no estar preparado aún para un compromiso en toda regla, y Nattawin tenía claro que había que tomarse las cosas con calma, seguía notando en el cierta inquietud.

Nattawin llevaba toda la vida esperando su final feliz. Y mile sabía que Nattawin se merecía algo mejor.
Pero en ese momento él tenía entre manos un asunto urgente… Y era el disfraz de Halloween de Delia. A pesar de sus esfuerzos, a Mile seguía sin dársele bien hacer trenzas.

—Papá, eso tiene mala pinta. —Delia le frunció el ceño a través de su reflejo en el espejo—. No se parece a la foto. —Señaló la portada de su DVD de La princesa de las nieves.

De hecho, no había conseguido hacer las seis trenzas del mismo tamaño que rodeaban su cabeza, ni las espirales que debían sujetarse con horquillas. El peinado que le había hecho era un desastre y, como si el universo conspirara contra él, uno de los elásticos se salió de una de las trenzas y empezó a deshacerse. Una sola lágrima rodó por la mejilla de Delia, le tembló el labio inferior y se le formó un hoyuelo en la barbilla.

—Por favor, no llores. Te lo ruego. No llores —suplicó Mile a su hija.

—Entonces arréglalo, papi.

No le quedaba más remedio que pedir ayuda

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No le quedaba más remedio que pedir ayuda.

—¿Y si llamo a Nattawin?

—Sí, papi. Llámalo, por favor.

Mile agarró el móvil que estaba en un estante del baño y buscó a Nattawin en su lista de favoritos.

—Hola —respondió el con voz melosa. Los recuerdos de las últimas semanas juntos inundaron su mente: momentos apasionados y acalorados, mezclados con una ternura que no esperaba.

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