Chispas en la oficina..., ¡fuego en el dormitorio!!!
El ex modelo Thailandes Nattawin por fin había encontrado su lugar en Sterling Enterprises, la empresa inmobiliaria de su difunto exmarido. El problema era que Mile Romsaithong, el arquitecto con...
En la sala de reuniones había varios arquitectos subalternos y miembros del personal de apoyo. Grant estaba ante una pizarra blanca, donde había escrito un organigrama de las cosas que debían hacerse antes del miércoles. Era mucho trabajo. Una montaña de trabajo, y el tenía la culpa de que tuvieran que darse tanta prisa. Natt se sentó a la mesa, junto a Tara. Mile prefirió quedarse al otro lado de la habitación, apoyado en la pared.
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—Gracias a todos por ayudarnos a salvar el proyecto del paseo marítimo —dijo Grant—. Hubo un error con el plazo de entrega y tenemos una enorme cantidad de trabajo que terminar para el miércoles por la mañana. —Grant bebió un trago de agua de un vaso que había sobre la mesa. Mientras tanto, Nattawin sintió que todas las miradas se centraban en el. Estaba claro que todo el personal ya se había enterado de que se trataba de un error suyo—. Mile y yo terminaremos los planos finales, con la ayuda de los arquitectos júnior. Tara y Natt trabajarán en la parte administrativa para preparar la presentación y los materiales que la acompañen.
Tara se levantó de su asiento:
—Trabajaremos hasta tarde las dos próximas noches y llegaremos temprano las dos próximas mañanas. Pero Grant y yo queremos que todos sepáis cuánto apreciamos vuestro esfuerzo. El proyecto del paseo marítimo era algo muy importante para Johnathon Sterling, y sería algo especial para su legado si lo conseguimos. Tenemos una buena oportunidad, pero va a hacer falta el trabajo de todos para conseguirlo. Así que, ¡manos a la obra!.
Todos se levantaron y comenzaron a salir hacia sus puestos de trabajo. Nattawin se acercó a Tara para hablar con ella. Si perdían el proyecto, sería por su culpa, y habría defraudado a todo el mundo cuando lo único que intentaba era honrar la vida y la carrera de Johnathon.
—Ni siquiera sé qué decir…, aparte de que lo siento.
—Todos cometemos errores, Natt. Lo superaremos.
—Lo sé. Pero para mí es muy importante hacer un buen trabajo, y eso significa ayudar al equipo. Ahora mismo, lo único que hago es perjudicar.
—Entonces, céntrate e intenta hacer lo contrario. Tienes que mirar hacia delante. Le hablo fuerte Tara. Nattawin recibió el mensaje, alto y claro.
—De acuerdo. Me quedaré en la oficina las dos próximas noches si es necesario.
—Bien. Porque es muy probable que lo necesitemos.
Nattawin salió de la sala e inmediatamente buscó el número de contacto de Sandy en su teléfono. Llamó a su móvil, pero sonó y sonó. Ni siquiera saltó el buzón de voz. Nattawin sabía que había algo que no encajaba, pero no tenía nada en lo que basarse. Ese número de teléfono era la única Información que tenía de Sandy.
Después, fue a su despacho y recogió todo el material del proyecto que tenía y se reunió con Tara y otros empleados. Trabajaron sin descanso durante todo el día, ni siquiera salieron de la oficina para comer. Nattawin intentó varias veces más ponerse en contacto con Sandy, pero siempre obtenía el mismo resultado: llamadas interminables sin respuesta. Otro callejón sin salida.
Hacia las diez de la noche, Tara envió a los empleados a casa y sugirió que ella y Natt fueran a ponerse al día con mile y Grant. Nattawin era un manojo de nervios al caminar por el pasillo, pensando en cómo lo recibiría mile. Tara se dirigió a Grant cuando llegaron, dejando que Mile y Nattawin pudieran hablar entre ellos.
—Hola —saludó Nattawin—. ¿Cómo lo lleván ustedes?.
—Muy lento. Es agotador. —La voz de Mile era cortante y seca.
Nattawin también estaba cansada y la actitud que él tenía hacia el no facilitaba las cosas.
—He intentado llamar a Sandy, pero no me contesta. Supongo que me mintió. La verdad es que no lo entiendo.
—Sé que estás intentando salir del agujero, pero creo que ya va siendo hora de que aceptes dónde estás metido. Hablé con el Departamento de Informática y verificaron que el correo electrónico que recibió Miranda procedía de Sterling. Y como los dos sabemos que Sandy no tiene acceso a Sterling y que hace casi dos meses que no trabaja aquí, me parece que esas dos cosas no están relacionadas. —Le lanzó una mirada, pero rápidamente volvió la vista a su trabajo—. Y eso no cambia nada. No cambia nada en absoluto. Déjame volver al trabajo y poder terminar con esto lo antes posible, ¿vale?.
Natt apretó los labios con fuerza para evitar que las lágrimas le escocieran en los ojos. No lloraría. Tenía que ser positivo y fuerte. Todo lo que le importaba se había resentido: su amor por Mile, su relación con Tara y Miranda y el destino de Sterling Enterprises. También eran las únicas cosas que la mantenían en San Diego. Las únicas…
Tal vez era hora de admitir la derrota y volver a Thailandia o regresar a trabajar a Noruega. Su trabajo en Sterling no pasaría del miércoles si esa iba a ser su relación de trabajo con mile Si al principio le había parecido tensa, ahora era mucho peor.
El lo amaba y no podía deshacer sus sentimientos. No podía desear que desaparecieran. Pero tampoco podía hacer nada para cambiar todo lo que había pasado. Solo podía encontrar la manera de seguir adelante. Y parecía que tendría que hacerlo solo.
