Capitulo #37

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-Haré lo que quieras. Lo digo en serio. Te quiero, Nattawin -Le peinó el pelo con ternura-. Debería habértelo dicho antes. Tenía miedo.

Ahora puedo admitirlo. Y cuando tu secreto salió a la luz, me sentí como si fuera la confirmación de todo lo que había temido. Sentí como si todo volviera a suceder.

-¿Y ahora? ¿Cómo te sientes ahora?

-Como si tuviera que aprender a mirar más allá de lo que tengo delante. Intentar ver el futuro, no pasarme todo el tiempo reviviendo el pasado.

Nattawin tragó saliva, conteniendo la emoción del momento. No solo le encantaba oírle decirle esas cosas, sino que admiraba la forma en que él mismo las había comprendido.

-Te quiero mucho. En realidad, es más que eso, no sé cómo expresarlo con palabras. -Natt le agarró la mano y se la apretó contra su pecho-. Pero espero que puedas sentir los latidos de mi corazón. No me iré a ninguna parte si eso es lo que quieres.

-Eso es lo que quiero, Nattawin.

No estaba preparado para algo así

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No estaba preparado para algo así. Y menos ese día, que contaba con Tomar un vuelo y volver a Noruega. Creía que todo se había acabado entre ellos. Para hacer las cosas aún más surrealistas, fue entonces cuando Mile,
el hombre más reservado y orgulloso que conocía, se arrodilló allí mismo, en medio del aeropuerto. Le agarró la mano y la miró con sus ojos profundos y conmovedores.

-No tengo un anillo que ofrecerte ahora, Natt, pero puedo ofrecerte a mí mismo. Toda mi atención. Mi corazón y todo lo que eso conlleva, bueno o malo.
-Cuidado, Mile. Parece que estás recitando unos votos
matrimoniales. -natt se inclinó y le puso una mano sobre la mejilla-. Tu hermana me dijo una vez que la forma más rápida de asustarte era mencionar la palabra «matrimonio».

Él sacudió la cabeza.

-No. Lo único que me da pánico ahora es la idea de que te vayas. Nattawin sonrió tanto que le dolían las mejillas.

-Entonces, salgamos de aquí

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-Entonces, salgamos de aquí. -Él se enderezó y le agarró la mano, Pero Natt se detuvo antes de que llegaran a las puertas de salida-. Oh, rayos. Mis maletas. Ya las he facturado. Probablemente ya estén en el
avión.

-Bueno... No te preocupes. Creo que yo me he quedado sin coche También.

-¿Qué?

Él se encogió de hombros.

-Es que tenía prisa por encontrarte y...
Pasaron por el mostrador de equipajes de la aerolínea para informar del cambio de planes. Por suerte, aún no habían cargado las maletas y podían recuperarlas, previo pago de unas tasas. Mile entregó su tarjeta de
crédito.

-Ha sido culpa mía. Pagaré yo.

El empleado asintió y le entregó un formulario para que Natt lo rellenara.

-Si pudiera facilitarnos su dirección de entrega, sería estupendo.

Mile agarró el papel y un bolígrafo del mostrador y escribió la dirección de su casa.

-Esto va muy rápido -bromeó Nattawin.

Mile bajó la cabeza sin tener en cuenta la gente que les rodeaba. A Nattawin le parecía bien. Ahora mismo, él era todo su mundo. Le rozó la nariz con la suya antes de darle un tierno beso que lo derritió de pies a
cabeza.

-No soy estúpido, Natt. No te perderé de vista y te vas a vivir conmigo Cariño... te Amo Natt....

 te Amo Natt

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                                                💕💕Fin💕💕💕

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                                                💕💕Fin💕💕💕

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