Capitulo #30

34 10 1
                                    

Mile llamó a Miranda el lunes por la mañana mientras conducía hacia el trabajo. .

-¿Cómo está la mejor hermana del mundo? -le preguntó por el altavoz.

-¿Perdón? ¿Quién es usted?

-Oh, vamos. Ya sabes quién soy.

Miranda se rio al otro lado del teléfono.

-Sé lo que dice el identificador de llamadas, pero no pareces tú.

Él respiró hondo, preparándose para darle la noticia:

-Estoy enamorado.

-¡No! -exclamó su hermana-. No me lo puedo creer.

-Es la verdad. -Tras la confesión, le contó a Miranda que natt había pasado todo el fin de semana con ellos en casa y que haber dado ese paso le había quitado todas las dudas y preocupaciones. Natt y Delia habían congeniado a la perfección. A él le encantaba ver a Nattawin y Delia
hablando, riendo y divirtiéndose. Y cuando ellos dos estaban a Solas, su relación era pura magia.

-Dios mío. Me alegro mucho de oír eso. ¿Y qué dijo el cuando se lo contaste?

Mile aún no había confesado sus sentimientos a Nattawin, pero sí se lo había dicho a sí mismo varias veces a lo largo del fin de semana. Al principio fue una sorpresa, pero al final había surgido de forma natural, que era exactamente lo que esperaba. No lo había forzado. Tenía sentido tanto
para su corazón como para su cabeza.

-Aún no se lo he dicho. Necesito encontrar el momento adecuado.

-También tenía que decidir qué acompañaba además a esas palabras. ¿Un anillo? ¿Una invitación para mudarse? Natt quería tomarse las cosas con calma, pero ahora mismo él quería pisar el acelerador.

-mile, he estado esperando escucharte decir eso durante una eternidad. Estoy muy feliz.

-Me alegro, porque yo estoy muy contento -dijo mientras entraba con el coche en el aparcamiento de Sterling Enterprises-. Ahora tengo que entrar en la oficina, pero te prometo que seguiremos hablando más Tarde, ¿de acuerdo?.

-Que pases un buen día -se despidió Miranda.

Mile salió del coche, entró en el edificio y subió al ascensor, con una Sensación de alegría a la que no estaba acostumbrado.

-¡Buenos días! -saludó con efusividad a Roz, la recepcionista, en cuanto llegó a la planta de las oficinas.
Roz le miró desconcertada.

-Buenos días, señor PhakPhum. ¿Puedo ayudarle en algo?

-No. Solo me he dado cuenta de que nunca te he agradecido todo lo que haces para que la oficina funcione tan bien.

-¡Gracias! Eres muy amable -respondió la recepcionista con una sonrisa.

Mile se alejó por el pasillo, dándose cuenta también de que casi había olvidado lo que era ser feliz. Por primera vez en mucho tiempo, no solo sentía que vislumbraba un futuro mejor, sino que lo veía claramente.

-¡Buenos días! -le dijo a Tara cuando la vio salir de su despacho.

-¿Has hablado con Nattawin? -El tono seco de su voz contrastaba con su estado de ánimo-. Le he llamado, pero no contesta al teléfono.

Aquella mañana no solo había hablado con Natt, habían hecho el amor, y había sido espectacular...

-Aún no ha llegado a la oficina, pero estoy seguro de que lo hará en breve. -Por lo que él sabía, el estaba en su apartamento arreglándose para ir a trabajar.

-Tenemos un problema. No retrasaron la fecha de entrega del proyecto del paseo marítimo. En realidad, la han adelantado. Es el miércoles.

La alegría de Mile se evaporó de repente.

-Espera. ¿Qué? Eso es en dos días. Creíamos que teníamos diez. -Los pensamientos de Mile volaron al calendario y a su lista de tareas pendientes. No había forma de que se pusieran al día y terminaran todo para el miércoles. Tendrían que pasar la noche en vela y, aun así, podría no ser suficiente. ¿Cómo podía ser que volvieran a pasar por una situación de pánico de última hora con ese proyecto?-. Tiene que ser un error.
Natt no se equivocaría.

-Recibí un correo electrónico recordatorio del Ayuntamiento, así que llamé y pedí hablar con Sandy. ¿Y sabes qué? Sandy no trabaja en la oficina de urbanismo.

Nada de esto tenía sentido. En absoluto. Justo en ese momento, el móvil de mile sonó.

-Tal vez sea Natt. Espera -dijo mientras sacaba el teléfono del bolsillo-. Es Miranda. Qué raro, si acabo de hablar con el. -Decidió no contestar y dejar que saltara el buzón.

-Habla con el si quieres. Yo necesito hablar con Grant ahora mismo y que todos nos pongamos manos a la obra. Te veo en una hora. Y trata de encontrar a Nattawin lo antes posible, por favor.

Mile le envió un mensaje a Miranda:

¿Es algo urgente? Tenemos una crisis en la oficina. ¿Hablamos más tarde?

El teléfono volvió a sonar con una llamada. Era Miranda otra vez.

-¿Qué pasa? -respondió mile.

-Que yo tengo mi propia crisis también. -Su voz era de angustia.

-¿Qué ha pasado? Hemos hablado por teléfono hace diez minutos.

-Necesito hablar con Natt ahora mismo y no puedo localizarlo en Su móvil ni en la línea de su oficina.

¿Qué demonios estaba pasando?

-Espera. ¿Por qué necesitas llamar a Astrid? No vas a decirle lo que hablamos, ¿verdad?.

-No. No es por eso por lo que necesito hablar con ella. Y no puedo decirte por qué tengo que hablar con el, te asustarías.

Ahora mile sí que estaba preocupado.

-Por favor, dime qué está pasando.

-No. Primero necesito hablar con el. Necesito saber si es verdad. --No sé cómo decir esto... Acabo de recibir un correo electrónico... -su voz se quebró- de Johnathon.
Mile se quedó de piedra.

-Eso no es posible. -mile no quería decir lo obvio, pero tenía que decirlo. Su hermana debía de estar confundida

-. Está muerto, Miranda.

-Ya lo sé, mile Era mi marido. Estaba con él cuando murió. De ahí mi pánico al recibir un correo electrónico suyo, sobre todo por lo que dice en él.

-Tienes que reenviármelo ahora mismo. Si es algo malo y tiene que ver con Nattawin, tienes que compartirlo conmigo.

-No. Si lo lees, te hará daño a ti también.

-¿Crees que eso me importa? Eres mi hermana. Siempre estaré a tu lado. Siempre. Por favor, envíame ese correo electrónico. --Te prometo que, diga lo que diga ese correo, me lo tomaré con calma.

Al otro lado de la línea se oyó un fuerte suspiro.

-Vale. Enviado. Tiene que ser un engaño. Alguna broma cruel.

Mile miró su bandeja de entrada, allí estaba el misterioso mensaje, cuyo remitente original era Johnathon Sterling. Y lo que era aún más sorprendente, procedía de su cuenta de correo electrónico de Sterling Enterprises. Mile hizo clic en él y empezó a leerlo, pero cuando llegó a la
segunda frase, fue como darse de bruces contra un muro.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐

Deje sus votos..y comentarios.

La Alta SociedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora