Capitulo #26

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Entonces Nattawin jadeó de manera intensa y se agarró a las sábanas.

-Bésame -le dijo Mile. Bajó la cabeza y el levantó la suya; el beso fue intenso y... perfecto. Nattawin agitó las caderas contra él y Mile lo empujó con más fuerza, cerrando los ojos para sentir lo apretado que estaba a su alrededor.

 Nattawin agitó las caderas contra él y Mile lo empujó con más fuerza, cerrando los ojos para sentir lo apretado que estaba a su alrededor

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No podía aguantar mucho más, pero de repente Natt
arqueó la columna y él se dejó llevar con el.
Él se desplomó a su lado y Nattawin se acurrucó instantáneamente sobre él. Sus respiraciones se ralentizaron, sincronizándose. Nattawin le acarició la
cara, rozándole dulcemente la mejilla y la barbilla con la nariz. Sus labios se unieron, suaves y cálidos, y él pudo sentir la sonrisa en su beso.

No podía pensar en otro lugar en el que quisiera estar

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No podía pensar en otro lugar en el que quisiera estar. Y no podía creer que hubiera tardado días en pensar si Nattawin sería o no una buena idea. Nattawin era
mejor que eso, y podría ser el milagro que no sabía que estaba esperando. Entonces mile se atrevió a mirar el reloj.

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-Tenemos veinticinco minutos antes de que lleguen los invitados.

Nattawin gimió adorablemente y se apoyó en el codo, arrastrando los dedos por el pelo del abdomen de él.

-Oh, Dios mío... No sé si podré con una fiesta ahora.

-Venga, arriba. -mile le dio un beso rápido en los labios-. Creo que sobreviviremos.

Ambos se bajaron de la cama y él se dirigió al cuarto de baño para deshacerse del preservativo. Después de lavarse las manos, buscó su ropa e intentó sacudir las arrugas que luego serían difíciles de explicar, sobre todo a su hermana, a quien no se le escapaba una. Aunque tampoco es que le importara mucho a esas alturas...

Nattawin estaba en su vestidor cuando él apareció ya vestido. El se estaba calzando unos zapatos justo en ese momento, con el pelo despeinado y sexy.
Mile no pudo resistir la tentación de ponerse detrás de el, agarrarlo por los hombros y besarlo en la mejilla.

-¿Te parece bien? -preguntó el, volviéndose hacia él.

-Estarías guapo incluso vestido con un saco. Pero sí. Estás increíble.

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