Prendo el cielo con un maltratado mechero
Casi sin gas y con una piedra desgastada,
Es entonces cuando me pongo las estrellas entre los labios
Mientras sostengo la luna con los dedos
Y ella duerme agazapada a ellos bien arropada,
Soñando con el día, el Sol y su intercambio
Al que jamás optará.Un cigarrillo antes de dormir
Es lo único que merezco,
Caladas del alma que muere lentamente
Pues su vida tampoco es permanente
Y si esta misma noche perezco
Le tocará partir.Tal vez mi alma quiere morir y por eso sigue fumando,
Su propia interpretación manchando
Y usándose de cenicero,
No le gusta mi cuerpo
Y ha visto de cerca mi corazón
Tal vez por eso se dio cuenta de que no era bueno.
Ya no queda tabaco y tiemblo por la abstinencia,
No me sostengo en pie y el frío me hiela,
Si ha llegado mi momento, quisiera tenerte a mi vera,
Antes de que mi alma me abandone
A mi y a mi cuerpo que aún la espera.¿De quién hablo?
¿De los cigarros al alba o al amanecer?Parecían inocentes los pensamientos,
Pero me estaban cazando por dentro,
Todo lo que quedaba, todo lo que existía,
Efectivamente, los cigarrillos al alba,
En ellos pensaba en mi agonía,
No por amor, no por necesidad,
Para maldecirlos por robar mi identidad.¿Y qué te digo?
La vida es así, vives lo suficiente
Para encontrar alguna forma eficiente
De ser capaz de matarte.Siento una tristeza inmensa
Agarro un cigarro y me lo meto a la fuerza,
Me ahogo con tanto humo, no puedo respirar,
Con cada calada me traga más este mar,
Mar de desesperación profundo
En el que sin razón me hundo
Pienso en un no y pienso en un si,
Termino de ahogarme sin llegarlo a entender,
Pero como no puedo salir de mí,
Apago el cigarrillo y tendré otro a encender.
ESTÁS LEYENDO
Quemando Iglesias
PoésieAlgunas realidades no son visibles para nosotros, tal vez son obra de algún Dios, ya sea maligno o el origen de nuestra felicidad, en caso de ser un cabrón, debemos quemar su templo, pues no hay mayor dolor que no saber el lugar del que provienen to...