El día seguía siendo bastante frío, era normal para la época del año en la que estaban, vientos fuertes, leves lluvias que iban y venían a lo largo del día y poca luz solar. La humedad de los árboles se cernía sobre la ciudad atrayendo a ella un aroma bastante refrescante y hasta cierto punto relajante.
Pero las personas tenían una vida, una rutina y no importaba si afuera estaba lloviendo o estaba nublado, ellos iban y venían sin importar qué.
Eran las 10 de la mañana y el sol aún no se asomaba perdido entre unas enormes nubes de lluvia que pronto caería y dentro de aquella Mansión todo era diferente, todo era calma y quietud, se sentía tan cálido tan hogareño que si afuera llovía a cántaros eso no era importante, lo que importaba, lo que realmente tenía trascendencia ahí era que todo estaba en calma por primera vez en mucho tiempo.
Jimin había abierto sus ojos primero después de aquella nueva siesta matutina después de ir por Jiyoon. El bebé se había quedado dormido tan profundamente que no se quejó ni en sueños. Mientras Jimin los observaba el rostro tranquilo de Jiyoon anunciaba que la cama no parecía incomoda para él en ésta ocasión. Es más, si Jimin pudiera interpretar el semblante apasible del bebé diría que era como el refugio indicado para él, entre los dos cuerpos cálidos de sus padres.
Y eso que era un bebé pero Jiyoon sabía que ahí estaba bien, que la cama no estaba mal ésta vez.
Jimin suspiró una vez más en silencio lleno de alivio y algo más, también había algo que ya no dolía más en su pecho, el dolor apabullante que se adueñaba de él cada mañana no estaba más, por primera vez en días, semanas y meses su ser estaba en total equilibrio entre la felicidad de ser padre y el alivio absoluto de no estar más solo. Jamás había disfrutado a plenitud una mañana tranquila con el bebé bien dormido a su lado, jamás lo creyó posible y jamás pensó que seria la sensación más hermosamente gratificante que podía experimentar.
Sonrió.
Tenía motivos reales para sonreír ahora.
No era su sonrisa mecánica como siempre, era genuina cargada de felicidad real que brotaba de su pecho.
El bebé se removió un poco cuando sintió las suaves vibraciones del pecho de Jimin por su risa. Yoongi lo tenía abrazado, su pequeño cuerpecito en contraste con el grande de Yoongi le hacían ver una escena tan tierna.
La lluvia finalmente había comenzado a golpetear suavemente la ventana de la habitación, Jimin miró hacia las pequeñas gotas que caían y resbalaban en el cristal dejando un húmedo caminito por la superficie.
Le gustaba la lluvia, siempre lo hizo por mucha razones, por ejemplo a lluvia borraba las huellas de un crimen, y la lluvia evocaba recuerdos de cuando Yoongi pasaba más tiempo con él, no persiguiendolo para atraparlo persiguiendolo para que aceptara una cita con él.
Después de aquel suceso cuando casi es asesinado por uno de sus rivales y rescatado por Yoongi, ellos se volvieron más cercanos pero jamás habían salido a una cita porque oficialmente no estaban saliendo. Aunque ahí ya Jimin veía con otros ojos al testarudo policía.
Algo le atraía de él al igual que la lluvia.
Su primer encuentro sin peleas fue bajo la torrencial lluvia. Su primer beso fue bajo una suave lluvia, su primera cita estaba lloviendo fuera del café, la primera vez que hicieron el amor estaban parados bajo la lluvia antes de que Yoongi lo entrara en brazos a su casa y le hiciera suyo.
Ahora la lluvia era un buen augurio para su vida, era como si la lluvia llegase a limpiar el dolor y recordarle que la vida vuelve, renace como una flor seca después de recibir la bendición de la lluvia, que todo continuaba y que todo estaba mejorando poco a poco.
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•°.❀Á𝔫𝔤𝔢𝔩 ℌ𝔞𝔩𝔬❀.°• |YM|
FanficJimin es un mafioso indomable dueño del imperio Park y está por dar a luz a su heredero justo el mismo día que su amado esposo el policía Min Yoongi se va a una misión en la que no puede faltar. Pero algo pasa y las malas noticias corren rápido, J...