Padre e hija

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Después de que hablaran sobre las Tierras del Este por un tiempo,la conversación cambió a la manada. Sobre cómo Mufasa y Sarabi se convirtieron oficialmente en pareja, y esperaban cachorros. Cómo esperaban que Mufasa tomara el trono y que Taka estuviera allí para aconsejarlo. Cómo Mufasa había elegido a su nuevo mayordomo,Zazu, uno de los hijos de Zuzu. Todos pasarán mucho tiempo poniéndose al día.

Taka no parecía estar escuchando,aunque prestaba más atención de lo que parecía. Y a medida que la conversación se dirigía a la emoción de todas las futuras madres, y Sarafina contaba sobre los cachorros de Moyo,Taka sintió que se le erizaba la piel. Pero recordó sus planes. Los planes que el y Viccha habían hecho más temprano esa noche,después de que la Manada del Este regresara...

Más temprano esa misma noche,Taka conversaba con Viccha y las otras hienas...

— ... Y entonces la vi-y y,¡Ella está embarazada! ¡EMBARAZADA! ¡Y este león Moyo está con ella! —Exclamó el león mientras daba vueltas.

— Creía que habías superado estas bobadas de las leonas —Le dijo la hiena que tenía el cabello cubriendo la mitad de su rostro.

— ¡Lo hice! Quiero decir... Pensé que lo había hecho... ¡Y lo hago! ¡Solo estoy enojado! ¡No era lo suficientemente bueno y el- el lo es! ¡El león que ayudó a quitarle su manada! ¡No es justo! —Declaró el león de ojos verdes.

— No es justo,Taka. Para nada. Lo siento,cariño —Reconoció la vieja hiena.

— Me enoja tanto que quiero—

— ¿Quieres que? —Le interrumpió la hiena.

— ¡¡¡Quiero!!! — Yo—Yo no lo se. Me conoces. Solo gruño no muerdo. Soy patético. Siempre lo he sido —Confesó el león de ojos verdes.

— Eso no significa que siempre debas ser puro gruñido y nada de mordidas —Le dijo la hiena con una gran sonrisa.

— No te entiendo —Le dijo el león.

— Bueno,obviamente estás algo reacio a matar a tu hermano así que,bueno,tal vez debamos empezar por algo más pequeño —Le sugirió la hiena.

— ¿Quieres decir matar a Moyo? —Le preguntó el león con gran intriga.

— Quieres matarlo,¿No? —Le preguntó la vieja matriarca.

— Bueno... Si,supongo,pero—

— ¿Pero qué? Oh Taka,no será nada. Solo un acto. Pero tal vez necesitas que te muestre cómo se hace. Te dire que... Trae a Moyo al cementerio cuando tengas la oportunidad. Y mi clan te mostrará cómo se hace. Y que tan fácil es —Le explicó la hiena mientras lo miraba con su ojo rojo.

— ...Que tan fácil es... —Pensaba el león de melena negra mientras dormía en la Roca del Rey. Pensó en eso hasta que una voz llamó su atención.

— ¿Taka?... ¿Puedo hablar contigo? —Le preguntó la joven leona con amabilidad.

— Ey,¿No eres la pequeña ardilla de Dumaka?... Estás más grande —Le comentó el león de ojos verdes.

— Si,eso pasa cuando creces. Mira,necesito hablarte sobre Zira —Le explicó la leona.

— ¿Qué? ¿Esa pulga de Naanda? —Le dijo el león.

— ¡No la llames pulga! Pero,si es sobre ella —Le dijo la leona.

— ¿Qué necesito saber? Todas ustedes fueron montadas por esa manada suya,gran cosa. Me sorprendió un poco oír de Naanda,parecía más sensata, pero aparentemente no. Todas ustedes son un montón de... —dijo el león antes de detenerse.

— ¿Un montón de que,Taka? Diku y Dwala fueron forzadas,Sarafina y yo nos embarazamos de los machos que amamos. Y Zira,bueno... ¡Ella es tuya! ¡Así que no te atrevas a juzgarnos! —Declaró la leona de pelaje marrón claro.

El príncipe,al oír cómo le había hablado alzó la voz y exclamó — ¡Como te atreves a hablarme como— Espera,¿Qué dijiste?

— ¡Zira es tu cachorro! —Le respondió la leona con miedo,pero rápidamente se recompuso y dijo— Tu y Naanda estuvieron ocupados antes de que la abandonaras y ella se fuese con nosotros a las Tierras del Este. Allá no había ningún macho aparte de Dumaka y Kwely antes de que los renegados invadieran, y ella logró defenderse de los malos intentos de los machos. Así que no te atrevas a juzgarla,o a nosotras,porque,bueno... Ese cachorro,Zira,es tuya.

— Yo... Pero...¿Qué?,no,no puede serlo —Declaró el león.

— Oh por favor,sólo mírala. Ella es la mezcla perfecta entre tú y Naanda —Contestó ella — Ahora mira. No se lo que quieras hacer con ella... Pero no me importaría cuidar de ella,lo he hecho desde hace mucho igual. Pero tenías que saberlo.

— ¡No debiste contarme! Nunca me importó Naanda. No quería este cachorro,y sigo sin quererlo ¡Ella no es mi hija así que mantenla lejos de mí! —Negó el león mientras salía de la cueva.

— Idiota —Pensó la leona mientras lo miraba marcharse de la cueva.

Sin que Akina se diera cuenta,Zira había entrado a la cueva,se acercó a ella y le dijo — Akina,pareces enojada con ese león.

— ¡Zira me asustaste —Le dijo la leona.

— Lo siento... Los adultos son aburridos,así que vine a buscarte —Le confesó la pequeña leona — ¿Quién es ese león?

La leona al escuchar la pregunta suspiró y dijo — Uno de los príncipes de la manada,y... Y tú padre.

Esa noche,continuando la conversación. Dahila le informó a Uru y a Ahadi que Zira era hija de Taka. Uru y Ahadi estuvieron sorprendidos y preocupados al principio. Y no ayudó que Zuzu informara,que,aunque no había leyes en contra. Era una tradición que el futuro Rey tuviese a sus cachorros primero,para prevenir posibles rivalidades .

Uru y Ahadi,como fuese,se calmaron rápido y decidieron que las posibilidades de rivalidades eran inimaginables en su feliz familia. Pero Ahadi estaba preocupado por la falta de habilidad y responsabilidad de Taka para ser padre. Pero Dahila les recordó que,aunque Naanda también se había sentido joven,había sido una buena madre. Y Akina,más joven aún,había hecho un trabajo maravilloso criando a Zira en ausencia de Naanda.

Con este alegato,Ahadi y Uru estaban convencidos de que la llegada de Zira era la responsabilidad que Taka necesitaba para volver a la normalidad. Y de que no había ninguna posibilidad de rivalidad ya que Sarabi estaba embarazada del del futuro Rey de todos modos,se decidió que Taka aceptara el desafío y sería un buen padre,y él saldría un poco de sí mismo.

Más tarde ese mismo día,el príncipe se encontraba dormido hasta que sintió que había alguien en frente de él.

El león levantó la cabeza para ver quién era,pero se asustó al ver a una pequeña cachorra en frente suyo.

— Ah!!! —

— ¡Buenos días! —Le dijo la cachorra algo nervioso.

— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde está Akina? ¿No deberías estar con ella? —Le preguntó su padre.

— Fue a recibir lecciones de caza,ya que ella nunca pudo aprender,¡Y dijo que podía ir a conocer las praderas entonces... ¡Vine a buscarte! —Le explicó su hija.

— Rayos Akina... —Murmuró el león —Bueno,vete. Estoy intentando dormir.

— !Pero has dormido toda la noche! ¡Y quiero jugar! —Le dijo su hija.

— ¡Estoy seguro que puedes encontrar mejores compañeros de juegos! —Le aseguró su padre.

— Si,pero no hay otros de mi edad... Bueno,Akina dijo que eres mi padre así que... Vamos a jugar,¡papá! —Le pidió su hija mientras lo movía para que se levantase.

El león de melena negra al oírla se molestó y le dijo — ¡No me llames así!

— ¿Porque no? —Le preguntó su hija sin entenderlo.

— Porque no quiero ser padre y no planeo ser uno... —Le confesó el león.

— oh,bueno,¿Como puedo llamarte? —Le preguntó la cachorra.

— Taka... Mo papá,papi,padre o algo parecido,sólo Taka —Le ordenó el león.

El Rey Leon:La Historia Jamás ContadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora