Con amor, Jake [EN FÍSICO: AMAZON]

Capítulo 23

VALENTINA

Mi corazón no dejaba de latir a mil por hora. Al ver perder la conciencia a Jake justo frente a mí, cuando estábamos bailando, me quiso hacer morir.

Me encontraba tomándome una infusión tranquilizante en la sala de espera del hospital junto a los demás.

Estaba muy preocupada y aunque hasta hace unos minutos mi pierna no dejaba de moverse inconscientemente de arriba abajo, gracias a la infusión de la cafetería del hospital, se detuvo al fin.

No tenía ni idea de por qué Jake habría perdido el conocimiento. Sabía que estaba con gripe pero ya no tenía fiebre, solo era catarro, así que ese no podría ser el motivo. No tendría lógica.

Deseaba con todas mis fuerzas que solo fuese un simple desmayo por bajada de tensión o algo así pero el corazón no me decía lo mismo. Yo no solía ser negativa y en esos momentos lo estaba siendo. Debería cambiar el pensamiento para no atraer energías negativas.

Todo iba a ser una tontería... Todo iba a ser una tontería... Me repetía una y otra vez en mi cabeza con tal de ser positiva. Los médicos tardaban mucho y yo me estaba empezando a preocupar.

Cuando se tiene un simple desmayo se reacciona y ya. Jake llevaba demasiado tiempo siendo atendido.

Me encontraba esperando sentada al lado de Daniel quien tenía un rostro pálido y muy triste. Por un momento, noté que me miró.

—Seguro que no es nada. —tomó mi mano para acariciarla y yo lo miré intentando dedicarle una sonrisa pero salió muy forzada y entristecida.

Me sorprendió a Daniel mostrándose de forma tan afectiva conmigo porque él nunca se comportaba así. Estaba acostumbrada a verlo sonreír, a hacer tonterías todo el tiempo, que me dolía verlo así de triste intentando animarme. Sabía que por mucho que intentaba quitarme preocupación, él también tenía un mal presentimiento.

Al instante, mi atención se fue totalmente de Daniel hacia mis padres quienes venían con prisa hacia mí. Los llamé en cuanto pasó. Me levanté y mi madre me hundió en un abrazo mientras dejaba un beso en mi mejilla.

—Hija mía... ¿Cómo está Jake? —me preguntó preocupada.

—No tenemos noticias aún. —le hice saber. Y mi madre luego se acercó hasta Jandi y mis hermanos para ver como estaban.

—¿Cuánto tiempo lleva inconsciente? —me preguntó mi padre.

—No lo sé. Ni siquiera sabemos si ha despertado ya. —informé y él se vio preocupado como si entendiera de que se trataba.

—¿Qué pasa, papá? —inquirí.

—De joven sufrí algo parecido. Estuve en coma por unas semanas. —me hizo saber cosa que yo no sabía y eso me hizo sentir mal. Si a Jake le llegara a pasar eso me moriría en vida.

—Pero no quiere decir que vaya a pasarle a él. Solo me recordó. Anda, ven. —me atrajo en un abrazo mi padre y me sentí mucho mejor.

A veces solo hacía falta un pequeño gesto de las personas a las que quieres para calmar tu preocupación.

No pasó mucho más para cuando la médica apareció con unos informes acercándose hacia nosotros.

—Buenas noches, ¿familiares de Jake Bennett? —habló y entonces todos se levantaron de los asientos para escuchar con atención a la médica.

—No, bueno... Yo soy su novia. —le dije pero entonces alguien me sorprendió.

—Sí, somos su familia. Díganos. —me emocionó escuchar eso por la boca de mi padre. Era increíble como hasta hace poco lo odiaba, pero daba gracias a Dios que al fin se dio cuenta de lo bueno que era Jake y lo poco que se parecía a su padre, John.