Capítulo 26

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JAKE

*Flashback*

4 años atrás.

Era mi primer día de Universidad tras trasladarme en la que sería mi nueva casa. Incluso conseguí comprarme un coche, era un jeep. Por suerte, ese conseguí ganármelo con mi propio sueldo de los fines de semanas en la gasolinera. Fui a recoger a Daniel a su casa y juntos nos fuimos hasta la Uni.

—Dios, es una pasada de coche. Un poco antiguo como tú pero está perfecto para nosotros. —daba por hecho ya Daniel.

—No te flipes que es mío. —lo piqué.

—Sabes que esto es tanto tuyo como mío, loco. —bromeaba y yo solo negué con la cabeza con un rostro divertido.

En realidad llevaba razón pero me gustaba picarlo.

Llegamos a la Universidad y lo primero que hicimos fue inscribirnos al equipo de fútbol por la insistencia de Daniel que estaba empeñado con que nos apuntásemos. Lo hicimos y entonces tuvimos el primer entrenamiento de presentación.

—¡Tíooo! —saludaba Daniel a un chico pelirrojo que estaba en medio de un círculo de deportistas en medio del campo.

—¿Qué pasa, hermano? —lo saludaba el otro estrechándole la mano.

—Este es Mateo, Jake. Lo conozco del instituto y es el capitán del equipo. —nos presentó. El chico fue muy amable y me estrechó la mano siendo agradable.

Según me contó Daniel, Mateo era un amigo suyo el cual lo ayudó cuando estaba solo en el Instituto. Daniel no tenía amigos por aquel entonces, y le hacían mucho bullying. Gracias a Mateo eso acabó, por eso estaba tan agradecido con él, o sea que tendría que ser buen chaval, aunque lo que pasó nos demostró lo contrario.

Comenzamos a entrenar jugando nuestro primer partido libre y entonces un grupo de chicas venían con extintores hacia nosotros.

—Joder, ya empezamos con las putas feministas. —no me gustó su comentario. Ser feminista no era nada malo. Solo luchaban por sus derechos.

Las chicas llegaron y comenzaron a abrir los extintores llenándonos todo de humo. Joder, ahora entendía por qué las insultó. ¿Por qué hacían esto?

Comencé a toser. Eso no era bueno para nadie pero mucho menos para mis pulmones. Estaban delicados. Entonces, Daniel me tomó del brazo para alejarme un poco de ellas a la otra punta del campo.

—¿Estás bien, tío? —me preguntó y yo tras terminar de toser, asentí.

—Sí, gracias a Dios, sí. —respondí y entonces Daniel se cabreó.

—¡Putas locas! —gritó él a lo lejos mientras el equipo de fútbol discutía con las chicas.

—¿Por qué nos fastidian si no hemos hecho nada malo? —le pregunté confuso.

—Porque piensan que somos el enemigo por culpa de algunos. —deduje que se refería a Mateo. Tenía pinta de ser un machista de cojones.

Cuando el humo se desvaneció Daniel se comenzó a acercar en donde estaban todos y yo hice lo mismo siguiéndolo.

—Volved al instituto, ya. No tenéis por qué estar aquí. —les ordenaba uno del equipo a dos chicas. Joder, esas dos chicas eran las gemelas que vi por mi ventana días atrás. Pude fijarme que el chico que se dirigió a ellas tenía otro gemelo en el equipo también. Aún no me sabía sus nombres. Eran muchos y me era complicado memorizar tan rápido.

Con amor, Jake [EN FÍSICO: AMAZON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora