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Era una tarde soleada en la playa y mis amigos jugaban y reían en la arena mientras yo estaba con los pies metidos en el mar tomando fotos y disfrutando de estas vacaciones que tanto se hicieron esperar, antes de terminar la universidad. Sabíamos que vendrían meses estresantes, pues era el último verano antes de entregar las tesis de grado.
Elegimos Italia. Vinimos a un hotel cerca del aeropuerto de Fiumicino y cada día fue más fantástico que el anterior. Apenas llegamos, Martín, Lucía y su pareja Nico se quedaron cerca del hotel para investigar opciones de restaurantes y entretenimiento. En cambio Estefania, Ana y su novio Benjamin, Victoria y yo fuimos directo a contratar un paquete completo de excursiones por todo el país. Vicky, mi mejor amiga desde siempre, vivió aquí en su niñez y habla a la perfección italiano así que ella era la líder del grupo.
Recorrimos Venecia, Verona, Florencia y Nápoles en 7 días, y decidimos dedicarle 2 dias enteros a Roma.
No todos estábamos en la misma facultad: Nico, Tefi y Martin estaban en arquitectura así que salieron al amanecer para visitar el coliseo y el Partenón, junto a Luci quien ya ejercía como enfermera. Ana estaba en veterinaria, y Benja, Vicky y yo en psicología. Nosotros cuatro optamos por ir al vaticano y pasar horas en la Capilla Sixtina

En el momento en que entré a semejante edificio no pude explicar la belleza que allí ví, ninguna fotografía le hacía justicia. Había personas de todos los rincones del mundo hablando en mil idiomas, aunque pude diferenciar una o dos familias hispanohablantes por como hablaban entre sí.

Llegado el tiempo de retirarnos, mis amigos me llamaban desde la puerta y me apresure a reunirme con ellos cuando de pronto una persona giró mientras yo pasaba, chocamos inesperadamente y caímos. Pude notar que era un chico argentino por como se disculpaba mientras me ayudaba a recoger mis cosas y ponerlas en la mochila. Levanté la vista para agradecerle y note que era muy lindo, demasiado. Tenía cabello castaño y vestía una camisa de lino blanca y pantalón beige. Me ayudó a reincorporarme y fue muy educado, su voz gruesa me tenía en una nube de un instante a otro.

-Muchas gracias, no fue mi intención cruzarme así. Solo iba con mis amigos.

-No te preocupes. Vos estás bien? Necesitas que te lleve a qué te revisen en el hospital? - tomó en su mano un mechón de mi cabello oscuro que cubría mi cara y lo puso a un lado-

-Si, estoy bien. En serio jaja emmmm eso es mio - señale una libreta que él tomó del suelo para evitar que la multitud la pise-

- Ah, si. Perdón. Aquí está, señorita -estiro su brazo y me distraje viendo unos tatuajes que aparecieron por su manga y sin querer toque sus dedos al agarrar mi libreta. Mi trance fue interrumpido por un escalofrío y respiración cortada. La marea de gente a nuestro alrededor desapareció y quedé inmóvil.

- M.. Muchas gracias- alcancé a modular

Me sonrió y regresó con su familia. Mi cuerpo solo se puso más extraño. Si no hubiera tenido esos lentes de sol puestos para poder verle los ojos, podría jurar que era el muchacho más hermoso que vi en toda mi vida.

- Dale, Juli se nos va el grupo!- grito Vicky.

-S.. si ya voy!- alcance a contestar y me apresuré para ir con ella.

-No me digas que ahora sos muda, amiga. Un chico te habla y te pones así? Jajaja contame todo! No te quedes mirándome- dijo Vicky toda burlona mientras me tomaba del brazo para guiarme al bus que nos llevaba al hotel.

-No paso nada Vicky, solo choqué con alguien y caí al piso como una tonta, nada más - rodé mís ojos.

-Mmm okey... Cuando lleguemos, los chicos quieren salir a bailar. Encontraron un bar que a la medianoche se hace boliche así que podemos comer ahí

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