Las luces tenue del escenario iluminaban a las cinco mujeres que se preparaban para iniciar su ensayo. Las fechas de la gira 'Inesperado Tour' se extendían cada vez más, cosa que ellas agradecían felizmente.
Por momentos, las miradas de Mayte y Fernanda se encontraban. La tensión entre ambas era evidente, no pasó desapercibido ante los ojos de sus compañeras, quienes prefirieron no intervenir.
"Chicas, por favor, lo más concentradas posibles. Recuerden que este show es importante, así que cero distracciones. Todo tiene que salir perfecto", habló la manager de Pandora, Rocío, dirigiéndose a Mayte y a Fernanda.
El ensayo continuó en un silencio incómodo, con Mayte y Fernanda evitándose mutuamente, mientras Isabel, Ilse y Mimi, intentaban mantener animado el ambiente.
Con las risas de sus compañeras de fondo, Fernanda se acercó discretamente hacia Mayte, cuando el descanso había llegado.
"May, ¿podemos hablar?", murmuró, mirándola con cierta ternura.
Mayte asintió, sintiendo como su corazón golpeaba con fuerza su pecho. No quería tener esa conversación, pero era consciente de que no tenía otra salida. Se ubicaron en algún rincón apartado.
"¿De qué quieres hablar, Fer?", preguntó, cruzándose de brazos, mirándola determinadamente.
Fernanda suspiró, reflejando una mezcla de incomodidad y vergüenza en su mirada.
"Solo quiero disculparme por lo de anoche", dijo, evitando el contacto visual.
Mayte asintió lentamente, con sus emociones revueltas en su interior. Hubo un breve silencio incómodo entre ellas, antes de que Mayte soltara un suspiró.
"No tienes porque disculparte, que yo sepa anoche no pasó nada...", había cierto dolor en su tono voz. "Concentremos en lo verdaderamente importante, el ensayo".
Continuaron con normalidad, sin embargo, la tensión entre ellas seguía palpable. Cada interacción era incómoda y cargada de emociones. Sus miradas gritaban ese sentimiento que sus bocas callaban.
Las armonías de las cinco, hacían el ensamble perfecto. Estaban tan preparadas vocalmente que no había forma de que alguna canción saliera mal. Las coreografías, aunque no eran el estilo de Pandora, cada vez les salían mejor. Estaban listas para seguir brillando en los escenarios.
Fernanda, entusiasmada por los increíbles resultados que han logrado, decidió invitar a sus compañeras a un almuerzo en su casa. Todas estuvieron de acuerdo, a excepción de Mayte, que al escuchar la invitación, alegó tener un compromiso esa tarde.
Isabel, que conocía a su hermana como a la palma de su mano, sabía perfectamente que estaba mintiendo. Entendía que para ella no fuera fácil, pero no le agradaba la pésima actitud que estaba tomando con Fernanda.
Al verla acomodar su bolso para irse, Isabel se acercó a ella de brazos cruzados. "¿Puedo saber cuál es ese compromiso tan importante? Digo, ya que no me habías dicho nada".
"No tengo porque decirte todo lo que hago, María Isabel", respondió cortante, sin mirarla a los ojos.
Isabel la miró con cierto enojo, odiaba que su hermana le hablara de esa forma.
"Por favor, May, vamos a disfrutar de un buen almuerzo. Fer me dijo que preparara tu comida favorita y sabes que a ella le queda delicioso", susurró, acariciando suavemente su brazo.
Mayte rodó los ojos, suspirando por la insistencia de su hermana. "O tienes un poder de convencimiento impresionante o yo soy incapaz de decirte que no a algo".
Isabel sonrió y aplaudió como niña chiquita, causando ternura en su hermana. La abrazó con fuerza y dejó un demorado beso en su mejilla, sacándole una sonrisa. Una hora y media después, las cinco mujeres emprendieron camino a la casa de Fernanda.
El sol iluminaba la amplia cocina de Fernanda, donde ella, junto con Isabel e Ilse, comenzaba con la preparación de la comida. Fer, con un llamativo delantal floreado, cortaba algunas verduras con precisión, mientras conversaba animadamente con la pareja, con una música suave de fondo.
En la sala, Mayte y Mimi se encontraban sentadas en el cómodo sofá. Ambas con sus respectivas copas de vino en sus manos, reían por la espontaneidad de su conversación. De vez en cuando los ojos de Mayte se desviaban hacia la cocina, observando detalladamente cada movimiento de Fernanda.
Su cabeza se movía de arriba hacia abajo, asintiendo suavemente, prestando atención a lo que su amiga le contaba, mientras jugaba con su cabello, haciendo un par de nudos.
Después de un rato, Isabel se asomó por la puerta de la cocina y las observó. "¡Niñas! ¿Pueden preparar la mesa? Esto está casi listo".
Ambas se dirigieron al comedor. Mayte se encargó de acomodar los platos y cubiertos, mientras que Mimi, se encargó de los vasos y servilletas.
Poco después, las tres mujeres entraron al comedor con las fuentes de comida. Las risas llenaron la habitación, mientras se sentaban a disfrutar del almuerzo. Las conversaciones entre ellas fluían de forma natural, saltando cómodamente de un tema a otro.
Al terminar el almuerzo, las cinco se acomodaron en la sala, hablando sobre el próximo concierto. En medio de la conversación, la puerta principal se abrió, dando paso al esposo de Fernanda, Héctor, quien se dirigió directamente hacia su esposa. Fernanda, sintió una especie de incomodidad cuando los brazos del hombre la cobijaron y una forzada sonrisa se formó en sus labios al sentir los de él sobre los suyos.
Mayte, sentada frente a ellos, dio un sorbo a su copa, mirando seriamente la escena. Con un nudo formándose en su estómago, intentó mantener una expresión neutral, ignorando el remolino de emociones que la invadía.
Isabel notó la tensión en su hermana, sintiendo un poco de culpa por haberle insistido en ir. Acarició suavemente su pierna, mirándola con una sutil sonrisa, a la cual ella correspondió, soltando un largo suspiró.
Fernanda bajó su mirada al darse cuenta del cambio en el rostro de Mayte. Jugueteó un poco con sus manos y sintió un alivio al ver a su esposo retirarse, yendo a descansar hacia su habitación.
"Bueno, ¿qué les parece si ponemos algo de música y bailamos hasta que no sintamos las piernas?", sugirió Ilse, dirigiéndose a poner la música, intentando aliviar la tensión en el ambiente.
"Yo no puedo, me tengo que ir", dijo Mayte, levantándose del sofá.
Fernanda la observó despedirse de cada una, con tristeza reflejada en sus ojos. Se acerco a ella y la acompaño hacia la entrada, buscando un momento a solas.
Recostó su cabeza en el marco de la puerta y sonrió al verla buscar las llaves de su auto. "May... sé que no quieres hablar sobre eso, pero estuvimos apunto de besarnos y es necesario tener esa conversación".
"¿Para qué? Eso no va a cambiar nada, ¿o si? Seguiremos siendo amigas, seguiremos trabajando juntas y tú seguirás casada... Ya no pienses en eso", habló con la mayor tranquilidad posible, pero a la vez con firmeza.
Sin permitirle a Fernanda hablar, se acercó a ella y dejó un suave beso en su mejilla, un beso que provocó que sus latidos se aceleraran.
![](https://img.wattpad.com/cover/369453136-288-k316114.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ERES TODO PARA MÍ
FanfictionSolo bastó con un pequeño encuentro para que sus sentimientos despertaran...