Sobre el piso del pasillo descansaba Ihra. Hacía frío, pero estaba más que acostumbrado. Las costillas marcadas bajo la piel se expandían apenas por la respiración acompasada. Estaba profundamente dormido, pero un carraspeó lo sobresaltó. Cuando abrió los ojos, June Herz traía un vaso descartable con café y un croissant.-No quise asustarte, disculpa... Te traje ésto.
Ihra dudó y la observó sin moverse. La joven, impaciente, insistió:
-Debo irme. Por favor, tómalo. Además, quería avisarte que las chicas están desayunando adentro, por si te les quieres unir.
Él se levantó colocándose frente a ella y tomó la comida. June prestó atención a sus ojos almendrados de largas pestañas negras. Bien alimentado seguro sería más guapo aún de lo que ya era. Se giró y se marchó apurada.
Ihra tragó saliva con las cosas en sus manos ¿Qué planeaba la chica rica? Sostuvo el panificado con sus dientes y con la mano libre abrió la puerta. Las 4 chicas lo miraron al entrar. Shiza dijo hola con su sonrisa característica y Tony lo recibió:
-Buenos días ¿Pudiste dormir?
Él asintió observando a las demás. Se acomodó en el piso, justo donde habían dormido las mujeres. Notó que Day tenía puesta su sudadera. El muchacho aún seguía sin nada arriba y se empezaba a sentir incómodo, sin embargo no demostró su malestar.
Continuaron con sus desayunos. Derina con su mirada inquieta repasaba en silencio el lugar. Shiza tenía la necesidad de decir algo para levantar el ánimo de todos, pero los demás parecían no tener ganas de recibir ideas positivas. Tony, cada tanto, acomodaba el cabello de Day sosteniendo su desayuno. Ihra terminó el suyo más rápido. Dejó el vaso a un lado y apoyando su cabeza contra la pared cerró los ojos. Dayara, que mantenía la mirada baja, lo observó un instante: al darse cuenta de su torso desnudo dedujo que estaba usando su ropa. Se sentía avergonzada y humillada tras esos golpes, tanto que no había abierto la boca desde que se despertó. Qué pena si él la había visto sin nada arriba...
De forma repentina el joven abrió sus ojos y se encontró con aquella mirada triste viéndolo. Dayara se sintió descubierta, bajó la vista y bebió de su café. A Ihra le encantó ese breve cruce de miradas. Al menos lo hizo pensar en algo menos deprimente que su propia existencia.
-¿Cómo te sientes?
La voz masculina cortó el silencio. La chica se sobresaltó al notar que le hablaba a ella, y contestó con tono cortante, como era su costumbre:
-Dolorida... -Suavizó la voz y agregó-Supongo que así se siente cuando te arrolla un camión.
-Si eso pasara no sentirías dolor. Estarías muerta-acotó con una media sonrisa Derina, a lo que luego tomó lo que quedaba de su café.
Dayara le dedicó una mirada molesta por su intromisión y le dio un golpecito a la base de su vaso haciendo que éste chocara con sus dientes y cayera al piso. Antoinette no alcanzó a reprenderlas cuando Der le asestó un golpe a puño cerrado a su hermana en el antebrazo, que, como es obvio, se quejó dolorida.
-¡Der, no golpees a tu hermana, está lastimada!-exclamó Shiza horrorizada.
Ihra rio con el espectáculo. Tony se colocó al lado de Day ordenándole a Der que se fuera al otro lado. Ésta pasó frente a su hermana y ella la pateó. Derina la insultó y al final se sentó al lado del muchacho que no paraba de reír mientras ella restregaba sus ojos llorosos por la alergia. La negra se dirigió a él extendiendo las manos:
-Ella es Shiza, la Pequeña, a quien ya conoces-Shi la reprendió por llamarla así.-La vengativa de mi lado es Dayara, y la moquienta es Derina. Chicas, él es Ihra.
Der se rio secando su nariz con la mano. Señaló con los brazos al frente y con voz alta dijo de modo cómico:
-Y he aquí a nuestra Diosa Negra, protectora del sótano, defensora de los desdichados, Antoinette "Tony" Nuraj.
Entre risas y sonrisas, Tony le lanzó su vaso vacío dándole en la cabeza, lo que hizo que las carcajadas burbujearan. Dayara se reía despacio por el dolor que éso le generaba.
La enfermera llegó y no pudo evitar sonreír al ver el ambiente alegre. Les pidió que salieran para revisar a la chica. Ya en el pasillo, Ihra metió sus manos en los bolsillos y se inclinó un poquito para hablar bajo:
-¿Qué hacemos ahora? ¿Herz les dijo algo?
-Nos dijo que volvería. Que la esperemos-aseguró Tony.
-No entiendo qué está planeando-murmuró Derina.
-Quiere ayudarnos. Yo creo que es buena-aseguró Shiza con tono suave mientras ataba su cabello cobrizo desarreglado.
-Tú crees que todo el mundo es bueno-criticó Derina. Señaló con la cabeza a Tony-. ¿Tú qué dices?
La morena apretó los labios pensativa y respondió tras un profundo respiro:
-Creo que es sincera, aunque la verdad no tengo idea de qué quiere hacer. Lo que sí espero es que no perdamos nuestros trabajos por no asistir hoy. Nada más.
-¿Volverías a trabajar al hotel después de lo que le hicieron a Day?-increpó Derina entrecerrando los ojos incrédula.
-Hay que comer, tonta -contestó bajando más el tono, pero con deseos de elevar la voz. -¿O con lo que ganas en el supermercado vamos a vivir las 3? Si es que tienes aún el empleo tras faltar hoy... El orgullo y la justicia no cuentan ahora.
-¿Hasta cuándo?-interrumpió Ihra. Todas lo miraron atentas y él reafirmó su idea-. ¿Hasta cuándo será así?
Tony fue la única que se animó a refutar elevando su mano con el índice extendido:
-La Noche Clara... Ve a hacer tu revolución a otro lado.
Ihra la miró fijamente apretando la mandíbula. Todo eso estaba mal y parecía que era lo único real en el universo. Seguir viviendo reprimidos y famélicos, sin poder acceder ni a un vaso de agua. Ni siquiera tenían permiso para perforar la tierra para intentar saciar la sed o regar cultivos. Lo único que Ihra pudo hacer fue bajar la cabeza mirando al piso, tal como parecía que debía ser.
La puerta se abrió y la señora llamó a Derina. Shiza y Tony se extrañaron porque Dayara siempre pedía ayuda a su amiga morena.
Luego de un momento vieron llegar a June junto a su guardaespaldas con unas bolsas. La joven preguntó al ver a todos afuera:
-¿Está todo bien con su amiga?
Cuando estaban por responder, Derina salió sin su chamarra y con la sudadera de Ihra en la mano.
-Dice que gracias.
El hombre la tomó y tras asentir se la colocó. Shiza repitió la pregunta de June dirigiéndose a Derina, por lo que acababa de entrar, a lo que ella sólo afirmó con la cabeza mirando sin disimular su desconfianza a la chica con su guardaespaldas. La rubia se acercó más a ellos y con voz confidente comentó:
-Mis padres... Ellos no saben lo que hago... Intento hacer algo bien según lo que puedo. Ni siquiera saben de la existencia de este consultorio ni de la doctora.
"Una doctora ilegal", pensó Der.
-¿Eres una especie de justiciera anónima? -contradijo con sarcasmo Derina con una leve sonrisa de lado y los ojos marrones sacando chispas.
June se irguió frente a ella y respondió:
-No lo soy. Pero, ¿tú qué riesgo tomas por los demás?
-Por mis hermanas, los que sean. Pero a mí me desaparecen si me descubren, ¿Y a tí?-increpó Der.
-A mí también.
Las palabras de June Herz quedaron resonando en el aire. Jamás nadie lo imaginó ¿Sería verdad o ella era una manera que los Vyan usaban de sofocar posibles rebeliones como sucedió con La Noche Clara?
ESTÁS LEYENDO
Atlas - Juego de poder (En Proceso)
Ciencia FicciónLos indigentes y los poderosos: dos grupos de Atlas, un país en ruinas tras la Guerra y la sequía extrema que azota además al planeta. Y ya adivinarás qué grupo somete a cuál. Pero eso tal vez cambie si el miedo se traga para dar lugar a la voz y g...