23. Buenas noches

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Derina estornudó y Tony la reprendió:

-¡Tapa tu boca al estornudar! ¡Te golpearé la próxima vez!

-¡Oye, deja de reprenderme! Sabes... Achis... Necesito un médico.

Tony se le acercó. Estaban preparándose para desayunar. La observó como si le hiciera una radiografía con la vista.

-Llamaré a Herz.

Der se sentó dejándose caer a la vez que su amiga iba a la habitación a buscar el comunicador. La chica cerró los ojos por el dolor y apoyó la cabeza entre los brazos sobre la mesa.

-Buen día.

La voz casi desconocida de Ihra la sobresaltó. Levantó la cabeza de golpe viéndolo del otro lado de la mesa abriendo la alacena.

-Ah, buen día.

El joven volteó para buscar unas galletas y una bolsita de té. Se giró y le ofreció a Derina. Su voz sonaba cansada aunque amable:

-¿Qué quieres desayunar?

Der no supo qué responder. Nunca le habían hecho esa pregunta.

-Eh,-volviendo en sí - té... Pero no te molestes, ya lo preparo.

-Está bien-contestó él tranquilo. -Voy a tomar lo mismo.

La costumbre entre los indigentes, cuando se compartía un té, era prepararlo para todos y así utilizar menos bolsitas. Ihra puso agua a calentar y buscó 3 tazas. Derina sintió una puntada en la siene que le hizo cerrar los ojos apretando los párpados. Volvió a apoyar la frente en los brazos.

-Hola, Ihra.- La negra volvía de la habitación con el botón comunicador en la mano, el cual dejó sobre la mesa. Se puso a su lado.- Oh, gracias por hacer el té ¿En qué ayudo?

-Puedes buscar dónde poner las galletas, si quieres.

Derina se quejó levantando la cabeza apenas:

-Extraño comer pan...-agregó - ¿Pudiste comunicarte, Tony?

-Oh, sí. En media hora llegará un médico. Debemos estar atentos. -la chica tomó un bowl y lo posó en la mesada, luego miró a su amiga.-Ve a recostarte. Te llevaré el desayuno.

Sin pensarlo dos veces se levantó y se marchó a la habitación.

La morena y el muchacho quedaron organizando el alimento. Ella miró a Ihra y notó los ojos hinchados y las ojeras.

-¿Cómo dormiste?

-Bien-respondió serio.

-Tu cara no dice lo mismo.

Ihra elevó los ojos al frente un segundo suspirando y luego volvió a lo suyo. Ante ese gesto, Tony decidió no preguntar más. Trató de cambiar el tema de conversación.

-Anoche Day me contó sobre su día de trabajo -sonrió.- Tomó alcohol sin querer y terminó ebria.

Ihra sonrió apenas y respondió:

-Si no la despidieron es porque la tal June Herz es una santa.

-Realmente.

Tony rió.

-La rubia te quitará el puesto de Diosa Protectora. No sé cómo superarás eso-bromeó el joven.

La chica se rió de nuevo y le dio una palmada en el hombro. Tomó una bandeja y colocó lo que le llevaría a su amiga. Tras eso, se marchó a la habitación de ésta.

Ihra recordó aquellos ojos avellana, tristes y ojerosos ¿Habrá dormido bien? Luego se le vino a la mente la pregunta de Tony. Pasó la noche en vela tras un ataque de pánico al recordar cosas vividas... Se detuvo al sentir temblar sus manos. Se apoyó en la mesada respirando agitado producto de la presión en el pecho. En eso, Tony regresó y notó la posición extraña del joven.

Atlas - Juego de poder (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora