27. Uprising

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June y sus nuevos empleados conversaron con Shiza y su familia. Todos estaban muy consternados. La joven Herz debía marcharse para no levantar sospechas. A pesar de todo, se quedó tranquila con respecto a Shi, su hermano y su tía, y el hecho de que no hubieran comentado con nadie sobre el trato de trabajo que le había ofrecido a la pelirroja en su momento.

Shiza, por su parte, cuando había ido a ver a los hermanos de Krisa, vio el botón comunicador de la muchacha. Los niños desconocían qué era y lo estaban usando a modo de ficha en un juego de mesa hecho por ellos. Accedieron de inmediato a dárselo, y el hermano mayor le obsequió, además, el pañuelo amarillo y verde que la chica solía usar a modo de recuerdo. Shi, conmovida, comenzó a usarlo de inmediato. Ellos desconocían que ese pañuelo era el que se usó para cubrir los ojos de la muchacha asesinada.

June estaba por salir, cuando se dirigió a su asistente.

-Ya que Shiza tiene comunicador, puedes darle tu número, por si precisan algo, ¿sí? Y avisame, por favor, para enviarles movilidad cuando vayan a regresar.

Dayara aceptó. Entendió que no sería prudente que el número de Herz estuviera dando vueltas. Cuando June se marchó, Day le pidió a Shi:

-Bien, abre el comunicador. Te agendaré mi número.





A la tarde, una multitud de jóvenes se encaminaba hacia las afueras del suburbio oeste. En completo silencio y con pasos rítmicos, se desplazaban en una caravana a pie. Adelante iban los 5 hermanos de Krisa acompañados por sus allegados. El cuerpo de la joven iba al frente envuelto con telas transportado sobre un carro improvisado. Entre muchos se turnaban para tirar de él. Lágrimas y sollozos de rostros con tapabocas y pañuelos cubriendo sus rostros se mezclaban con el sonido de las pisadas sobre el polvoriento suelo.

Dayara vio cerca de ella a Ihra. Por su mirada se notaba que tenía mil cosas rondando su mente. Lo vio diferente en cuanto a lo físico, debía ser por la alimentación e hidratación que no tenían antes ¿Ella también se vería distinta?

Derina iba junto a Tony, sin embargo, en un momento la perdió de vista entre la gente. No sé alteró mucho, todos iban al mismo sitio. Shiza le había contado de su última charla con la chica asesinada, donde cortó su amistad con ella. Se jugaba la cabeza de que ese tal novio tenía que ver con todo. Lo que no lograba dilucidar era la relación con June Herz.

Luego de tres horas de caminata llegaron a las afueras. Un campo sediento con vegetación escasa. Agotados y compungidos, la multitud de jóvenes indigentes se detuvieron cerca de un árbol seco. El llanto de los niños se incrementó al saber cercana la despedida de su hermana mayor.

Comenzaron los preparativos. De forma ordenada todos se reunieron en torno al cuerpo. Durante aquella preparación, alguien captó la atención de Dayara. Un hombre. Entrecerró los ojos para ver mejor; aquella mirada sobre el cubrebocas negro le era familiar. Con cuidado de no ser vista, se acercó a aquel sujeto. Se detuvo a su lado y en voz baja susurró:

-Nander.

El hombre reprimió su exaltación y observó a la chica sin responder. Dayara alcanzó a notar una cicatriz en una ceja. Inquirió:

-¿Por qué estás aquí?

Él guardó silencio volviendo la vista al frente. Luego de un segundo eterno murmuró:

-Nos amábamos.

La joven no podía creer lo que acababa de oír ¿El gran Nander Vyan con una indigente? Entonces, recordó las palabras de Derina: un novio oculto que parecía peligroso, la muerte misteriosa de la chica, las fotos enviadas a su novia oficial... Dayara sintió que él no sabía tampoco quién la había matado ni de las fotos enviadas a June. De otra manera, no estaría tan tranquilo con Day al lado. Definitivamente, no era un buen momento para estar cerca de él.

Le dio una palmada en el hombro bajando la cabeza y murmuró:

-Lo siento mucho.

Tras decir eso dio un paso para irse, sin embargo Nander la detuvo tomando su mano:

-¿Podemos vernos luego?-pidió bajando la voz.

Ella dudó, pero no quería parecer sospechosa. Asintió y se marchó.

Cuando todo estaba listo, un chico de aproximadamente 18 años y la cabeza rapada cubierta por una tela vieja se paró a los pies de Krisa. El sol rozaba el horizonte y las sombras se alargaban hacia el naciente. Con voz fuerte comenzó a hablar. Comentó las características de la chica; su risa contagiosa, su abnegación por sus hermanitos, su carácter soñador, lo laboriosa que había sido. Le dio lugar a otros conocidos para hacer lo mismo. Recordaron anécdotas y detalles de aquella chica menuda de ojos tiernos.

Llegó el momento de encender la pira. El mismo chico sostenía un palo seco con un trapo envuelto en un extremo. Una joven prendió fuego usando unas piedras y ramitas secas que ya habían dispuesto al lado del cuerpo. El joven, con esa antorcha, fue rodeando el cadáver haciendo arder la leña debajo de él. Los indigentes no tenían otro tipo de sepultura. La pira era lo más definitivo y accesible.

Mientras lo que fue aquella chica comenzaba a envolverse en llamas, el muchacho tomó una posición amenazante y elevó la voz:

-¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo mentiras?... ¿Hasta cuándo seguirán matándonos a su antojo?- El público permaneció en silencio. -¿Cuántos más de nosotros moriremos a manos de un reducido grupo de asesinos enmascarados?

"Nos oprimen a más no poder. Nos tienen trabajando para enriquecer sus billeteras, para vestir de Von, para fabricarles habitaciones a sus mascotas. Y después de todo, tienen el descaro de contarnos un cuento sobre forajidos. Si Mirah y Hernan no hubiesen oído el disparo, si no hubieran ido y llamado a la policía, Krisa hubiera sido una desaparecida más.- El fuego detrás de él creció al igual que lo hizo en los corazones de aquellos jóvenes reunidos. -¡Basta de esto! ¡Basta de opresión, de hambre y de engaños ! La plaga Vyan y compañía debe ser erradicada".

La multitud gritó enfurecida, dolida, lastimada. Nander escuchaba mientras mantenía la cabeza un poco baja. Inspiró profundo con los ojos claros iluminados por la pira de su amada. Dayara sintió miedo por aquel discurso. Ese chico sería el próximo con un tiro en la frente. Pensó ¿Nander sería capaz de delatarlo? Lo buscó con la mirada sin resultados. La mano de Tony sobre su hombro la sobresaltó. La negra la llamó con un gesto.

Los 4 indigentes se apartaron de la multitud.

-Ésto no me gusta nada-sentenció Tony preocupada.

-Él tiene razón. Ya es suficiente de opresión-sentenció Ihra con los ojos llorosos.

-Si se sabe de esta reunión, seremos historia-aclaró Derina señalando a la multitud enardecida extendiendo el brazo. -Seguro hay vigilantes infiltrados que irán con el cuento.

-Nander Vyan estaba aquí.

La voz de Dayara silenció a todos con esas palabras. La miraron expectantes.

-¿Cómo lo sabes?-indagó su hermana.

Tomó aire y se explayó bajando apenas la cabeza:

-Hablé con él.

-Dayara... - Tony se quedó con la palabra en la boca.

Der se cruzó de brazos y se puso frente a ella ladeando la cabeza:

-Si no hablas, te golpeo.

-Hablaré con June, no contigo -contestó molesta.

Derina le dio una bofetada:

-¡Habla, maldita rata!

Tony no alcanzó a abrir la boca para detenerlas, cuando Dayara devolvió la bofetada. Der se abalanzó contra la menor tomándola del cabello y ésta le dio en medio de la cara a mano abierta, haciendo que le sangrara la nariz.

Ihra, harto, se colocó en medio para separarlas. La morena sostuvo a Day y él a Derina.

-¡Imbécil, es demasiado peligroso que sepan algo más! ¡No voy a exponerlos!-Dayara elevó la voz contra Derina con un nudo en la garganta.

Las soltaron y las hermanas se miraron fijo agitadas. Derina se pasó el reverso de la mano por la nariz limpiando la sangre. Su hermana tenía razón. Era lamentable, pero había demasiada basura detrás de la muerte de Krisa.

Atlas - Juego de poder (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora