-¿Cómo estás, preciosa?
19:00 pm-Feliz porque me acaba de llegar un mensaje de mi amado.
19:01 pm-Dime quién es para matarlo.
19:01 pm-Jajaja. Eres tú! No podría amar a nadie más jamás.
19:02 pm-Ya estaba sintiéndome celoso...
19:02 pm-¿Qué puedo hacer para compensarte por el mal momento?
19:03 pm-Mmmm... Se me ocurren varias cosas. Nos vemos hoy a la noche y te digo.
19:04 pm-Amor... Mi hermanita está enferma. No creo poder ir hoy. Amaneció con fiebre. Estoy trabajando y tuve que dejar al mayor a su cuidado.
19:04 pm- Sabes que te amo más que a nadie.
19:06-Amor, están golpeando la puerta del baño porque estoy tardando demasiado. Te escribiré después.
19:10 pm"Maldita niña, ¿Con quién demonios cree que está hablando? Debería estar agradecida de que alguien como yo se digne a mirarla. Voy a bloquear su contacto por un tiempo para que aprenda a apreciar lo que tiene".
Nander dejó su botón comunicador en un cajón de la mesa de luz y, con una toalla en la mano, se fue al gimnasio de la mansión para hacer algo de ejercicio antes de irse a dormir.
En otra parte del edificio, Uthar, su padre, se estaba preparando para salir de la ducha. Se colocó una bata azul marino y salió hacia su habitación. Su esposa ya estaba en la cama viendo televisión. El teléfono de Uthar sonó una vez. Él se sentó en la cama con la espalda hacia su mujer y lo abrió para leer el mensaje. Grihman, su asistente, le había enviado un archivo de texto. Uthar reflexionó brevemente al leerlo mientras tenía una expresión seria. Después, se volvió hacia su esposa fingiendo un tono despreocupado:
-Me enteré de que Nander invitó a June a tomar el té está tarde.
-Sí. Nandi me ordenó que no fuera a la sala de té. Quería ir a saludar y hablar del traje de mi hijo con ella, ya que estuvo de acuerdo conmigo, pero ya sabes lo obstinado que es Nan.
Uthar relamió sus labios sacando conclusiones y contestó el mensaje que había recibido.
-Cariño, debes darles espacio para la intimidad.- Dejó su comunicador y tomó un piyama de un cajón para vestirse.
Marah Vyan lo observó mientras se vestía recordando sus años de juventud junto a él. También había sido un matrimonio arreglado, pero ella lo admiraba como a nadie. Y ahora, a pesar de la edad, se mantenía en excelente estado. No como ella, que tenía una enfermedad en sus articulaciones y había subido de peso por la medicación. A veces sentía que él podía tener a la mujer que quisiera a su lado; era un hombre muy apuesto, varonil, rico e influyente, nada menos que el presidente.
Hubieron ocasiones en las que mujeres poderosas de otras naciones se le habían insinuado. Él no se lo contaba, sin embargo, se enteraba por su cuenta. Pero Uthar Vyan era íntegro a sus principios. Le parecía que caer en eso lo denigraba. Él era una imagen pública, sí, pero valía más que una inútil aventura. Nadie merecía que él se rebajase a ser el segundo; ni se lo planteaba. Él rechazaba sin miramientos.
Sólo una vez Marah tuvo que encargarse de una secretaria que se paseaba con faldas tan cortas como su dignidad. La joven estaba embobada con un Uthar de 40 años. Pero ya no causó más molestias... Nadie la volvió a ver en cuestión de un día. El rumor fue que se había tenido que mudar a Darland por unos familiares en apuros... Maldita zorra...
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Atlas - Juego de poder (En Proceso)
Ciencia FicciónLos indigentes y los poderosos: dos grupos de Atlas, un país en ruinas tras la Guerra y la sequía extrema que azota además al planeta. Y ya adivinarás qué grupo somete a cuál. Pero eso tal vez cambie si el miedo se traga para dar lugar a la voz y g...