Freedom (Blu) ||Rio2|| [8]

Capítulo 09: Cría cuervos y...

—¿Así está mejor?

—Sí, gracias.

La hembra sonrió entregándole el recipiente lleno de crema que Blu se estaba aplicando en el pecho y en las zonas donde estaba lastimado o le faltaba plumaje. Afortunadamente en su cangurera repleta de sin fin de cosas que creían que no le iban a servir para nada, traía consigo esa crema, un desinflamatorio para aves que Linda le dio alguna vez cuando llegó a tener un pequeño rasguño.

—No me sorprendería que la próxima cosa que saques sea una radio.

—Cuando la eché no entro en la cangurera.

—De algún modo esperaba una respuesta así —podía imaginarse a Blu tratando de meter la radio en su bolsa, sin resultados.

A la tribu en general no le agradó la idea de tener un depredador rondando todos los días en el territorio, claro, Hera no estaba justo en el santuario sino a la redonda, pero no iban a poder acostumbrarse a ver un gran águila paseando entre los árboles cercanos.

Pero por otro lado, algunas opiniones aseguraban que con su presencia otros depredadores se mantendrían al margen y todo sería más seguro, aunque ella al único que protegería sería al guacamayo por el que está ahí en primer lugar. Posiblemente sus hijos si llegara a haber la necesidad, pero fuera de ellos no le interesaba nadie más.

Peinó algunas plumas de Blu con su pico mientras guardaba su crema. A pesar de que todo se resolvió sin mayor problema él seguía decaído y aunque buscara disimularlo lo mayor posible no podía esconderse de los ojos de un águila.

Para su desgracia, está vez no tenía palabras para animarlo, no cuando era un tema delicado del cual no sabía nada.

—Tenemos visitas —se alejó de él cuando en sus sentidos aparecieron dos presencias ajenas que venían de la dirección de la tribu.

Segundos después la silueta de ambas aves aparecieron en la vista de ambos, e instantes después aterrizaron en el mismo lugar que ellos.

—Blu, creo que tenemos que charlar.

—Oh, si, creo que sí —Blu no pudo evitar mostrar cierta incomodidad ante el asunto. Desde ese día no habían hablado realmente.

Perla evitó mirarlo y en cambio sus ojos acabaron en la hembra que estaba justo detrás de su pareja que también fijó sus ojos en ella y sonrió. Es sonrisa que siempre escondía cuando Blu la volteaba a ver.

—No esperé que fueras a conseguir una... Amiga, que no fuera parte de nuestra tribu —comentó para aliviar la tensión.

—Ah, yo tampoco... Quiero decir fue una coincidencia bastante rara —notó que a Perla no parecía agradarle mucho la idea considerando las miradas que Hera le echaba sin disimulo y de las que Blu aún no se había percatado—. Bueno, pensé que como tú tienes a tu amigo de la infancia, yo también podría tener una amiga...

—De supervivencia —agregó Hera.

—¡Sí, eso! Una amiga de supervivencia —el águila sacó ligeramente el pecho en autosuficiencia y orgullo ante su título como amiga de Blu.

En respuesta Perla hizo una mueca y un tic apareció momentáneamente en su ojo que rápidamente recompuso.

—¡Claro! Pero llevo conociendo a Roberto prácticamente desde que salimos del cascarón, ¿Verdad?

La guacamaya volteó a su lado para ver al mencionado que la acompañó hasta ese lugar ya que ni él ni Eduardo querían que estuviera sola cerca de Hera.

—Tú...

Sin embargo, Roberto no respondió quedando helado mientras miraba a la gran ave frente a él como si estuviera presenciando un fantasma frente a sus ojos.