Capítulo 13: Decisión

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Se sentía cómodo, cálido, casi como cuando dormía en casa en la temporada más fría de Minnesota y Linda lo abrigaba con mantas. Pero entre todo ese sueño recordó que no estaba en casa, ni en Rio.

Abrió los ojos para toparse con una oscuridad sobre él, pequeños rayos de luz filtrándose entre aberturas. Bostezó levantándose y retirando lo que tenía encima, terminando por salir de debajo de la gran ala del águila que había sido su manta durante la noche.

Parpadeó acostumbrándose a la luz, al asimilar el momento rápidamente salió por completo de debajo del ala algo apenado por el atrevimiento.

—P-Perdón, no me quería dormir así.

—No tienes porque disculparte, ya te dije que puedes dormir tranquilo aquí —señaló hacia una rama donde estaba el agujero que ella hizo anteriormente—. Ahí dejé tu cangurera. Intenté hacer un nido de guacamayos, pero como verás fue un fracaso, así que supongo que sirve para guardar cosas.

—Oh, gracias, no tenías que molestarte por el nido, duermo bien en otros lugares.

—Sí, noté lo cómodo que estabas debajo de mi ala.

El comentario cohibió un poco a Blu. Siempre fue técnicamente el ala más grande que cubría a Perla o a sus hijos, pero nunca le había tocado ser cubierto por un ave más grande que él.

Los abrazos de Hera eran grandes por obvias razones, y para el guacamayo sentirse atrapado entre las enormes alas del águila era de algún modo agradable y cálido. Quizá porque le recordaban a los abrazos de Linda.

Blu se aproximó al agujero tomando su cangurera para ponérsela, poco después su atención se fue a la rama de a lado que también tenía un agujero, pero generado de manera natural. Sintió un destello que le reflejo desde el interior y curioso se asomó a ver de que se trataba.

Cubriendo el sol con su cabeza no podía ver el interior correctamente, pero reconocía que ahí había algo que de menos parecía ser de metal.

—¿Sí lo encontraste?

—S-Sí, claro.

Cuando escuchó la voz de la hembra rápidamente se apartó del agujero y se apresuró a con ella, alejándose sin haber satisfacido su curiosidad.

—Voy a ir a hacer algo no tardaré, ¿Tienes algo en mente mientras tanto?

No quería separarse de Blu y menos cuando seguía siendo reciente su pelea con Perla o por que alguno de los guacamayos rojos fueran a fastidiarlo por estar en su territorio, pero tenía que comer y obviamente no lo llevaría con ella.

—Voy a ir a la tribu.

—¿Estarás bien? Si quieres puedo acompañarte.

La comida siempre podía esperar un día más, pero Blu negó, no quería que por él dejara sus actividades diarias o lo que necesitara hacer.

—No te preocupes, sólo iré a ver a los niños, no puedo simplemente dejarlos cuando no saben nada de lo que sucedió.

Al final los niños no tenían la culpa de los problemas de pareja de sus padres y tampoco debían de sufrir las consecuencias de sus equivocaciones y peleas.

—Iré para allá lo más pronto que pueda —Hera extendió su ala acariciando el costado de Blu mientras se acercaba a frotar ligeramente su pico con el de él—. Ve con cuidado.

—Gracias...

Tragó pesado. Nunca le dijo lo íntimo del roce de picos, pero a ella parecía gustarle hacerlo y ahora mismo ya no se veía capaz de negarle el gusto, así que lo aceptaba pensando en una equivalencia de un beso en la mejilla ya que frotaba su costado no de frente.

Freedom (Blu) ||Rio2|| [8]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora