Freedom (Blu) ||Rio2|| [8]

Capítulo 15: Cuando todo se calme

Decir que fue tomado totalmente desprevenido era poco, la sensación del contacto de sus picos unidos de esa manera, el como no encajaban correctamente al ser diferentes en varios aspectos, dejaba una sensación agridulce en él.

Con un remolino de emociones en la cabeza le fue difícil corresponder de forma correcta cuando desde un inicio ya había una falta de aire, pero pese a todo, no la apartó. No rechazó sus sentimientos, pero justo en ese momento, tampoco podía aceptarlos.

Aunque ella era consiente eso.

Con un jadeo se apartó de la unión permitiendo que Blu tomara una bocanada de aire para llenar sus pulmones que exigían algo de oxígeno, tosió un poco antes de dirigir su mirada a su rostro, buscando ahora cúal sería la expresión que tendría. Y cuando estuvo en posición, un segundo beso fue lo que recibió.

Esta vez le hizo dar un paso atrás y su pata empezó a hundirse en el lodo en el que momentos antes ella estuvo peleando con la otra águila, eso provocó que perdiera el equilibrio y luchara entre evitar seguir entrando entre el lodo o hacer algo con el beso. Era casi mareante la intensidad que le estaba dando, algo que ni una sola vez con Perla sintió, ¿Era porque se trataba de un depredador?

—¡Blu!

Hera cortó inmediatamente el beso y atrajo al macho a ella para que se incorporara y saliera de tanto el lodo como el trance del momento.

—No debí haber hecho eso —fue lo único que logró escuchar decir de Hera.

En ese momento tanto Perla como Rafael junto con algunos otros guacamayos de Spix, llegaron a la escena y bajaron hasta el suelo admirando el desastre provocado en el lugar por la pelea.

—¿Estás bien? —Perla se acercó a Blu y le levantó las alas para inspeccionarlo.

Todo sucedió tan rápido que para él fue un poco difícil de sobrellevar, estaba algo aturdido y ya ni siquiera por la reciente persecución, la sensación del beso seguía grabado en su pico como una quemadura recién hecha.

—S-Sí, lo estoy... —agitó la cabeza, pero no miró a Perla, sino a Hera quien en cambio evitó un poco sus ojos.

—Fuimos por ayuda lo mas pronto posible —comentó el tucán.

Él y Perla se encontraron en algún punto donde ambos iban directo a la tribu lo mas rápido que podían, era una carrera contra el tiempo. Y aunque por obvias razones tardaron en llegar, nada fue a mayores más allá de nuevos rasguños y golpes.

—Ni una docena de ustedes hubiera podido hacer algo —Perla le dedicó una mala mirada ante sus palabras, bastante molesta—. ¿Qué? Sólo estoy siendo realista.

—Me he estado manteniendo callada, ¡Pero tú-

Cuando la guacamaya extendió su ala para señalar a la más grande, otra ala del mismo color que ella se interpuso en su visión, y a la vez, deteniendo su frase. Blu se interpuso entre ambas.

—Creo que no es buen momento para discutir, Perla.

—¿Qué esta sucediendo?

Antes de que las cosas pudieran empeorar (o quizá la nueva presencia iba a hacer que empeoraran), Eduardo junto con su ala derecha también llegaron al lugar. Inmediatamente la pareja bajaron las alas e incluso Perla se apartó un poco.

—¿Dónde esta el otro depredador?

—Posiblemente pronto fuera del territorio —Hera fue la primera en responder. El macho se había alejado, eso era seguro—. De nada.

—No te debemos nada, hay depredadores por todos lados, no es raro que le pueda suceder a alguien —Eduardo miró a Blu que aún se mostraba confundido y perdido en sus pensamientos mientras se quitaba el lodo de encima—. Aunque a algunos les es más probable.