—Pastillas para el dolor de estómago, listo, papel higiénico, listo, ¿Dinero? —Blu contó las monedas en su cangurera—. Siempre se pueden necesitar...
—Blu...
—Esta vez la chica del GPS nos llevará por el camino correcto, estoy seguro.
—Blu~ —su cuerpo tembló cuando Hera susurró sobre sus plumas a la par que le ponía el ala enfrente para que dejara de caminar de un lado a otro—. El viaje estará bien, no estés nervioso.
—Oh, sí, lo sé —se giró para verla—. Pero los recursos de cuando vinimos son menos, no puedo evitar preocuparme.
—Si eso te preocupa, siempre hay turistas distraídos que no esperan que un ave les quite sus cosas.
—No robes, Hera...
La hembra respondió con una risilla juguetona antes de levantar el pico de Blu con el ala y darle un par de besos rápidos como para evitar el regaño.
—No haría nada que no quisieras, Blu —susurró sintiendo como el macho tragaba pesado.
Hera retrocedió para dejar de molestarlo con esos acercamientos, aunque no iba a negar que le encantaba ver las reacciones que le provocaba. Por su parte Blu se agitó para calmar su corazón acelerado y en cambio cerró la cangurera cuando al final todo estaba ya en su lugar.
—Tengo que ir a hablar con mi suegro... —comentó con un suspiró.
No habló con él desde el accidente y tampoco es que quisiera hacerlo ahora, pero tenía un tema importante que discutir. El último cabo suelto antes de irse.
—Los niños están con tus amigos, así que no se enterarán de nada sobre la conversación —agregó. Incluso ella sabía que quizá la conversación no iría tan bien, como siempre.
Blu prefería evitar el conflicto, pero era imposible en esta ocasión o de menos cuando se trataba de hablar con su suegro. Con eso en mente emprendió vuelo directamente a donde estaba el guacamayo adulto.
No era difícil de encontrar considerando que siempre estaba rodeado de otros Spix que se aseguraban de que estuviera bien o lo ayudaban con la movilidad por el santuario. En esta ocasión se encontraba donde la mayoría se reunía, y todas las aves se dispersaron apenas tanto Blu como Hera llegaron.
—¿Aún no te haz largado? —se quejó con claro fastidio en la voz.
A parte de Eduardo, los otros dos guacamayos que estaban presentes eran Perla y Roberto.
—Ya casi nos vamos, pero había una última cosa que tengo que hablar.
—Yo no tengo nada que hablar contigo, lárgate de una vez.
Eduardo se giró dispuesto a alejarse sin tener ni la más mínima intensión de prestarle atención. Entonces Blu escuchó un pequeño golpecito rítmico, cuando bajó la mirada para ver de qué se trataba era la garra de Hera que golpeaba la corteza del árbol.
A pesar de que tenía una postura relajada y tranquila, la mirada que le dedicaba a Eduardo mostraba que sus acciones no eran de su agrado, así que simplemente estaba tratando de ser paciente con él. Era comprensible cuando cada vez que hablaban con él se ponía tan terco y molesto.
Ante ello, Blu se apresuró a hablar.
—Antes de irnos voy a traer a Linda y a Tulio al santuario.
Detuvo el paso de Eduardo de inmediato y los tres se giraron para verlo, entre sorpresa y enojo.
—¡Blu, no puedes hacer eso! —Perla fue la primera en quejarse—. Ya había quedado claro.
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Freedom (Blu) ||Rio2|| [8]
FanfictionViajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #tendencia [21/05/2024] No. 1 en #originalcharacter [28/09/2024] No. 1 en #blue [31/05/2024] No. 1 en...