En un abrir y cerrar de ojos, el tiempo fue pasando delante de los ojos de Shōyō. A veces, los días pasaban de una manera tan lenta que era un martirio soportarse a sí mismo en sus pensamientos. Otras veces, los días eran rápidos, fugaces y como si todo se le estaba escapando de las manos.
Después de unos días, un par de guardias del reino llegaron a ellos con una noticia: "Ya es seguro volver". Algunas personas del pueblo volvieron porque, al fin y al cabo, su hogar se encontraba ahí, no tenían problemas con vivir en aquel reino y todas sus pertenencias importantes la habían dejado atrás.
Pero para Shōyō y lo demás fue diferente. Se separaron del grupo, despidiéndose de la mayoría de las personas que conocían y a pesar de que no sabían realmente dónde irían a llegar, en definitiva, no volverían a ese lugar.
Era hora de romper lazos con aquel lugar que a pesar de todo les otorgó grandes recuerdos y experiencias grandiosas, los eventos pasados tenían un gran peso que querían dejar atrás.
Empezar de cero.
Fue entonces cuando Atsumu, todavía con ellos, les ofreció alojo en su pueblo. Estaba a un par de kilómetros y a pesar de que a Kiyoko no le agradaba estar entre tantos licántropos, aceptó por el bien de su familia.
Fueron tres días de camino con un par de descansos de por medio y al llegar, Atsumu tuvo que hablar con el alfa de la manada para explicar toda la situación.
Un par de palabras y todos los recibieron con los brazos abiertos. Fueron muy agradables, demasiado diría Kiyoko, porque ni siquiera la miraron mal por ser una vampira.
Se quedaron en la casa de la familia Miya, los padres de Atsumu y Osamu sí que fueron amables al recibirlos. En la habitación de Osamu, quien todavía no volvía, se instalaron Yachi y Kiyoko. Mientras que Shōyō y Tadashi se instalaron en la habitación de Atsumu, quien, estaba demasiado emocionado.
Así fueron pasando los días, semanas y un par de meses. Cuando Shōyō vio un calendario al prepararse un café por la mañana, se dio cuando que tres meses y medio pasaron.
Pasó un dedo por la hoja, parpadeando de manera pausada y sorprendiéndose un poco. «Cómo pasó el tiempo, ¿eh?» Tomó la taza con el café y al darse media vuelta, casi pega un grito al ver a Atsumu hincado a un lado del horno.
— Mierda, ¿qué haces ahí? ¿Desde cuándo? — puso una mano en su pecho, suspirando.
Atsumu parecía cabizbajo y sus ojos estaban húmedos.
— Tadashi me pegó.
Shōyō tomó un sorbo de su café.
— Ya veo.
— ¡Eh! ¿No preguntarás por qué?
— Conociéndote, de seguro te lo merecías.
Atsumu abrió la boca para reclamar, pero la cerró al instante. Se hizo bolita en el suelo y sollozó, con un puchero en los labios.
— Ahora que lo pienso, es maltrato animal. ¿Debería denunciar a Tadashi? — carcajeó Shōyō, dejó el café a un lado y se dio media vuelta para seguir mirando el calendario. Contó los días en su mente mientras iba pasando con su dedo la hoja — ¿Cómo van los dolores? ¿Siguen siendo muy recurrentes?
— Sí, al acercarse el día de su parto cada día son más recurrentes. — Atsumu murmuró todavía en su posición.
— Más o menos tendría a su bebé en...— contó en silencio — En estas dos semanas, a final de este mes.
Atsumu se levantó al escuchar una puerta ser abierta y se acercó a gatas para ver por el pasillo, observando a Tadashi salir del baño.
Shōyō se acercó igual colocándose a un lado de Atsumu y saludó a Tadashi. Él miró con el rostro rojo a Atsumu, quien estaba de rodillas en el suelo.
ESTÁS LEYENDO
Rompecabezas | Haikyū!!
FanfictionEn una época donde los seres sobrenaturales reinan Shōyō es un humano común y corriente, viviendo con sus madres, Yachi y Kiyoko, casi a las afueras del reino gobernado por una familia de vampiros. Teniendo una panadería que los sustenta, dándoles e...